30/05/2011

En ruta hacia la estación científica.


Las estaciones se programan en función de mapas por satélitesmostrando proporción de clorofila y temperatura de aguas de superficie.
S.d'Orgeval/Tara Expeditions


Tara navega desde hace días entre dos rutas. En relación a las estaciones científicas porvenir, varias opciones son posibles; El programa óptimo.se debate con intensidad entre el barco y los laboratorios de Villefranche sur mer, Roscoff y Bremen. El espacio de almacenamiento a bordo de Tara no es extensible: cada punto de muestreo debe estar bien pensado. Sin perder de vista que las operaciones de cada "leg" (tramo entre dos escalas) son parte del esquema general de una expedición de dos años y medio. Por ende, el estudio de los datos obtenidos por satélite es crucial para identificar los sitios claves de la toma de muestras.

La opción de una ruta más al norte parece dominar.

En la tarde, todo está en calma. Velas puestas, el barco traza a 8 nudos su rumbo al 250. De repente Celine y Vincent brincan en cubierta para maniobrar; La orden de Loïc se repite en eco: “¡On loffe!”. Viramos. Se alinean las velas. El barco sube al viento y enrumba hacia el Sur.

En reunión con la tripulación Nigel Grimsley, científico en jefe, explica la situación frente a dos mapas de satélite: una muestra la distribución de la clorofila, la segunda muestra la temperatura de las aguas superficiales. Los colores de los mapas hablan por sí solos: los sectores pobres en clorofila y por lo tanto en nutrientes, oligotróficos, en azul, y los más ricos, mesotróficos, en verde. "Queremos tomar muestras a lo largo de una línea imaginaria que va de la zona rica a la zona pobre". Es la diversidad de estas zonas, su evolución de una a otra, la que interesa los científicos ​en su estudio del plancton residente. "En lugar de un nuevo “transect” como pensado al principio, finalmente vamos a completar el transect realizado durante la etapa anterior. Es por eso que hemos cambiado de rumbo".

Entre la isla de Pascua (Chile) y Guayaquil (Ecuador), Tara ya había cruzado estos dos tipos de configuración. Para finalizar el trabajo hacía falta una estación larga en el centro del transect, en un sector particularmente interesante por la corriente fría venida del Sur que lo atraviesa. Este punto no está muy lejos de nuestra ruta, así que ¡vaya!

Tenemos dos días más de navegación antes de llegar a la ubicación especificada, esta vez para una estación en regla. Estos días son muy apreciados: finiquitamos todos detalles que no podemos atender cuando las estaciones se siguen muy de cerca. Un velero no deja respiro, especialmente uno equipado como Tara.

Marc Picheral puede entonces ajustar sus instrumentos y aprovecha para agregar otra pantalla en la cabina de mando: con ella la profundidad de todos los instrumentos se conocerá en directo.

Yohann Mucherie revisa todos los chalecos salvavidas (VFI) y prueba sobre un muñeco vivo, Vincent Le Pennec, el atuendo de bombero. Paradójicamente, sobre el agua, el fuego es uno de los mayores riesgos. A pesar de todas las precauciones el fuego puede propagarse rápidamente, causado por un cortocircuito, una fuga de combustible, etc.

El equipo de científicos, Sophie, Johan, Celine, Nigel e Hiro prepara los tubos de muestras que servirán en la próxima estación (unos cien). Se etiqueta cada envase con un código de barras asociado a una hoja de información: profundidad, fracción de tamaño de micro-organismos, productos de conservación utilizados (etanol, formol...). Todo es escrupulosamente documentado.

François Noël, mecánico en jefe, también tiene derecho a entretenerse sanamente: hoy el desalinizador está de baja.

Mientras tanto tres líneas cuelgan del barco, una forma de probar que todavía no estamos en un área pobre en nutrientes: los Mahi-mahi, el nombre polinesio del dorado, abundan por aquí y luego de varios intentos infructuosos en días anteriores la primera presa tiene sabor a revancha. Gritos de victoria reciben a bordo cada pez engañado por el pulpo de plástico que cuelga de nuestra línea. Para variar los placeres cada quien se ensaya a una receta: Loic cocina un mahi-mahi marinado en limón y leche de coco, en honor a la tradición de Polinesia. El Bonito será hecho al modo tártaro. Vincent, a sus anchas en su taller y en la cocina por igual, pone a marinar un dorado en un tarro de vinagre. Hiro es naturalmente requerido para los sushis.

Sibylle d’Orgeval

25/05/2011

A pura vela.


Tara navega a casi 10 nudos. Detalle de la mesa de los mecánicos: Benjamin Flao.
Foto : S.d'Orgeval/Tara Expeditions.

El cielo se adorna con nubes de altura precursoras de buen tiempo. Viento de 20 a 25 nudos. Desde el fin de la estación científica del fin de semana, se apagaron los motores e izaron las velas: yankee, trinquetilla, trinquete y mayor. Condiciones de ensueño. El capitán Loïc Valette se regocija: "¡Coqueteamos con los 10 nudos sin esfuerzo! ¡A este ritmo las Gambier pronto estarán a la vista!” ¿Será la euforia de sentir Tara deslizarse a gusto con las olas?

Peces voladores aparecen, siguen o cruzan el surco del barco. François Aurat, oficial de cubierta, hace una ronda regular en proa para recoger los infortunados varados allí.”Es la mejor forma de pescar. Son los peces que vienen hacia nosotros”. Un dorado Coryphaena les está cazando. Loic, Francois y Yohann bregan con sus líneas. Pero el dorado se burla de esos pescadores del lunes y no se deja engañar por el anzuelo de plástico. El despliega sus increíbles colores delante de la proa de Tara. Afortunadamente las neveras de Celine están llenas y nuestra supervivencia no depende de la pesca del día. Todavía no.

En estos días de navegación entre dos estaciones científicas, el comedor cobra a menudo pinta de sala de reuniones; Presentación de trabajos individuales, recordatorio de consignas importantes, preparación de los plannings. Marc Picheral, ingeniero oceanógrafo, proyecta las fotos de la navegación de Tara en la Antártida, mandándonos un momento en el mundo de los hielos, mientras estamos a la latitud más alejada de los polos, flirteando con la línea del ecuador. Luego Marc nos presenta los diferentes instrumentos científicos que el opera.

Nuestro jefe científico, Nigel Grimsley, tiene un consejo para fijar el programa de las próximas estaciones. Los debates siguen las consultas con los diversos coordinadores del consorcio científico. Dos vías son posibles, pero en ambos casos transitaremos de un área mesotrófica a un área oligotrófica. Varias estaciones cortas vendrán después de la estación larga. Un seguimiento diario permitirá medir la evolución progresiva entre las dos áreas.

Hiro Ogata, científico embarcado, confía en tener la oportunidad de un día de muestreo en una laguna cerca de las Islas Gambier: estudiar los ecosistemas más diversos, desde el "open ocean" hasta una zona costera. La estación anterior le permitió recoger muestras de la OMZ, zona de oxígeno mínimo, raramente ubicada a profundidades asequibles, y así ampliar el espectro de las diferentes condiciones de vida de los girus (virus gigantes) que él está estudiando. La velada se prolonga con la proyección de los trabajos de Hiro, desplegando los mimivirus, estos virus gigantes que le apasionan.

Sibylle d’Orgeval

23/05/2011

Fin de semana Pacífico.


S.d'Orgeval/Tara Expeditions

Tara dejó Guayaquil el jueves por la mañana. Una vez en alta mar, un punto en la mira: 2° Sur, 84°35' Oeste. Fueron las instrucciones de Gaby Gorsky, científico en jefe a bordo hasta Guayaquil, para completar el estudio del sistema ecuatoriano con una tercera estación de muestreo. Hemos dejado el continente desde hace tres días. A nuestro alrededor el horizonte es puro mar, mires donde mires. Ningún punto de referencia en esta superficie movida. Los números del GPS son las únicas afirmaciones de nuestra posición exacta. El sábado a las 7:00,  estamos en el lugar. Empiezan dos días de muestreo en el sector. Si bien nos mantenemos en el barco con la cabeza fuera del agua, los instrumentos, ellos sí, se sumergen unas veinte veces.

 Velas abajo, sin motores, se sumergen los diferentes dispositivos acorde la programación hecha por el actual jefe científico Nigel Grimsley. El ingeniero oceanógrafo Marc Picheral está recién embarcado en la última escala, pero no necesita ambientación: él había dejado Tara hace apenas 2 meses y conoce los instrumentos como la palma de su mano. Incluso el ha concebido algunos de ellos.
La joven ingeniera Celine Marinesque está en Tara por primera vez. Su dominio del material, lo debe a su experiencia en el Tetis II, un barco oceanográfico en Francia. Pero en el velero “las operaciones son algo mas deportivas”.

Involucrado en el proyecto Tara Oceans desde el principio, Hiro Ogata vive su “bautismo de  estación” con una sonrisa radiante. "Después de 15 años de trabajo frente a la computadora, ¡por fin estoy en un barco!" Su entusiasmo revela de paso que el también vive desde hace tres días su primer embarque, sin una onza de malestar.

 Después de 4 horas de despliegue de redes y roseta durante las cuales el barco va a la deriva, ya es momento de arrancar el motor y volver al punto de origen. Empujados por el viento hemos recorrido 8 millas hacia el norte. Nos tardamos 1 hora y media para regresar y volver a trabajar en la misma zona. Esta pausa permite que los científicos descansen y que Celine, la chef, toque la campana para el almuerzo.

Una pausa también para contemplar las aguas. A lo largo del día el mar se viste de una gama de colores intensos y parece cambiar de consistencia a la luz de un sol versátil, oculto por las nubes. Bajo cielos tapados, olas pesadas levantan el barco de popa a proa y propagan una onda gris y oscura sobre toda la extensión del océano. Luego, gradualmente, a finales de la tarde cuando las nubes permiten que los rayos dibujen sombras en la cubierta, el sol calienta el barco, el mar espeso y rudo se vuelve ligero y brillante.
Antes del final de la estación un cuarto muestreo a la mayor profundidad posible se añade a los   tres habituales para medir la acidez del agua en estos fondos, donde la erosión es muy peculiar. Desfilan 1900 metros de cable. Pero el viento sopla y las olas crecen. El cable no baja en posición vertical y se extiende detrás de nosotros. ¿A qué profundidad llegara realmente la roseta? La recolección de una parte del agua atrapada en las botellas subidas desde las profundidades se hace al anochecer: de rodillas a los pies del instrumento, Nigel, Sophie y Celine recogen el preciado líquido.

Antes de la última sumersión, alrededor de la cena, se multiplican las apuestas: Marc espera el veredicto de su computadora para conocer la profundidad lograda por la roseta y ha lanzado un  concurso. 1700 metros para los más optimistas, 1100 metros para otros. Cae la cifra: prevalece la ley de los promedios: 1 475 metros.

Mientras tanto Loïc sopla 33 velas, pero la edad del capitán no afecta los cálculos. Estas últimas mediciones clausuran el fin de semana, la noche ya avanzada, a la luz de las halógenas.

Sibylle d’Orgeval

20/05/2011

Las diatomeas: en el encuentro entre mundos vegetal y animal.


En estrecha colaboración con un equipo internacional de investigadores, unos científicos del Instituto de Biología de la Escuela Normal Superior (Ecole Normale Supérieure) (IBENS, CNRS / ENS / INSERM) aportan algo nuevo en la historia evolutiva de las diatomeas marinas. En un artículo publicado el 12 de mayo 2011 en la revista Nature, muestran que las diatomeas usan el ciclo de la urea para metabolizar de manera eficiente el carbono y el nitrógeno de su entorno. Esta observación inesperada modifica nuestra forma de ubicar las diatomeas en relación con las plantas y los animales en el gran esquema de la evolución.

Las diatomeas son micro-algas unicelulares rodeadas de un caparazón único a base de silicio. Presentes en todos los ambientes acuáticos, ellas constituyen un componente mayor del fitoplancton y participan activamente en la producción de carbono y oxígeno, compuestos químicos imprescindibles de la vida. La fotosíntesis de las diatomeas genera en particular una quinta parte del oxígeno que respiramos. Las diatomeas son organismos claves en la comprensión de los ecosistemas marinos.

En 2008, un consorcio internacional de investigadores ha logrado secuenciar el genoma de la diatomea fusiforme Phaeodactylum tricornutum (1). Los científicos han descubierto que cientos de genes de diatomeas tienen un origen bacteriano. Pero la contribución de cada uno de estos genes en el metabolismo de los nutrientes en estos organismos estaba en gran parte desconocida.

Con la colaboración de investigadores del John Craig Venter Institute (JCVI) en los EE.UU., del Instituto Max-Planck de Fisiología Molecular de las plantas en Alemania, del Centro de Biología de la Academia de Ciencias de la República Checa, del Instituto de Parasitología y la Universidad de Bohemia del Sur en República Checa, el equipo de Chris Bowler en el IBENS recientemente puso de relieve, siempre en el P. tricornutum, que las diatomeas usan el ciclo de la urea para procesar los nutrientes del entorno que el necesita para proliferar (2). De hecho, los metabolitos derivados de este proceso han sido identificados como absolutamente esenciales al  reciclaje celular del carbono y del nitrógeno, y al crecimiento de las diatomeas después de un largo período de deficiencia nutricional. Esto también explica por qué los océanos son especialmente ricos en diatomeas después de los fenómenos de upwelling, que corresponden a la subida de aguas profundas, ricas en nutrientes, a la superficie.
Este hallazgo es particularmente sorprendente porque se suponía hasta ahora que el ciclo de la urea había aparecido con los metazoos, grupo en el que jugó un papel clave en el desarrollo de innovaciones fisiológicas características de los vertebrados. La síntesis de la urea por ejemplo ha permitido una osmoregulación (control de los minerales y las sales en la sangre) rápida en  animales como los tiburones, rayas y peces óseos, y la desintoxicación de amoníaco asociada a una retención de agua en los anfibios y los mamíferos. Los investigadores perturban así nuestros supuestos, mostrando que el ciclo de la urea en realidad hubiera aparecido cientos de millones de años antes de los metazoos.

Estos estudios sugieren que la evolución de las diatomeas ha seguido una vía fundamentalmente diferente de la de las plantas, las algas verdes y otros organismos estrechamente relacionados. En cambio, parece que antes de la adquisición de una capacidad fotosintética, los ancestros de las diatomeas eran mucho más cercanos de los animales que de las plantas. Este parentesco en el plano evolutivo hubiera impulsado, en las diatomeas y los animales, un compartir de algunas vías  bioquímicas similares, como el ciclo de la urea, a pesar de un uso con fines a veces diferentes.

Notas
(1) The Phaeodactylum genome reveals the evolutionary history of diatom genomes, Chris Bowler et al., Nature 456(7219):239-244, November 13, 2008, doi:10.1038/nature07410.
(2) Estos trabajos fueron financiados por el proyecto de la Comisión Europea "Diatomics", la Agencia Nacional de la Investigación (ANR), la National Science Foundation (NSF) y la Checa Science Foundation (CSF).

Más información:
Evolution and metabolic significance of the urea cycle in photosynthetic diatoms, Andrew Allen, Christopher Dupont, Miroslav Obornik, Ales Horak, Adriano Nunes-Nesi, John McCrow, Hong Zheng, Daniel Johnson, Hanhua Hu, Alisdair Fernie, Chris Bowler, Nature,  Published ahead of print May, 2011, doi:10.1038/nature10074.

Para contactar al investigador:
Chris Bowler:  cbowler@biologie.ens.fr
Institut de Biologie de l’Ecole Nationale Supérieure (IBENS)
UMR 8197 CNRS/ENS/Inserm
Ecole Normale Supérieure (ENS)
46, rue d'Ulm
75230 Paris Cedex 5

El final de una etapa (Galápagos - Guayaquil).



Lunes, después de la larga subida del río Guayas desde el mar hasta la ciudad, llegamos al  muelle. En nuestra primera visita a Guayaquil estuvimos amarrados en la marina pegada del  Malecón. Esta vez Tara esta en exilio en el puerto comercial. Nos más visitas protocolares  o encuentros con escolares; La escala es meramente logística. Debemos descargar todas las muestras y cargar 2 toneladas de material, incluidos los productos químicos de conservación de  las muestras porvenir y diversos instrumentos de laboratorio.
Toda la tripulación está trabajando cuando de repente aparecen seis siluetas con cascos y chalecos  fosforescentes: bajo el atuendo de rigor en estos muelles atestados de fenwicks y contenedores, reconocemos nuestros compatriotas Taranautas: Rainer Friedrich de World Courier, Steffi Kandels - Lewis- del EMBL y Celine Dimier de la Estación biológica de Roscoff (CNRS) están allí para organizar la descarga. Hiro Ogata, Nigel y Celine Bachelier toman el relevo de una parte del equipo de científicos y embarcan para el próximo tramo.
3 metros nos separan del muelle. Hasta que las autoridades portuarias lo autoricen, los que llegan no pueden subir a bordo y no podemos nosotros desembarcar. El celoso chequeo del barco por los oficiales dilata más de dos horas. Finalmente recibimos la autorización de instalar la pasarela y abrazar nuestros compañeros de equipo. Gaby Gorsky y Nigel, el nuevo director científico, no desperdiciaron el tiempo y ya están metidos en grandes debates planctónicos.
Al día siguiente, Tara se vacía antes de llenarse. 200 litros de muestras son guardados en frigoríficos mientras cientos de frascos y tubos se almacenan para las próximas estaciones. Se nota la experiencia de desembarques anteriores, desde Egipto a Chile pasando por las Maldivas: Rainer, el responsable del shipping ya ha completado más de diez veces la misma operación. Con la ayuda de todos el demuestra una notable eficacia. Pero cada traspaso tiene sus matices,   el despacho aduanero se ve cada vez más tedioso y surgen siempre inconvenientes.
Esta vez el pequeño problema es la marea: es ahora marea baja y Tara se encuentra entonces a 4 metros por debajo del nivel del muelle; Nada fácil para cargar y descargar. " Alles gut ! Das ist ein klein problema”. Vamos a lograrlo. Rainer sonríe. Entre un subir y bajar de cajas, Gaby y Chritian Sardet siguen departiendo ciencia con Nigel y los demás investigadores. Están satisfechos con la cosecha de este último tramo: “un leg elegante”. Así lo califica Gaby. Se percibe su satisfacción científica, pese a los cambios obligados y repentinos del programa.
"Las aguas recogidas en las últimas estaciones entre Guayaquil y las Galápagos son ricas en plancton, y zooplancton en particular; Pocas veces damos con tantos ejemplares de gran tamaño. Además el hecho de recorrer tres veces este tramo entre Guayaquil y las Galápagos nos permite hacer un magnifico “transect” vertical de la corriente ecuatoriana. La siguiente estación que realizará Nigel en este tercer paso será importante porque se ubica arriba de una zona de erosión muy peculiar, un cráter en el fondo oceánico. Buscamos aportar hipótesis sobre las razones de esta erosión”.

Nigel no es ningún novato; Es su 3ª vez a bordo de Tara, pero la primera en calidad de jefe científico. "Empezar por una estación larga con un nuevo equipo científico y un objetivo tan pesado, no es precisamente relajante”. Nigel lo admite con una sonrisa serena; La famosa flema británica a bordo.
Celine Dimier y Steffi están terminando su organización meticulosa del almacenaje a bordo.  Seffi precisa: "Sin un protocolo preciso y una estricta organización, las rotaciones de equipos diferentes serían imposibles. Nadie podría encontrar nada”.
Además del material, Celine (nº 1, la cocinera-chef) avitualla Tara por un mes de navegación. La preparación de Tara no descansa hasta el último momento. A las 22 h llega el nitrógeno líquido, a las 23 el segundo lote de alimentos: siempre hacen falta cebollas y las cantidades suministradas son muy aleatorias. Pero mañana por la mañana a las 8 a.m, con o sin cebollas, zarparemos. Para 35 días de mar, de ciencia y las Gambiers.

Sibylle d’Orgeval

16/05/2011

Tara la colmena



S.d'Orgeval/Tara Expéditions





07:30. Comienza la estación. Científicos y marineros están en cubierta.

Sarah, al frente con la ayuda de los marineros o de cualquier mano voluntaria, maneja las herramientas de recolección de muestras, roseta y redes que ella ha previamente limpiado, reparado, probado. Todo asegurado a las líneas y sumergido por el cabrestante a diferentes profundidades según el programa. Gestos precisos, rápidos, ella agarra el lastre, lo engancha a la estructura, cierra el clip, opera la imponente máquina ayudada hoy por Celine quien deja sus hornos para adiestrarse con otros instrumentos.

Johan, en retaguardia cerca del laboratorio húmedo instalado al aire libre, aguanta para hacerse con la pesca de una red de malla inferior a 180 micrones. Una red sube, el recupera el contenido del colector. Dos terceras partes serán para los estudios genéticos: el filtra el agua y la almacena en nitrógeno líquido. El tercio restante será para el estudio microscópico. Le da a Sophie una muestra de la cosecha entre 20 y 180 micrones, y a Silvia todos los microorganismos inferiores a  0.8 micrones. Por debajo de este tamaño no hay más eucariotas, sólo bacterias o virus, el terreno predilecto de Silvia.

Silvia ha preparado de antemano todos los frascos para recoger las muestras, clasificarles con la información necesaria para identificar la estación del día. Serán distribuidos para diferentes tipos de estudio: ADN, ARN, FCM (citometría de flujo) en su laboratorio de Barcelona. Por ahora la organización y la disciplina son fundamentales para recuperar y conservar de modo óptimo los codiciados organismos. Todo esto con el balanceo del barco. El pequeño parche contra el mareo discretamente pegado detrás de su oreja recuerda que las condiciones de trabajo en el barco en mar abierto pide al cuerpo una adaptación peculiar.

Sophie, también en cubierta, esta lista para recuperar las muestras capturadas por la roseta en el estrato  DCM (Deep Chlorophyl Maximum) donde el fitoplancton es más abundante, y las de las redes de superficie. Ella baja adentro en el laboratorio seco y procesa su cosecha en el flowcam que detecta las partículas planctónicas, fito o zooplancton.

Denis, el observador ecuatoriano, especialista en aves, es también un oceanógrafo confirmado.  A bordo de Tara por 15 días, le echa una mano a Sarah y Silvia cuando se siguen las maniobras.

Gaby, al acecho de las redes al igual que todos, almacena en formol unos ejemplares de fitoplancton para los taxónomos, y otros en etanol para el análisis genético. Supervisando la operación en su conjunto, el trabaja simultáneamente en todos los frentes y le reza a Neptuno para que la lluvia no perturbe la estación.

Cristian. Mientras tanto Christian va en proa con pequeñas redes para recoger más macro plancton en buenas condiciones. Los más raros recibirán un trato preferencial y pasaran al estudio foto. Hoy el pyrosoma será la estrella de la cámara. De vuelta en el laboratorio seco, el echa un vistazo al flowcam manipulado por Sophie para recuperar los ejemplares de interés para su banco de imágenes.
Sarah. Entre dos operaciones de instrumentos Sarah se adentra para comprobar que los datos generados por los instrumentos de la roseta se procesan en su computadora, e imprima los gráficos de resultados. Luego se vuelve a tirar afuera para preparar la inmersión de un nuevo dispositivo. "Para una estación eficaz siempre debemos tener un instrumento en el agua" se exclama en camino.

Gaby agarra los gráficos en vuelo y se asienta para estudiar los datos físicos y químicos, en función de los cuales modificara la profundidad del muestreo.

En medio de esta actividad de colmena, Loïc, Johann y Daniel, los marineros no están ociosos, dando una mano a todas las maniobras técnicas, y supervisando el comportamiento del barco.  Animado por la misma energía, Francois se afana en desarmar y rearmar los winchs mientras Aurore, pincel en mano, liba en todos los puestos el polen de su inspiración.

Una vez terminadas las estaciones haremos ruta hacia Guayaquil, 3 días de navegación para desembarcar las muestras.

Sibylle d’Orgeval.

15/05/2011

Ecuador, Tara en La Television

Ecuador, Tara en el canal La Televisión
En oportunidad de las escalas de Tara en Guayaquil, un canal de televisión del Ecuador ha producido el reportaje siguiente, de su sola autoría y responsabilidad:
Categoría: Ecológico / Realizador: Félix Narváez / Fecha: 2011-05-15 /Temporada: 2011
 

Rocío nocturno


Celebramos con una copa el fin de largas estaciones científicas. La tensión de una operación sostenida durante casi tres días se está disipando, la mente puede vagar de nuevo y no solamente focalizarse en el cumplimiento de tareas y objetivos. En el transcurso de las estaciones el reloj corre y no se puede desperdiciar tiempo. Todo debe encadenarse con una precisión casi milimétrica. Mientras tanto, el barco hace ruta hacia Guayaquil donde llegaremos en la tarde del lunes. Con gusto Sarah dormiría ahora unas 48 horas continuas para reponerse del intenso desgaste de energía en tan poco tiempo.

Pero esta noche los elementos han decidido lo contrario. Las ventanillas están abiertas del todo para refrescar estos antros que el sol calienta a lo largo del día. Una primera ola un poco más fuerte que las demás rompe en el casco, la espuma chorrea por la borda y entra por la ventanilla. Llueve en mi cabina, el baño improvisado me despierta. Oigo rugir una segunda ola que parece mucho más poderosa, automáticamente encojo las piernas. La ola ignora mi ventanilla pero se mete por la vecina. Un fuerte golpe seguido de una sentida ráfaga de "shit, shit, shit” rompen el silencio de la noche. Prenden la luz en la cabina de enfrente. Y se apaga, de frustración. Imagino que Sarah también se da por vencida, renunciando a secar la inundación. Una toalla será suficiente para no pudrirse antes de la final de la noche. Volvemos a hundirnos en nuestros camarotes.

Cerrar por completo la ventanilla, tratar de dormir en una sauna, o dejarla entreabierta y arriesgar  un ambiente de hamam con la próxima ola un poco tónica: esa es nuestra disyuntiva. Aurore quien duerme en la cama debajo de Sarah gozara también de las espumas nocturnas. Cada quien su opción razonada.
Al día siguiente el ritmo aún se mantiene, se debe limpiar el material después de las estaciones, y el equipo científico se sumerge en sus informes. Sarah, Gaby, Christian, Silvia están por terminar  la labor de estas estaciones y su estadía a bordo: desembarcaran en Guayaquil y se preparan para pasar el relevo a otros. Una vez en puerto la jornada de descarga de las muestras se vislumbra también desgastadora. El retraso del sueño se compensara más adelante en tierra firme.

 Sibylle d’Orgeval

Tara, un barco con tradiciones.


En el mar la tradición no es un concepto vacío. Nadie escapa de las antiguas costumbres del mar.
Desde la salida de las Galápagos el barco coquetea con la línea del Ecuador; El momento fatal ha llegado. Una voz estruendosa redobla en el barco: "¡Traigan estas criaturas sin cerebro, necrófagas, esputos de iguanas, estas babosas frías!” Johann, Aurore, Christian y yo estábamos apaciblemente sentados en el comedor. De repente nos asalta gente enmascarada y nos bota en cubierta. En popa aparece un impresionante Neptuno en su trono. Gaby Gorsky, nuestro jefe científico, ataviado en una sábana, una red de plancton haciendo de tiara y espuma de afeitar en forma de barba patriarcal, domina su corte. A su lado su dulce Amphytrite, alias Daniel Cron, jefe de mecánico, se ve de lo mejor en su mini-falda, maquillaje de chica y melena de cuerda.
Los novatos son traídos por sus verdugos al pie de las deidades. Cada uno se somete al rito del paso de la línea: enérgica ducha con un culetazo de agua de mar purificadora, algo que me hace apreciar la casi suavidad del roció nocturno anterior. Un beso al pez tatuado en el pie de Amphytrite, un abrazo de aceptación por el dios del mar, ya somos parte de su sequito. Un certificado de paso de la línea del Ecuador formalizara nuestra nueva condición de veteranos. Podemos llegar a Guayaquil en buenos términos con los dioses del océano.
Nuevos miembros se incorporaran a la tripulación en esta escala, antes de zarpar rumbo a Polinesia .Tara volverá entonces a cruzar la línea; ¿Neptuno hará lo suyo otra vez?

Sibylle d’Orgeval

12/05/2011

Ciencia en modo intensivo



S.d'Orgeval/Tara Expéditions


Un día en las Islas Galápagos: lamentablemente es muy corto para descubrir el archipiélago. Algunos se lanzan a paso de carga, otros visitan la Fundación Darwin,  procurando dar con iguanas, tortugas y alcatraces camanay (patiazul).  Pero todos se están alistando también para un zarpe previsto en la mañana del lunes. Los últimos intentos de obtener de las autoridades el permiso de muestrear en las aguas de las  Galápagos fueron infructuosos. Se altera entonces  el programa: nos vamos a Guayaquil, donde Steffi Kandels- Lewis del EMBL y Rainer Friedrich de World Courrier recibirán las muestras recientes para despacharlas en los laboratorios.

Nos esperan 8 días de una navegación salpicada de estaciones científicas que complementarán el trabajo realizado en el anterior tramo Guayaquil-Galápagos.  Gaby Gorsky, nuestro jefe científico, decepcionado por la obligación de abandonar las islas sin muestra alguna, se levanta el ánimo  con la perspectiva de un estudio profundo de la corriente ecuatoriana entre la parte continental y las islas.

Con pesar dejamos Puerto Ayora; Sentimos que hemos apenas acariciado el mítico archipiélago. Pero el mejor regalo que el hombre le puede hacer a las Galápagos es seguramente dejarlas en paz. Delfines, tortugas y lobos marinos saludan el velero en su camino hacia alta mar. Dejamos este pequeño paraíso animal para volver al océano y sus habitantes microscópicos.

A bordo, los nuevos miembros de la tripulación se incorporan rápidamente. El planning de los turnos y la distribución de tareas ya están impresos. Los veteranos integran los novatos y les filtran los trucos de la vida a bordo. Ciencia, navegación, mecánica, tareas domesticas, todos los aspectos de la vida a bordo se encadenan  y se mezclan. Este primer día, asignada con Gaby a la limpieza, yo paso la aspiradora mientras Christian, frente a su computadora, me lista los nombres de los últimos protistas fotografiados.
Loïc organiza una reunión de seguridad antes de la salida y Gaby hace una exposición  preparatoria de las estaciones por venir. Todo el mundo está atento porque ello modificará la rutina de la tripulación: tres estaciones cortas CTD (conductividad, temperatura, densidad)  programadas para el miércoles 11. La plataforma de instrumentos se sumergirá para medir nueve diferentes parámetros necesarios a la comprensión del entorno: oxígeno, nitratos, salinidad, turbidez, florescencia del plancton y otros parámetros ópticos; útiles para determinar el tipo de agua y corrientes. Luego, del jueves al viernes, una estación larga de recolección de organismos, desde virus hasta larvas de peces, para tipificar el abanico de  la materia vida en la zona. Dos días intensos en los que el equipo científico estará fuertemente solicitado. De modo solidario el resto de la tripulación se hará con los turnos nocturnos y las tareas para facilitar el trabajo de los científicos. La prioridad le toca a la ciencia.

Sibylle d’Orgeval

11/05/2011

Welcome on board !



S.d’Orgeval/Tara Expeditions

Sábado, 12.30 hora local. Después de 20 horas de viaje, aterrizo en mi destinación, la isla de Baltra, archipiélago de Galápagos. Voy a unirme a Tara recién llegado a puerto esta misma mañana.
En cada escala Tara evoluciona: nuevas caras sustituyen las que desembarcan. Los miembros de la tripulación se turnan a lo largo de los dos años y medio de la expedición. En promedio, la duración de un embarque es de 2 meses; Algo menos para aquellos que no pueden dejar su trabajo en tierra durante mucho tiempo, más para aquellos que pueden vivir una navegación de larga duración.
Puerto Ayora, en Isla Santa Cruz, Galápagos, es el escenario de una de estas rotaciones: Stephane Pesant, científico en jefe, Celine Dimier, ingeniera bióloga, dejan Tara, al igual que Christoph Gerigk y Joern Kampe, dos periodistas de la revista GEO Alemania, embarcados en  Guayaquil. Y suben a bordo Johan Decelle, biólogo, y Aurore de la Morinerie, dibujante.
Tercer nuevo marinero, me incorporo también para sustituir a Anna Deniaud quien desde hace casi tres meses es el ojo y el lápiz a bordo. El relevo y el traspaso de consignas debe hacerse rápidamente: nos quedamos sólo dos días en este anclaje antes de regresar a Guayaquil.
Preparación previa imprescindible.
Por suerte, antes de salir, una semana en la oficina de Tara en París me ha permitido iniciar mi incorporación. Una semana bastante densa para recopilar documentación relativa a las zonas de navegación porvenir,  adiestrarme a las herramientas de comunicación a bordo,  repasar los artículos de mis antecesores, trabajar con Eloise, responsable de la comunicación general, quien será mi interlocutora principal, comprar el material que me falta y, finalmente, reunirme con Chris Bowler, uno de los responsables científicos de la expedición, con miras a entender a cabalidad el corazón del proyecto Tara Oceans.
Director de una unidad de investigación en la ENS, involucrado en el proyecto Tara desde hace mas de 3 años, Chris tiene una visión general de los retos de la expedición. En una hora el intenta sobre todo compenetrarme del enfoque científico de Tara. También me pasa algunos informes de estudios para que yo pueda relatar mejor el trabajo de los investigadores a bordo sin tenerle miedo a palabras tales como protistas, diatomeas, cocolitóforo, eukaryota y demás células eucariotas.
 El espíritu de Tara: un organismo vivo.
"El reto científico de Tara pasa por el desafío humano” me expone Chris. "En el transcurso de nuestra formación se nos inculca: ¡siempre estén enfocados! Pero los científicos demasiado especializados pierden la visión global necesaria para la comprensión de cualquier tema muy de punta. Cuando nos fijamos en cada uno de los microorganismos presentes en los océanos es indispensable conocer también sus condiciones de vida. De lo contrario sería como estudiar los parisinos sin preocuparse de lo que es Paris o Francia y sus características. Estoy nostálgico de la época de los filósofos naturalistas: sus conocimientos no eran tan compartimentados como hoy.  Para mí el gran desafío de Tara: reunir a bordo científicos de diferentes disciplinas para poder estudiar los ecosistemas en su conjunto. Aunque el núcleo del proyecto esté vinculado a la biología, son esenciales la química y la física para la comprensión global. Es también por ello  que la expedición dura dos años y medio y explora un territorio tan amplio. Vivimos en un mundo de interacciones; Una visión parcial genera distorsión. Es una ambición global que nos permite entender al individuo."
"La parte más difícil no es necesariamente el reunir diversos científicos en un mismo lugar; es sobre todo la disposición a trabajar juntos y encontrar un lenguaje intelectual común. A veces una sencilla palabra de vocabulario significa cosas totalmente diferentes en la física y la biología”.
"El objetivo de Tara es precisamente de tener éxito en la creación de un espíritu de comunidad y compartir de conocimientos complementarios para progresar. A veces veo Tara como uno más de esos organismos que estudiamos: cada elemento de la organización es vital para el buen funcionamiento del conjunto y depende de todos los demás. Impulsar esta alquimia con un grupo humano no necesariamente natural: ¡Este es el gran desafío! "
Cuando dejo Chris para finalizar mis preparativos, imagino cómo en cada etapa la introducción de  nuevas “partículas" en este organismo dificulta la tarea. Pero Tara lleva casi 2 años navegando así: un reto vivo que debemos perseguir.

Sibylle d’Orgeval

06/05/2011

Taxónomo, una especie en evolución



A.Deniaud/Tara Expeditions


Christian Sardet ha instalado un acuario en el comedor pequeño; El macroplancton desfila sin parar frente a su cámara: Beroe, Cintura de Venus... El científico conoce cada actor por su nombre pero a veces le entra una duda: él se sumerge entonces en la biblioteca a bordo para mejor identificar los diversos plánctones.
La identificación o más bien la clasificación de las formas vivas es una ciencia per se: la taxonomía. Charles Darwin fue uno de los que alumbraron de modo renovado esta ciencia,  demostrando que las especies evolucionan, algunas desaparecen y surgen otras. Esta ciencia inicialmente estática se convirtió en dinámica en la actualidad. El desarrollo de la genética es sin duda la más reciente y tal vez más importante revolución que transforma esta ciencia antigua, ahora desatendida por la nueva generación de biólogos. Una mirada sobre esta disciplina en evolución.
La historia de la Taxonomía
La palabra taxonomía (o taxinomía) proviene del griego τάξις (taxis), “orden”, y νομός (nomos), “ley”. Es el botánico suizo Augustin-Pyrame de Candolle quien en 1813 propuso nombrar la ciencia de la clasificación. Pero la necesidad de identificar y nombrar las formas de vida, incluyendo las plantas data de mucho antes. Dos mil años antes de Linné, 300 años antes de JC, el griego Teofrasto, sucesor de Aristóteles, ya había descrito varias plantas en su libro "Historia de las Plantas".
El sistema de Clasificación
Los organismos vivos se clasifican mediante un sistema jerárquico establecido que permite agruparles en forma de árbol.
La nomenclatura de los organismos vivos
Escribimos el nombre taxonómico de un organismo asociando su tipo y su especie siempre en letra itálica. La regla impone que el primer nombre empiece con mayúscula y el segundo con  minúscula. Estos nombres formados a partir de raíces latinas y griegas describen por lo general  la morfología o el estilo de vida del organismo.
Por ejemplo, Pelagia noctiluca nombra una medusa de tipo Pelágica, "que vive en mar abierto", de la especie noctiluca "que alumbra de noche".  La cintura de Venus o Cestus veneris es un ctenóforo que se parece a un cinturón. Más allá de su carácter descriptivo, un gran número de nombres de medusas se inspira en la mitología griega: es el caso de la medusa Cassiopeia o Casiopea. A veces un científico nombra una especie del nombre de uno de sus colegas. El nombre de la especie siempre se documenta en los registros junto al nombre del científico que descubrió el organismo y al año de publicación de su descripción.
El descubrimiento de nuevas especies
En cada escala de Tara se repite la pregunta hecha a los científicos: ¿Han descubierto una nueva especie? Antes que todo recordemos que resulta muy complicado y tedioso comprobar el descubrimiento de una nueva especie y en especial describirla. Se debe estudiar el ciclo completo de vida del organismo para cerciorarse de que no haya sido descrito anteriormente por otro científico: a veces la morfología puede variar según el sexo y la etapa juvenil. También es difícil presentar una nueva especie a partir de un solo ejemplar: el puede estar dañado o atípico. El ideal es tener un macho y una hembra que se pueden reproducir. Después de describir la nueva especie el científico “inventor” debe someter su estudio al examen de un jurado internacional y luego publicarlo.
La desaparición de los taxónomos
Hoy en día la taxonomía es una disciplina prófuga de las escuelas; Quedan algunos apasionados: Franck Prejger, taxónomo en el laboratorio en Villefranche-sur-Mer, es una de esas personas que enriquecen su conocimiento de la identificación con los aportes de taxónomos ahora retirados.  . Para superar la escasez de taxónomos existen programas europeos. En el caso del plancton, y especialmente de los virus y bacterias,  la taxonomía encuentra sus limitaciones; hoy es la genómica que complementa esta ciencia ancestral.

Stephane Pesant y Anna Deniaud

03/05/2011

En los pasos del Beagle.


A.Deniaud/Tara Expeditions

Un sombrero Panamá en mano, la tripulación se despide de quienes observan el zarpe de Tara: unos cuantos  curiosos del Malecón 2000 (Guayaquil, Ecuador), mas Gabriella y Montserrat, dos científicas desembarcadas en  Guayaquil. En cada escala es el mismo ritual: nuevos compañeros embarcan, otros dejan la aventura. La rutina no ayuda: cada vez se nos  pincha el corazón. En un calor sofocante bajamos el  río Guayas  para volver al Océano Pacífico. ¡Los mosquitos no parecen decididos a abandonar el barco!
Guiado por fregatas, aves acuáticas de plumaje oscuro, Tara enrumba hacia las Galápagos, mítico archipiélago ubicado a 960 km de las costas del Ecuador. Poco a poco el roció disipa la nostalgia de la salida  y la emoción gana la tripulación: estamos siguiendo los pasos de Charles Darwin para descubrir este laboratorio viviente que inspiró al biólogo para su teoría de la selección natural.
En septiembre de 1835, tras  cuatro años de viaje alrededor del mundo a bordo del Beagle, el joven naturalista llega a las Islas Galápagos. Tortugas, aves marinas, iguanas: en tierra Darwin esta impactado por la riqueza de la fauna. Observándola con atención el está fascinado por su diversidad. "Nunca soñé que unas islas distantes de 50-60 millas, casi todas a la vista una de la otra, formadas exactamente por las mismas rocas, en un clima absolutamente parecido, todas de la misma altura, albergaran animales diferentes”. (Extracto del libro " Viaje de un naturalista alrededor del mundo” de Charles Darwin).
Para seguir la huella del biólogo británico, tres coordinadores deTara Oceans, Gaby Gorsky, Silvia Gonzales –Acinas y Christian Sardet se han unido a Stéphane Pesant y al resto del equipo científico.   Mandatado por su país, Denis Alexander Mosquera Muñoz, observador ecuatoriano, acompañará a los investigadores en las aguas del Parque Nacional. Se asegurará de que no se haga muestra alguna a menos de  200 millas de las costas del Ecuador, hasta nuevo aviso: todavía no se ha obtenido la autorización de muestreo. En esta etapa Guayaquil-Santa Cruz  un periodista y un fotógrafo alemanes de la revista GEO  embarcaron también para hacer un reportaje sobre el trabajo científico.
Después de dos días de navegación, la roseta se sumerge de nuevo para muestrear un área naturalmente ácida.  El pH de estas aguas llamadas "ácidas" es de 7,9, superior al pH neutro (7).  Alrededor de las Galápagos la acidez del agua es mayor que en otras partes del mundo donde las aguas superficiales en general tienen un pH de aproximadamente 8.1. Si en esta zona del Pacífico  la acidificación del medio acuático es un fenómeno natural, de modo global los océanos  tienden a acidificarse debido al aumento de las emisiones de dióxido de carbono en el aire. Esta región aparece así como un verdadero laboratorio marino cuyas actuales condiciones ambientales podrían ser representativas de las condiciones futuras de todos los océanos del mundo. Gracias a este estudio, los científicos esperan poder entender el impacto de la acidificación de los océanos sobre la vida de los microorganismos y anticipar las consecuencias de la actividad humana sobre los ecosistemas marinos.
Independientemente de cualquier cambio climático, la acidificación del océano podría perturbar la vida de  organismos marinos como los moluscos, corales y foraminíferos (plancton unicelular) que necesitan  sintetizar la piedra caliza para fabricar sus conchas o su hábitat. Más acida el agua, más difícil para los organismos el sintetizar la piedra caliza.

Pero la hora aún no está en análisis; Por ahora los investigadores están luchando para recoger muestras de agua. Al mismo tiempo que la roseta, Christian Sardet lanzó una red pequeña para recuperar plancton.  Asistido por una joven científica recién incorporada, Sophie Marinesque, Christian organiza su cosecha para luego fotografiar  y filmar los diversos microorganismos. Muestras y fotografías abonaran su proyecto dedicado al  plancton, "Las Crónicas del plancton", visible en Internet: www.planktonchronicles.org.
Paulatinamente se está poniendo el sol, inundando la goleta de una luz naranja. Esta noche los científicos volverán en popa para una sumersión suplementaria de la CTD. Mañana por la mañana, después de unas  52 millas, cruzaremos la línea del Ecuador, por primera vez para algunos. Entre gentes de mar la tradición manda  un bautismo, o más bien una "novatada" impuesta a los primerizos de esta línea. La condición de periodista embarcado no será excusa; los conocedores no quieren divulgar la prueba que espera a los novatos.

Anna Deniaud

02/05/2011

Desde el violeta al verde, pasando por el azul…Tara avanza.




Las campañas oceanográficas nacionales e internacionales usualmente enfocan unas regiones específicas, que estudian según un muestreo más o menos denso que conduce a una comprensión detallada de la dinámica de los ecosistemas, en el tiempo y el espacio. Sin embargo el abanico de parámetros medidos varía considerablemente de una campaña a otra: ello dificulta a veces la integración de conocimientos a nivel internacional, e incluso nacional.
La expedición Tara Oceans se diferencia de las demás campañas en alta mar: por su cobertura geográfica planetaria; por las mediciones que abarcan todo el espectro de tamaño (10-7 hasta 10-1m) y del espectro taxonómico del plancton (incluidos los virus, bacterias, protistas y metazoos);  por la coherencia de los protocolos en vigor a bordo y en tierra, combinando biogeoquímica, taxonomía clásica, genética y tecnología de imagen. El objetivo es construir un retrato sinóptico de la biodiversidad del plancton en los océanos y mares del mundo, en un período de dos años y medio. Siguiendo una ruta definida, este ambicioso proyecto debe centrarse en los  ecosistemas contrastados y representativos de las grandes masas de agua, y los principales fenómenos oceanográficos que se encuentran allí: “upwellings", "desiertos oceánicos", "giros" a meso- escala (~ 50-200 km), y "frentes oceánicos".
La posición de las estaciones de muestreo está determinada por diversos factores ambientales, como la temperatura superficial del mar,  los indicadores de biodiversidad, las zonas económicas exclusivas y las condiciones del viento que influyen en el tiempo de navegación y la capacidad de utilizar los instrumentos científicos. Por lo tanto es esencial identificar grandes zonas de muestreo y aprovechar las ventanas de buen tiempo para realizar un muestro completo, lo que después permitirá un análisis comparativo a cabalidad de los ecosistemas muestreados en todo el planeta.
En el tramo Isla de Pascua-Guayaquil, hemos estudiado tres ecosistemas en detalle: el giro del Pacífico Sur, las aguas subecuatoriales, y la zona de influencia del upwelling costeño. En los tres casos, la distribución vertical de las propiedades físicas, químicas y biológicas de las masas de  agua ha sido identificada de día y de noche hasta 1 000 m; Todas las muestras destinadas al análisis taxonómico, óptico y genómico se tomaron a tres profundidades, incluyendo la capa de superficie. Hemos seleccionado las dos otras capas en función de la concentración de clorofila, de la materia particular, de los nutrientes y del oxígeno disuelto. Los tres sistemas estudiados se tipifican por los contrastes de temperatura de la superficie (Figura 1) y la diversidad del plancton, tanto en intensidad como en su distribución vertical.
Giro del Pacífico Sur - (estaciones 098 y 099). En el corazón del Pacífico Sur, este "desierto oceánico" se caracteriza por la casi ausencia de nutrientes entre la superficie y los 300 m. En estas aguas ultra-oligotróficas (muy pobres), el fitoplancton se concentra a 180 m de profundidad, encontrando allí el mejor compromiso entre acceso a la luz y nutrientes. En superficie y a 480 m, hemos aumentado los volúmenes de muestras filtradas con miras a garantizar una cantidad de plancton suficiente para el análisis genético. El muestreo a 480 m fue seleccionado por la concentración de oxígeno disuelto y en materia particular que representaba respectivamente un mínimo y un máximo a esta profundidad. Estas características indican a menudo una fuerte respiración biológica por el zooplancton y / o las bacterias. Además, el multinet reveló  comunidades de zooplancton distintas en las capas 800-600m,  600-400m,  400-100m, 100-75m y75m-0m.
Aguas subecuatoriales del Pacífico - (estación 100).  Este sistema está separado del Giro por un frente tropical formado por aguas más frías procedentes del suroeste de nuestra área de estudio, ya muestreadas en el transcurso durante la misión anterior entre Valparaíso y la Isla de Pascua. En la estación 100 los nutrientes están presentes hasta la superficie y hay una alta concentración de fitoplancton a 75-80 m de profundidad. El muestreo profundo fue sustituido por el estudio de las aguas a 180 m caracterizadas por una alta concentración de fitoplancton, correspondiente a los resultados del modelo Mick Follows que predice una alta biodiversidad a esta profundidad.
Zona de influencia del upwelling costeño - (estación 102): Aun que situada fuera del upwelling costeño  del Perú, en esta estación todos los signos de una alta producción de plancton estuvieron presentes. La concentración en clorofila era  5-10 veces mayor que aquella de las estaciones anteriores; el zooplancton era tan abundante que hemos necesitado numeroso frascos para conservar la cosecha de muestras en las redes. Una capa de aguas ricas en partículas situada a 480 metros fue nuestro blanco para el muestreo profundo. Las muestras del multinet permitieron la identificación  de comunidades de zooplancton asociadas a esta capa.
Por último, el muestreo detallado de los tres ecosistemas se completó con la medición continua de la temperatura, la salinidad, la fluorescencia (FRRF), y varias propiedades ópticas de las aguas superficiales. La abundancia, el tamaño y la fluorescencia del picoplancton (células muy pequeñas) se midieron también a bordo de acuerdo con un intervalo de muestreo de 6 horas, gracias al nuevo citómetro embarcado en Valparaíso. Es en las aguas salobres y túrbidas del  Río Guayas que Tara ha terminado esta etapa de la expedición, en un té demasiado cargado... con una nube de leche.

Stéphane Pesant