06/10/2011

A la puerta del continente de plástico


Plástico, A.Peyrot/Tara Expeditions

Martes 04 de octubre. Llegando a latitudes más allá de 31° norte, vemos por primera vez algunos macro-desechos de plástico a la deriva. De hecho, ya nos hemos adentrado en el continente de plástico.

Y es nuestra primera hazaña: porque según estudios de la tasa de plástico en el Pacífico Norte, hechos por Charles Moore de la fundación Algalita (1999 - 2008), la distribución del plástico es muy aleatoria.

El Dr. Maximenko de la Universidad de Hawai modelizó en 2008 los diversos puntos de convergencia de los océanos y sembró en las corrientes marinas unos pequeños emisores flotantes par observar su trayectoria. Cinco años más tarde, Maximenko concluye que hay en el mundo cinco áreas de convergencia, de las cuales el garbage patch, el continente de plástico del Pacífico.

En la práctica, y debido en parte a la variabilidad de los vientos, no hay progresión estable en el tiempo de la distribución del plástico dentro de estos giros. Por lo tanto, no hay manera de predecir el lugar exacto donde encontrar la mayor cantidad de plástico en un momento dado. Aceptando esta fatalidad, hemos abordado esta etapa al estilo de un juego de batalla naval, y ahora estamos en medio de los desechos, apenas una semana después de salir de Honolulu, Hawái.

Tiramos al agua la red prevista para muestrear el plástico, el Manta trawl para superficie. Al subirla, todos los ojos están puestos sobre su contenido: una multitud de fragmentos de plástico de colores alrededor de una gruesa pieza verde sobre la cual todo un ecosistema de algas ha crecido. Agarrados de este ecosistema, dos pequeños cangrejos blancos se retiran detrás de sus pinzas, como para proteger su hábitat sacado del agua. Ellos han colonizado este plástico como si fuera un arrecife de coral.

A juzgar por lo que se ve por debajo de la línea de flotación de los macro-desechos, este plástico lleva bastante tiempo en el agua y se ha convertido en parte del entorno marino. Queda por determinar el impacto exacto que este nuevo soporte tiene sobre la vida de los océanos, y cuáles son las interacciones al nivel microbiano vinculado a este plástico. ¿Se podría descubrir unas bacterias capaces de digerir y separar ciertos polímeros? Muchas preguntas quedan abiertas, y son muchos los análisis que se harán de estas muestras de plástico que Tara entregará en San Diego. Una cosa es segura: ¡Plástico, hay!

Andres Peyrot