27/02/2011

Llegada a Valparaíso

© V.Hilaire/Tara Expéditions

27-02-2011
Esta mañana sábado, desde las 9, las redes comenzaron a peinar la superficie y los fondos de la plataforma continental de Chile. Pronto, se localizó el área sin oxígeno, más cerca de la superficie que en la estación anterior, el día de ayer. A sólo 50 metros esta vez, en lugar de 90 antes.
Para Chris Bowler, nuestro jefe de misión "esto significa que toda la vida se concentra en esta capa, donde encontramos tanto el fitoplancton como el zooplancton ". "Incluso observamos una floración de diatomeas; a priori, es porque es el final de la temporada aquí,  el fin del verano: la vida está en su pico alto." También hubieron muchos gelatinosos en el fondo de los recolectores una vez subidos a la superficie.
Se lograron doce sumersiones "se trata de una estación costera, nuestras muestras no tienen carácter excepcional aquí: muchas universidades ya han trabajado en estas aguas." Para Chris Bowler, "lo excepcional es que con nuestro sistema de muestreo "end to end”, del virus a la  larva de pez, vamos hacer genómica, algo que nunca se ha hecho en estas áreas."
Esta etapa está por terminarse. Como siempre desde el inicio de la expedición Tara Oceans, un aporte científico que traerá su lote adicional de conocimiento y posibles descubrimientos de esta parte del Océano Pacífico.
Para parte de la tripulación, esta llegada a Valparaíso es también el final de una aventura. Todos los que habían embarcado en Buenos Aires y todavía estaban a bordo, dejaran Tara aquí. El nuevo capitán, Loïc Vallette toma oficialmente en Valparaíso su mando, tras haber  pasado un mes en la máquina. El sustituye  Hervé Bourmaud quien  volverá a encontrar Tara en las islas Galápagos.
El segundo capitán  Alain Giese, la cocinera Hélène Santener, todo el equipo científico, con excepción de Frank Prejger, desembarcan también. Por mi parte, pongo fin a seis meses de navegación a bordo de Tara. Seis meses de una aventura increíble que me llevo de Ciudad del Cabo, África del Sur, a Valparaíso, pasando por la Antártida y los canales de la Patagonia. 13.000 millas náuticas en total, unos 25.000 kilómetros. Un viaje por el Atlántico Sur, el Océano Austral, y un trozo del Pacífico.
Una  nueva corresponsal de la expedición se hará cargo, Anna Deniaud. ¡Que les vaya bien! a ella y su lápiz, para seguir llevándoles a ustedes con nosotros, en este viaje alrededor del mundo al servicio de la ciencia.
Esta noche estamos anclados frente a las miles de luces de Valparaíso, que poco a poco se queda dormida. Mañana, domingo, estaremos amarrados en el muelle N º 7 del puerto de comercio. Tara zarpara el 9 de marzo rumbo a Isla de Pascua. Después de momentos compartidos con escolares y autoridades locales. Y también después del mantenimiento general y unas reparaciones, en particular de este generador que nos priva actualmente del muestreo en profundidad.
¡Suerte Tara! ¡Felices vientos!
Vincent Hilaire

26/02/2011

FOCUS. Reportaje el corazón del Genoscope


Olivier Jaillon. © S.Rouat



El ADN y el ARN del plancton se descifran en este laboratorio indispensable al dispositivo de Tara Oceans.
Los investigadores procuran hacer hablar el material genético todavía desconocido de los microorganismos marinos recogido a bordo de Tara. Se podría, mañana, abrir nuevos caminos en la ciencia, la medicina y la industria.
***
Veinte y cinco máquinas zumban en la luz del verano indio. Los técnicos de laboratorio se afanan cerca de una caja de la cual escapa una espesa niebla de frio. Ellos extirpan con delicadeza cajitas transparentes congeladas.
Estamos en el Genoscope de Evry, el centro francés de secuenciación, instalado a unos treinta kilómetros de París.
Es aquí, en estos grandes edificios típicamente "académicos", que llegan cada seis semanas las muestras de microorganismos marinos recogidos a bordo de la goleta Tara. Sin descanso, los investigadores están intentando hacer hablar su ADN y ARN, todo este material genético todavía desconocido,  lo que podría, mañana, abrir nuevos caminos en la ciencia, la medicina y la industria.
¡Asombroso camino recorrido por el Genoscope desde su creación en 1997, bajo la égida del CEA, con miras a participar al gran proyecto internacional de secuenciación del genoma humano! Ya en 2003, los investigadores franceses habían llegado al final de los 87 millones de "letras" del cromosoma 14 humano. Secuenciar implica de hecho desmenuzar cada cromosoma en millones de pequeñas piezas, para determinar el orden de sucesión de las moléculas elementales, -representadas por las 4  letras A, T, G, C-, que conforman la molécula de ADN, y luego recomponerlas en el orden correcto. Desde entonces, el Genoscope es parte de todos los grandes programas que requieren de medios masivos de secuenciación. "Estamos bregando con el inventario de la flora microbiana de suelos, del agua de ríos, pero también del intestino", afirma Jean Weissenbach, medalla de oro del CNRS y director del centro de secuenciación.
Hoy en día, el Genoscope aborda un gran proyecto con Tara Oceans. Las primeras muestras llegaron hace más de un año, en el otoño de 2009, y las primeras secuencias de estas muestras  no se completaron hasta la primavera del 2010. En concreto, una muestra es un tubo que contiene organismos unicelulares y algunos multicelulares, retenidos en un filtro, sumergidos en un líquido de conservación del ADN y del ARN.
Para las dos profundidades en las que las muestras se hicieron, los organismos recolectados fueron separados en cinco tamaños diferentes. Sabiendo que en el transcurso del año pasado se hizo un centenar de estaciones, ¡esto significa que el Genoscope alberga en sus congeladores alrededor de 1.000 muestras! Sin contar los que están por llegar a Evry en el transcurso de los dos años porvenir. ¡O sea más de 2000 tubos suplementarios!
"Por ahora, se realizó un estudio piloto en una sola estación de muestreo", nota Olivier Jaillon, investigador en el Genoscope. "Pero en 2011, pasaremos a una escala más grande. Este es el mayor desafío del año. ¿Seremos capaces de llevar a cabo todas las etapas, desde el barco hasta  el secuenciador, una cadena formada por una multitud de pequeños pasos riesgosos? El otro desafío de gran tamaño es el de la bioinformática. La secuenciación arroja enormes cantidades de datos. En esta masa de "letras" sacadas del ADN y del ARN, el ojo humano es incapaz de navegar. Son entonces las computadoras y los programas informáticos que tienen la tarea de descifrar este texto aún desconocido, y reconocer en su seno los elementos tales como el código de una proteína, etc. A partir de 2011, sin embargo, el volumen de datos va explotar. "Pronto se va generar cada día la misma cantidad de datos que todo lo que se almacenó en bancos de datos, en el año pasado, en todo el mundo," se exclama el investigador.
"Si queremos lograr un trabajo en profundidad, tendremos que elegir unas cuantas estaciones representativas", apunta Jean Weissenbach. "Podremos entonces comparar sus datos con otras conocidas,  encontrar proteínas ya identificadas y descubrir otras nuevas. Es un verdadero inventario de los microorganismos del medio ambiente marino y de sus funciones biológicas que estamos implementando. ¿De qué estas especies son capaces? ¿Cuáles son sus actividades y su impacto en su entorno? “No podemos imaginar todavía todo lo que se podrá sacar del material que vamos acumulando ", dice, entusiasmado.
Mientras tanto, numerosas muestras de Tara Oceans tendrán que esperar antes de ser estudiadas. Pero una vez congeladas, pueden aguantar en el Genoscope por lo menos cien años. Para este entonces nuevas tecnologías permitirán tal vez conocer su contenido en un tiempo récord, mientras las mismas especies que contienen podrían haber desaparecido de los océanos.
Sylvie Rouat, periodista de Sciences et Avenir.
__________
Pequeño recordatorio útil:
Genética: La genética estudia los caracteres hereditarios de los individuos, su transmisión de generación en generación y sus mutaciones.
Genoma: Conjunto del material genético de un individuo. Patrimonio hereditario de un individuo.
ADN: ácido desoxirribonucleico: molécula portadora de la información genética hereditaria.
ARN: ácido ribonucleico. Viene de una transcripción del ADN. El ARN mensajero es una molécula compuesta por una hebra que es el vector entre el ADN y el ribosoma. El ribosoma permite la traducción del ARN mensajero en proteína.
La proteína es una de las moléculas más importantes; está presente en todos los organismos vivos y los virus. Proporciona las funciones esenciales de la célula: arquitectura celular, funcionamiento.

Entre gelatinosos y cachalotes


© V.Hilaire/Tara Expéditions

26-02-2011
Esta mañana a eso de las 10, el mar se había calmado, unas condiciones propicias para una nueva estación prevista en la Corriente de Humboldt. Se bajo una docena de redes, un poco más que en la estación anterior, la número 90. Aquella vez el oleaje no permitió bajar todos los instrumentos sin riesgo de romper el material.
"Lo que caracteriza esta estación 91, es que por debajo del área de fabricación de la clorofila,  situada entre 40 y 50 metros, hay una OMZ (oxígen mínimum zone - zona de mínimo oxígeno). Esto significa que la vida va desde la superficie hasta unos 90 metros, y más allá sólo los organismos que viven sin oxígeno pueden sobrevivir. Y estamos sobre fondos de 4000 metros” descifraba Chris Bowler, nuestro  jefe de nuestra misión hasta Valparaíso.
En esta zona de 90 metros, la vida es particularmente rica. Estamos  a finales del verano, al igual  que la estación anterior.
"Este fenómeno de OMZ a partir de 90 metros se explica por la superposición de dos corrientes;  La corriente de Humboldt, fría, rica en ciertos tipos de nutrientes a lo largo de la costa de Chile, remonta hacia el norte. Debajo de ella, y esto es particularmente claro en los perfiles registrados en esta estación, el agua ecuatorial corre hacia el sur  (Sub surface equatorial current). Es rica también, pero en otros nutrientes, y especialmente pobre en oxígeno.” Ello explica la existencia de estas masas de agua y la vida que va con ellas. Así que aquí estamos en una mezcla de dos masas de agua.
En la estación anterior, no había OMZ; Se registró solo la influencia de la corriente de Humboldt. En la medida en que ascendemos hacia el ecuador, los océanos nos están advirtiendo a su manera de este cambio.
"Así que tuvimos mucha suerte hoy al sondear en el lugar correcto, exactamente donde las aguas comienzan a mezclarse”. Chris Bowler no ocultaba su satisfacción por la tarde.
En los primeros 90 metros bajo la superficie, en realidad hemos cosechado sobre todo los organismos que necesitan oxígeno. Organismos  gelatinosos, como las salpas. Pero también hay otros, no gelatinosos ellos, tales como los copépodos. "Estas áreas sin duda deben conocer poca migración nocturna, cuando el zooplancton se eleva a la superficie para correr al fitoplancton. Aquí, el zooplancton vive más bien en la capa superficial ", observa Chris.
Y prueba de que la despensa está en la superficie, desde principios de la tarde del viernes hemos visto un banco de una veintena de cachalotes y delfines. Mañana una nueva estación debe confirmar, cien millas náuticas más hacia el norte-este, en la plataforma continental esta vez,  si cambiamos de masa de agua, y si esta OMZ está todavía presente y a qué profundidad.
Vincent Hilaire.

25/02/2011

© V.Hilaire/Tara Expéditions


Entrevista con Antoine Triller y Chris Bowler
Embarcados en Puerto Montt, Antoine Triller y Chris Bowler, dos científicos del Instituto de Biología de la Escuela Normal Superior de París, se encuentran a bordo. Es la oportunidad para recordar su participación en el proyecto, lo que esperan de él y lo que Tara Oceans representa para ellos. Antoine Triller es el director de este instituto; Chris Bowler es el jefe del departamento genómico ambiental y evolutivo. El es también uno de los principales coordinadores científicos de Tara Oceans.


V.H ¿Cuál es el interés del Instituto en participar en Tara Oceans?
Chris Bowler: "Nuestro laboratorio dedica especial atención a un grupo de microorganismos, las diatomeas. Su exoesqueleto está compuesto de sílice. Constituyen una bomba aspiradora de carbono especialmente eficaz. Ellas son responsables del 20% de la fotosíntesis a escala del planeta, 40% en los océanos.
En el laboratorio, se estudian las diatomeas con unas herramientas de biología molecular muy avanzadas, y construimos hipótesis. Con Tara Oceans, podemos probar estas hipótesis, tratar de validarles, o desarrollar nuevas. Por ejemplo, uno se pregunta por qué las diatomeas crecen más rápido que los demás fitoplánctones. Con esta expedición, esperamos entender mejor este fenómeno."
Antoine Triller: "Hay este interés en la división de investigación dirigida por Chris, pero también tenemos otro equipo de matemáticos trabajando en la modelización de los ecosistemas. Así que con los datos recogidos por Tara, podemos dar un sentido más profundo, más amplio, a estas muestras tomadas por la expedición. La vocación de nuestro Instituto, el IBENS, es reunir a varias disciplinas científicas. Pueden trabajar juntas en "objetos", como los recolectados por  Tara Oceans. También tenemos secciones de expertos en imagen, biología del desarrollo, genética molecular y neurobiología. Esta plataforma está involucrada en un proceso de estudio general de la materia viva.
Tara impulsa un nuevo tipo de investigación; Es una aventura científica que reúne universos de investigación muy diferentes, y es básicamente lo que importa porque muchas disciplinas están involucradas en esta aventura.
Ahora debemos dotarnos de las herramientas de análisis capaces de manejar una tal cantidad de información. Por último, Tara es para nosotros un vehículo de divulgación científica; Con esta expedición, se siente una agitación, se vuelve a colocar la ciencia en la aventura humana. "
V.H. ¿Cuál es su relación personal y profesional con el mar?
Antoine Triller: "Mi madre participo en las primeras navegaciones en los Glénans. Me encanta la vela y he navegado bastante entre mis 16 y 25 años. Profesionalmente, soy un apasionado de los sistemas nerviosos responsables del reflejo de huida de los peces, cuando se sienten amenazados por un depredador. "
Chris Bowler: "En Nápoles, donde pasé diez años en un instituto de la biología marina, siempre en biología molecular, he desarrollado una pasión por el mar, especialmente para estos organismos marinos llamados diatomeas.


V.H. ¿Cómo piensan dar a conocer la expedición al público en general?
Antoine Triller: "Este velero proyecta una imagen extraordinaria. Un velero es ya un medio de transporte que no contamina, o muy poco. Además está la historia peculiar de Tara. Este barco puede ir en zonas muy remotas, lentamente, con una tripulación reducida. "
Chris Bowler: "Tara permite establecer un vínculo entre la ciencia y la aventura,  nos ayuda a explicar conceptos usualmente difíciles de compartir con el público. Este velero llama la atención, es estético; Con ese poder de seducción logramos captar la atención del público para dar a entender  la importancia de los océanos en nuestras vidas diarias. "


V.H.: ¿Cuántas personas del Instituto de Biología trabajan para el proyecto de Tara Oceans?
Chris Bowler, "Tres secciones están involucradas, la genómica, la de imagen y la modelización de ecosistemas. Pero no tenemos fondos dedicados a este proyecto, por lo que todo el mundo, en su mayoría estudiantes, trabajan sobre la base de la buena voluntad.”
Entrevista realizada por Vincent Hilaire.

22/02/2011

Primera estación después de Puerto Montt, Chile


© V.Hilaire/Tara Expéditions


Primera estación después de Puerto Montt, Chile. 22-02-2011
Hemos recorrido 280 millas desde que salimos de Puerto Montt. Estamos ahora en el Océano Pacífico,  donde, el lunes, hemos realizado nuestra primera estación.
Condiciones bastante suaves, un oleaje de un metro, vientos del Sur de unos quince nudos. Aun más apreciable que, con nuestro generador averiado, la mayoría de las inmersiones se hace manualmente. "Era una estación de arranque para todos; Pero hemos logrado hacer casi todo. Seremos aun más eficaces la próxima vez", me decía Chris Bowler, nuestro jefe de misión. Se llevaron a cabo unas doce inmersiones, un CTD (conductividad, temperatura, profundidad) una botella de Niskin y redes.
Según Franck Prejger, científico del laboratorio de Villefranche-sur-Mer, en las redes se pescaron muchos gelatinosos de buen tamaño, tal como numerosas Physalies, estas hermosas  medusas azules con largos filamentos urticantes.
Marcela Cornejo y Pamela Labbé, nuestras dos científicas chilenas a bordo hasta Valparaíso, pudieron foguearse con los protocolos científicos actualmente implementados en Tara. Ambas salen de la universidad de Chile: Marcela tiene ya un doctorado, y está en postdoctorado. Pamela lo acaba de obtener.
Nuestra siguiente estación está programada un poco más al norte, a unas 270 millas. Si nos fiamos de los pronósticos del tiempo, las condiciones que nos esperan podrían ser un poco picantes, con vientos anunciados de 40 nudos. "La idea es avanzar lo más despacio posible para no pasarnos de la zona de esta próxima estación", según el capitán Hervé Bourmaud. Es por eso que vamos a dejarnos llevar en las próximas horas, sólo con el trinquete, la pequeña vela delantera. Para no fallar en nuestra próxima cita con lo infinitamente pequeño. Después de más de veinticuatro horas de navegación y unos cuantos movimientos de rodillo, la tripulación ya esta marineada.
Por ahora, estamos en aguas muy calientes, que contrastan  con las de los canales de Patagonia por ejemplo. Los instrumentos a bordo han registrado 17,3 °C en promedio. Hemos dejado los  40 rugientes. Este lunes por la noche estamos por 39 ° 29 'de latitud sur.
Vincent Hilaire.

20/02/2011

Rumbo a Valparaíso


© V.Hilaire/Tara Expéditions
 20-02-2011
Después de cuatro días de escala en la marina Oxxean de Puerto Montt, hemos regresado al mar hoy, para nuevas aventuras. En Puerto Montt, llegaron nuevos científicos,  compramos víveres y cargamos combustible.
Cuando salimos del pontón a eso de las 9  este domingo por la mañana, ya había salido un sol  espléndido, con una temperatura agradable. Unas cuantas nubes, pequeños stratus que venían a colorear esta "tormenta de cielo azul.". Pocos barcos también, en este brazo entre continente e  isla Tenglo, cuyo nombre significa "aguas tranquilas" en el idioma autóctono.
Después de retroceder y dar media vuelta, Tara enfiló hacia la salida de este canal de poca profundidad en marea baja. Establecimos trinquete, trinquetilla y mayor;  Me metí en el  neumático con el segundo capitán Alain Giese para inmortalizar este momento con cámara y  vídeo. Las dos velas se deslizaban en reflejo sobre una superficie apenas removida. “Este barco, realmente tiene algo " me dijo Alain.
Debemos hacer nuestra primera estación científica el martes. El interés clave de esta etapa es el estudio de la vida que existe en la corriente de Humboldt, que corre a lo largo de la costa chilena en el sentido norte-sur. También se están desarrollando a lo largo de la costa, según los vientos,  fenómenos importantes de resurgencia de aguas frías profundas, denominados upwelling. Esta zona es un lugar de mezcla de aguas frías del Sur con aguas templadas del Norte. Al zarpar de Puerto Montt esta mañana, la temperatura del agua de mar registrada por los instrumentos embarcados era de 16 ° C, pero Puerto Montt en esta en el fondo del Golfo de Ancud y estábamos en una zona poco profunda.
En oportunidad de esta escala, con la ayuda de técnicos locales, hemos intentado hacer arrancar un de nuestros grupos electrógenos, el único apto a mover nuestro cabestrante de inmersión de los instrumentos de toma de muestras. Por desgracia de nada sirvieron nuestros esfuerzos, y después de más de dos días de duro trabajo, la planta sigue sin funcionar. La buena noticia es que quedan por verificar pocas hipótesis de las causas de esta avería. Todas las demás han sido verificadas, probadas, descartadas. Esta etapa no se beneficiará entonces del apoyo de este cabrestante hidráulico, y podremos solamente muestrear  en superficie.
A bordo, la atmósfera es excelente. Tenemos ahora hasta Valparaíso dos científicas chilenas observadoras, bastantes entusiastas. Chris Bowler, de la Escuela Normal Superior de París, es el jefe de esta misión. Él nos dirigirá en nuestra última etapa en Chile, puntuada de tres estaciones, en las 800 millas que nos separan de Valparaíso en línea recta, lo que nunca hacemos.
Antes de partir hacia la Antártida, habíamos hecho nuestra "entrada" en Chile, con los tramites de aduanas, a finales de diciembre, hace casi dos meses. Dos meses pasados en suelo chileno y un montón de recuerdos y descubrimientos sobre este país atravesado por numerosas cordilleras, montañas, glaciares, volcanes y bordeado por dos océanos.
Este domingo por la noche, después de cruzar el canal de Chacao, encontraremos de nuevo uno de los dos, que mal lleva su nombre: el Pacífico.
Vincent Hilaire

18/02/2011

Llegada de Tara a Puerto Montt, Chile.


© V.Hilaire/Tara Expéditions
18-02-2011
El último trecho de navegación hasta Puerto Montt habrá  sido una mera formalidad. Después de una progresión bajo un techo gris y lluvioso, con un poco de viento a favor, hemos llegado por la tarde del miércoles en la ciudad capital del sur de Chile.
El único "rayo de sol" de esta navegación nos cayó cuando, por unas cuantas millas,  pudimos izar el spinnaker, esta bella vela blanca de formas my femeninas y de instalación muy técnica. El  spi lleva la marca de Tara Oceans. Deslizarnos con esta tela ligera como un paracaídas, majestuoso, aéreo, hace de estos momentos algo inolvidable. 300 m2 en pleno empuje en un paisaje sonoro compuesto únicamente por el viento y el agua, es como soñar despierto.
Aterrizar en Puerto Montt fue también algo suave, en paisajes similares a los de la isla de Chiloé. El puerto está en un brazo de mar poco profundo, entre la costa y una isla. Tara está amarrado en el extremo del pontón.
Este jueves, las condiciones son muy buenas, es templado, con un sol brillante, y la buena noticia del día es que el técnico de mantenimiento del generador eléctrico que se rompió hace un mes esta ya a bordo.
Loïc Valette, nuestro mecánico en jefe hasta Valparaíso, y quien relevará Hervé Bourmaud como capitán durante unos meses, brega con este motor averiado, con Jorge, el técnico chileno. "Hay  para una o dos horas de trabajo", me dijo mientras desarmaba partes.
Varias personas ya han venido a tomar la temperatura del taller: el actual capitán, Hervé; Luego  Marc Picheral, jefe de misión en la Antártida, donde sucedió la avería. Al igual que ellos, todo el mundo está ansioso por volver a escuchar el zumbido del generador, el único capaz de hacer funcionar el cabrestante hidráulico para sumergir los instrumentos, incluido la gran roseta. En cada inmersión ella recoge cerca de 100 litros de agua a la profundidad deseada.
Luego de verificar la parte mecánica del generador, a pesar de dos intensas horas de trabajo, el suspenso de esta falla sigue sin desenlace. El "GE2" como se le llama a bordo de Tara, esta tarde del jueves,  no ha desvelado su secreto todavía. "De todas formas no nos vamos de Puerto Montt hasta reparar” me dijo Etienne Bourgois, director de Tara Oceans.
Nuestra fecha de salida de Puerto Montt es el 20 de febrero, si es que nuestro generador recobra a tiempo su compostura científica.
Vincent Hilaire.

16/02/2011

Tenóforos - Orgía de colores


© N. et C. Sardet / CNRS Images

 Olas de luz iridescentes, al acecho de las presas, estos son los Tenóforos.

Breve escala en Castro


© V.Hilaire/Tara Expéditions

16-02-2011
Después de salir de la caleta Tic Toc y de una navegación de 80 millas a motor, hemos llegado hoy en Castro, en la isla de Chiloé, Chile.
El contraste con los días anteriores es increíble: nos parece haber vuelto a encontrar la civilización y haber dejado el Gran Sur. La señal llega otra vez a los celulares.
Justo antes de entrar en el canal que nos llevo a Castro, vimos barcos de pesca haciendo las veces de ferry entre las islas Quehui y Lemuy. Una de estas embarcaciones hasta vacas cargaba de una ribera a otra. La sensación de viaje y descubrimiento se prorrogaba entonces otro tanto.
En las laderas de las lomas que forman estas riberas, hay casas, esparcidas al principio, y cada vez mas apiñadas hasta formar el tejido de la ciudad de Castro. "Parece que estamos subiendo  el Támesis", me decía Etienne Bourgois. Es cierto que este lugar es muy verde en comparación con lo que hemos visto en los últimos días; en el paisaje alternan bosques y pastizales. Semejanzas con el Rance o el Vilaine, en Bretaña. En todo caso, un parecido con tierras celticas.
Este verde no es una casualidad. Aquí llueve mucho, tal como me lo explicara más tarde una lugareña en un mercado casero de Castro. "A veces hay sol, pero sobre todo es lluvia” Dicen que entre 6 y 11 metros promedio por año. Castro es una ciudad de unos miles de habitantes que exude un ambiente de objeto del pasado; “Antiguo pero no viejo” me dirá una risueña comerciante deseosa de  que yo guarde una imagen positiva de su ciudad. Es comprensible: este pueblo pobre comienza a recibir un poco de turismo. Paseando por las calles, al ver la condición de los hogares, los comercios, los productos a la venta, uno entiende que la población es todo salvo acomodada.
Entre los edificios notables apercibidos desde nuestro anclaje, en esta ciudad construida en una colina sobre el mar, la iglesia de Castro. Está clasificada al Patrimonio Mundial de la Humanidad, al igual que la mayoría de las iglesias de la isla de Chiloé. Todo el revestimiento exterior del edificio es de lata; uno llega a sentir que los dos campanarios son una engañifa, mientras el interior es de madera, una madera cálida, tal vez de cedro. Muchas personas, turistas y habitantes de Castro estaban allí esta tarde, en un edificio donde se siente una calma y un recogimiento contagiosos.
Saldremos de nuestro anclaje frente a Castro mañana a eso de las 2 de la mañana. Luego empujaremos un poco más al norte para llegar por la tarde en el Golfo de Ancud, a Puerto Montt,  final de este tramo de transición. Otro brinco de 80 millas. Seis científicos están por llegar en los próximos días a Puerto Montt. Etienne Bourgois, Eric Karsenti, nuestros dos codirectores, y los invitados de este tamo nos dejaran;  no habrá cambio en los tripulantes marineros.
Guiño del día: acabo de pasar la marca de mis 12 mil millas desde mi embarque en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, hace casi seis meses; ¡y no termina todavía!
Vincent Hilaire

15/02/2011

Tara deja Caleta Tic Toc

© V.Hilaire/Tara Expéditions

15-02-2011
Al llegar a Caleta Tic Toc después de nuestra progresión en los canales, nuestra primera impresión fue la buena;  A veces sucede así. Este lugar es un remanso de paz, un lugar donde uno se regenera, lo cual se aprecia particularmente después de más de veinticuatro horas de navegación a motor. Esta ensenada muy protegida ya recibía visitantes, dos veleros con un alemán, dos suizos y una belga a bordo.
Escondidas en el bosque detrás de la playa donde anclo Tara, dos casas de madera, las de Douglas Tompkins, el ecologista billonario. Diseñador de las marcas de ropa Esprit y North Face, el compró en Chile cerca de 8000 km2 de tierras, el equivalente de Córcega, para crear reservas naturales o parques nacionales. Pero el hombre no estaba allí.
Pequeños grupos se turnaron para pasear por la playa de arena negra. La bahía está dominada por un cantil verde con muchas cascadas, y en su parte norte, por un glaciar descubierto de vez en cuando.
Nos habían invitado a disfrutar de una de las casas, a nuestra discreción. Algunos de nosotros durmieron allí, y la hemos ocupado para almorzar. Esta propiedad se parece a un cottage, por cierto no lo que uno se espera en la Patagonia.
El guardia de turno, Juan,  vino a visitar Tara;  El ofreció mariscos a Hélène Santener quien, ayudada por nuestro segundo capitán Alain Giese, los preparó con ajo, hierbas y espaguetis, una  delicia. Con nuestros amigos en el anclaje, éramos diecinueve comensales esta noche, Se extendió la mesa, el comedor estaba lleno, una cena cálida y distendida en el vientre de la ballena.
Una vez terminada la cena, no demoramos en levantar el ancla y dirigirnos hacia la isla de Chiloé donde atracaremos mañana, en un puerto llamado Castro. Tenemos cerca de 80 millas que recorrer hasta esta próxima parada, antes del sprint final de 80 millas también hasta Puerto Montt, el final de nuestro tramo patagón.
La parada será importante, porque normalmente nos debe alcanzar un técnico para reparar el generador que nos esta fallando desde la Antártida y dificulta nuestra misión científica. Sólo tenemos 4 o 5 días, en los planes, para resolver este problema antes de dirigirnos a Valparaíso, próximo puerto importante en nuestro camino.
En Puerto Montt, una gran parte de la tripulación desembarca, incluyendo Etienne Bourgois y Eric Karsenti, codirectores de Tara Oceans, así como algunos de los invitados embarcados en Puerto Williams. No habrá cambio en la tripulación de marineros, pero si llegaran nuevos científicos.

Nuestra progresión hacia el norte va a la par con un aumento de las temperaturas. En esta subida hacia el  Trópico del Capricornio nos acompañan temperaturas más suaves. Al fin de mes, cuando lleguemos a Valparaíso, la tripulación de la Antártida encontrara temperaturas vecinas a los 30 ° C. 30 grados más de lo que tuvimos un mes atrás en el continente blanco. Entonces, ¡Al norte! Es allí donde hace más calor en el hemisferio Sur, el mundo al revés.
Vincent Hilaire.

11/02/2011

Tara en Puerto Edén


© V.Hilaire/Tara Expéditions
10-02-2011
Este miércoles, bajo un sol de castigo inusual en este rincón de la Patagonia, después de pasar frente a más catedrales de granito de varios cientos de metros de altura, deslizándonos sobre un agua lisa como un espejo, hemos llegado a Puerto Edén.
Es un pequeño pueblo de 150 almas, pegado del canal Iglesias que tomaremos mañana jueves. Antes del canal Messier y el Golfo de Penas. Un puerto de pescadores que conoció horas más prósperas antes de que el alga roja condene el consumo de mariscos. Esta alga tóxica ha tenido un efecto fulminante en algunos aficionados  hasta un punto letal.  Como la pesca de mariscos era la principal actividad  económica, Puerto Edén cayó de 500 a 150 personas. 70 mujeres y 80 hombres siguen viviendo aquí de la pesca autorizada de la tradicional centolla, el equivalente de nuestra araña, y de pescado.
Para atraer barcos, sinónimo de beneficios económicos, y aprovechar este eje de navegación utilizado por los cargueros y graneleros que remontan hacia el norte de Chile, se está construyendo un muelle desde hace tres años en Puerto Edén.
Pero este muelle es un cuento de nunca acabar. Normalmente, su construcción debe terminarse en abril próximo, pero la entrega de la obra se ha postergado en varias ocasiones; los lugareños se vuelven entonces cautelosos y reservados sobre el resultado de este proyecto. En todo caso, los obreros, algunos de los cuales son de Punta Arenas en el noreste de Tierra del Fuego, encuentran algo aquí para mantener sus familias. Hasta empezar a apreciar económicamente todas estas dilataciones.
En este pueblo que uno recorre a pie en un pontón de madera construido a pocos metros encima del agua, las casas son a mendo de zinc, pero pintadas de múltiples colores, lo que en un día soleado como hoy, lleva mucha alegría al lugar. Tres cuartas partes del año, llueve. 6 metros por año en promedio; ni decir que Puerto Edén, al igual que todos los canales, es muy húmedo. Es por eso que este camino sobre postes fue construido, para evitar caminar en el lodo de la orilla, donde se apilan también toneladas de conchas de mariscos.
Los habitantes se divertían todo, curiosos por vernos desembarcar aquí, con nuestras cámaras hambrientas de la más mínima curiosidad. Todos ellos eran de fácil trato, sonrientes, tranquilos.
A pesar del agua a 15 ° C, los niños estaban nadando abajo del pontón, alrededor de los barcos de pesca rojo y amarillo, los colores de Puerto Edén. Al verlos, me decía a mí mismo ¡Que  libertad para ellos! Juegos que deseo a muchos niños como los de Puerto Edén, en paz, sin miedo, una actividad aparentemente natural, bajo la mirada distante de los adultos.

Para nosotros que venimos de otro planeta, híper-tecnológico, donde el más pequeño baño a esta temperatura se convierte casi en una expedición extrema, fue un momento de pura felicidad. Y también una bofetada.
La diferencia es que es un pueblo del agua, y que estamos perdiendo cada día un poco más  nuestro vínculo con la naturaleza, esta misma que nos rodea como en Puerto Edén.
Vincent Hilaire.

Tara al pie del Seno Iceberg


© Francis Latreille/Tara expéditions
11-02-2011
Después de pasar un nuevo arroyo de agua lechosa verde,  dos delfines de Peale’s vinieron a  jugar en la proa.  Con regularidad  almacenaban aire a la superficie, como nadadores de pecho. Estas aguas son poco saladas, alimentadas por glaciares que se derriten arriba de estas catedrales de piedra caliza;  Significa que estos mamíferos son capaces de vivir en un agua semejante al agua de ríos, al igual que otros delfines en otros lugares del planeta, en el río Amazonas por ejemplo.
Al doblar unas dos puntas más, el glaciar Seno Iceberg nos desveló toda su majestuosidad. Imponente, irisado de pequeños conos blancos congelados, de un azul casi turquesa a ratos. Al igual que los icebergs que hemos observado en Antartic Sound  semanas atrás. Periódicamente, el mugía, crujía, rugía, casi tronaba; Una sensación amplificada por el silencio del lugar.
Con Etienne Bourgois, codirector de la misión Tara Oceans, hemos desembarcado al pie de este gigante en una morrena. "Parece un paisaje lunar", me dijo. Caminamos sobre fragmentos y entre bloques gigantes de piedra calcaría esculpida, digeridos por el glaciar cuando sin duda cubría todavía esta parte de la bahía. Porque si nos fijamos en los mapas marinos que tenemos, el glaciar ha retrocedido cientos de metros, dejando estos residuos más o menos digeridos. Esta es una piedra calcaría gris moteada de negro, como la que se ve en varias regiones de Francia, en Bretaña por ejemplo.
De crestas en valles, hemos progresado en este terreno accidentado. Por encima de nosotros,  el  gigante se había derrumbado en algunos lugares. Tara había llegado a unos pocos cientos de metros de esta obra que sólo la naturaleza puede crear. La goleta parecía fundirse completamente en este entorno,  como si fuera parte de él, más que nosotros los humanos. Sus dos mástiles con cabezas color naranja fluo se deslizaban sobre las formas azules y blancas, sin alterar su belleza. Todo lo contrario.  Parecía conjugarse con el hielo en un todo.
Hemos vuelto a bordo luego con el neumático, el corazón ligero, aliviados por aquel momento de pureza, belleza, de grandeza, donde nada parece difícil ni complicado. Nos sentíamos colmados.
Esta noche estamos saliendo lentamente de los canales de Patagonia; Pasado mañana atacaremos  el Golfo de Penas, antes de la península de Chiloé. Nos queda todavía una semana y cerca de 500 millas que recorrer a bordo de la máquina de sueños. Antes de llegar a Puerto Montt.
Vincent Hilaire

10/02/2011

Pescadores de canales


© Francis Latreille/Tara expéditions
08-02-2011
Hermoso encuentro este martes por la tarde, rumbo al Canal de Messier y Puerto Edén. Nos hemos topado con tres barcos de pesca chilenos oriundos de Puerto Natales, mientras progresábamos en el canal Wild cerca de Isla Saumarez.
Ellos pescan mariscos locales. Estos hombres un poco demacrados, sin afeitar y vestido con harapos, pasan quince días mar afuera en lanchas frágiles, en condiciones espartanas. Pescan crustáceos buceando a 30 metros de profundidad, con un narguile casero alimentado por un compresor en el bote. Tras una semana de pesca, un barco más pesado recoge la cosecha subacuática de estos buzos de otra época. No se precisa indagar mucho más para dar cuenta de su pobreza y desamparo.
Intercambié un poco de español con ellos, preguntándoles si tenían pescado fresco. (Hélène, nuestra “chef” hubiera mejorado con gusto sus reservas para prepararnos otros platos.) Sus respuestas fueron breves, con un acento a veces incomprensible para mí. Uno siente la fatiga en estos hombres, pero al mismo tiempo, su amor por este oficio de vagabundos de los canales. Discretas sonrisas, sin gran efusión, y para nosotros una sensación de ser extraterrestres desembarcando en su mundo.  Ellos habían puesto sus coloridos botes a flanco de Tara. Aun sin pescado, les hemos regalado unas botellas de vino. Magia de una reunión poco probable, que no tenía razón de ser, salvo por ocurrir en estos canales.
Este martes, fuera de este breve pero interesante encuentro, hemos dejado los 50 rugientes. Desde nuestra salida de Puerto Williams (extremo sur de Chile) el 3 de febrero, hemos recorrido  500 millas a través de este laberinto que son los canales de la Patagonia. Es a veces sorprendente  navegar en medio de trechos y codos hechos de piedra calcaría basáltica o granítica. Dominada  por glaciares o bosques de hayas, arbustos esculpidos por los vientos del oeste, la Patagonia es un mundo per se, y también una trampa para barcos. Lo atestiguan los pecios de botes encontrados a la vuelta de un codo. Un país hostil que parece insondable. Una galería al aire libre.
Normalmente, estaremos atacando el miércoles tarde en Puerto Edén. Y luego, alrededor del 17 de febrero,  estaremos en Puerto Montt, final de esta etapa de transición, antes de llegar a Valparaíso diez días más tarde.
De estos parajes aislados y muy desolados que estamos cruzando ahora, nos quedara una sensación de inmensidad, de soledad y humildad. La Patagonia es uno de estos últimos espacios que siempre seguirán siendo salvajes. Los canales de Patagonia seguirán perteneciendo a nadie.
Vincent Hilaire

09/02/2011

Tara anclado en Bahía Borja


© V.Hilaire/Tara Expéditions

07-02-2011
Este sábado por la tarde, después de haber recorrido 230 millas desde que dejamos el glaciar Seno Pía, Tara está nuevamente anclado.
Salimos el viernes alrededor de las 6 de la mañana, y en un poco más de 24 horas de navegación con motor, hemos encontrado toda clase de clima. Gran calma de inicio a lo largo del fin de la Cordillera Darwin, seguido por oleaje y mas viento después de la península Cockburn antes de rencontrar el Estrecho de Magallanes. Desde que hemos vuelto a este eje mayor de navegación, nos topamos con vientos oeste de 45 nudos establecidos, con un mar blanco al momento de  cruzar algunas entradas.
En ambas riberas de los canales, alternan paisajes boscosos, glaciares, montañas grises rayadas de estratos antiguos. Nos envuelve una sensación de hostilidad, de fin de mundo, y de belleza cruda al mismo tiempo. Un joyero de naturaleza exuberante donde el hombre no cabe, donde solamente él intenta colarse sin lio.
Las cuantas millas recorridas antes de regresar al Estrecho de Magallanes hacia el Océano Pacífico, el  "Patitifa" como lo llaman los Polinesios, fue un momento emocionante para mí. Desde Ciudad del Cabo (Sudáfrica), donde embarqué hace cinco meses, este es mi tercer océano, luego del Atlántico Sur y del Océano Austral que ciñe la Antártida. Después de más de 10.000 millas a bordo de Tara.
A mediodía, se anunció el almuerzo como siempre con el tintineo de la campana, y el viento soplaba. Hemos gozado un puré de garbanzos y pierna de cordero preparados por Hélène Santener, chef de los mares. Un mar blanco “fumando” afuera versus el ambiente acolchonado de un hostal de calidad adentro.
Bahía Borja, donde  pernoctaremos a resguardo de los vientos que barren la cubierta en ráfagas, es rica de una anécdota particular. En la orilla hay un árbol en el cual están clavadas las pancartas de los veleros que pararon aquí. Grabados en la madera, nombres de barcos noruegos, ucranianos, eslovenos. Y al parecer, esta tradición se remonta al menos un siglo atrás, desde que Joshua Slocum (1844-1909), el famoso circunnavegante solitario, uno de los primerísimos que marcaron la historia de la vela, se detuvo aquí. Ya en su bitácora, que luego hizo libro, el describía este árbol.
A bordo de Tara, ¡seguimos navegando junto a la Historia!
Vincent Hilaire

05/02/2011

Etienne Bourgois y Eric Karsenti a bordo de Tara


© Francis Latreille/Tara expéditions
05-02-2011
Esta es la primera vez que Etienne Bourgois y Eric Karsenti, los dos codirectores de la expedición Tara Oceans, se encuentran juntos a bordo de Tara. Esta navegación es para ellos una  oportunidad de hablar con la tripulación actual de una serie de temas y proyectos. Tara Oceans  celebrara al final de marzo su año y medio de existencia desde la salida de Lorient, el 5 de septiembre 2009. La oportunidad de hacer un balance a casi medio-camino y también discutir  el futuro.
Vincent Hilaire: Estamos casi a medio-camino, ¿cuales son para ustedes dos las lecciones de esta primera mitad de la expedición?
Etienne Bourgois: " Hemos realizado con Tara un muestreo más allá de nuestras expectativas. Hemos incluso demostrado que con una pequeña embarcación como Tara (ndlr: 36 metros), es posible muestrear. Podemos ir casi en cualquier parte debido a nuestro tamaño, respetando la seguridad, incluso en mares difíciles. Es así que hemos podido tomar muestras en los hielos del mar de Weddell. Pocos barcos pueden darse el lujo de hacerlo.
Ahora el desafío es que debemos mantener este ritmo y esta cualidad en el tiempo. Mantener el equipo en óptima condición tomando un máximo de  precauciones. No tenemos “spare”  (ndlr: equipos de repuesto).
La otra lección es la acogida, y por lo tanto el aura de Tara. Dondequiera que paremos, jóvenes vinieron a visitarnos, nos hemos reunido con científicos, periodistas, políticos, diplomáticos, empresarios.”
Eric Karsenti: "En un año y medio hemos logrado estructurar los métodos de muestreo y organizar luego el envió de este material a los laboratorios.
El otro reto que tuvimos que responder, y que también hemos logrado, es el de una navegación estratégica. A bordo de Tara, jugando con todas las informaciones meteorológicas y los satélites a nuestro alcance, ahora sabemos encontrar, en un momento dado, exactamente las masas de agua que buscamos en los océanos. Por lo tanto, hemos creado un método de enrutamiento, como el que usan los skippers de carreras transoceánicas, excepto que aquí el reto es llegar al momento y en el lugar adecuados para recoger los micro-organismos.
En un año y medio hemos hecho 90 estaciones científicas. Al final de la expedición en diciembre de 2012,  habremos hecho por lo menos 250. Las treinta primeras estaciones están siendo analizadas en los laboratorios, se trata de los muestreos realizados en el Mediterráneo. Se debe entender que el tiempo entre la adquisición de datos y publicación de los resultados es largo. En primer lugar, debido a los plazos de envío de muestras a los laboratorios, y en segundo lugar debido a la diversidad de datos para analizar. "

V.H.: Al final de este año y medio de aventura científica, ¿qué es lo que más le sorprendió o que le sigue sorprendiendo?
Eric Karsenti: "Lo que me sorprende aún es el trabajo, la extraordinaria energía, desplegados  por  la comunidad científica involucrada en Tara Oceans, para afinar métodos de muestreo y análisis. Y luego, dentro de este marco inventado desde cero para Tara, la calidad de los resultados. Logramos ahora secuenciar organismos, de los virus a las larvas de peces, “end- to- end”; es   excepcional. Ningún equipo había emprendido nunca tal proyecto.
La secuenciación realizada por el Genoscope de Evry, Francia, sobre micro-organismos que les enviamos, también obligó a desarrollar nuevos métodos de análisis genómico. De hecho, este proyecto ha llevado a todos los socios a innovar en su campo.
Lo que me sorprende aún es la dificultad de encontrar dinero para financiar este proyecto que contribuirá considerablemente al avance de nuestro conocimiento.
Etienne Bourgois, "Siempre me sorprende la calidad de la elección de las estaciones que se hacen un poco por todos lados en alta mar. La coordinación entre los equipos en tierra y al mar  es la clave de este éxito. Con las herramientas de satélite de hoy que nos permiten identificar las masas de agua y el equipo a bordo tales como termosalinógrafos, dominamos la búsqueda de casi una aguja en un pajar en inmensos espacios”.
V.H: ¿Cuáles son los fallos, los puntos que revisar, al final de este año y medio de navegación?
Eric Karsenti, "Nuestro citómetro de flujo, que se utiliza para contar partículas en una gota de agua, por ejemplo, no ha funcionado. Era un prototipo y sin su diseñador americano embarcado con regularidad, y sin la formación de nuestros biólogos especialistas en procesamiento de  imágenes, esta herramienta ha resultado inútil. Vamos a probar otra máquina.
También está el SPIM, este microscopio muy sofisticado. En este caso estábamos listos y capaces de usarlo, pero es el tiempo que nos hizo falta a bordo. "
Etienne Bourgois, "Estos son dos de nuestros fracasos, pero por lo contrario, en un año y medio hemos ampliado nuestra flota de instrumentos sumergidos, con el Multinet que recoge organismos a cinco profundidades diferentes en la misma columna de agua; más recientemente hemos lanzado una nueva "manipulación" llamada Manta. Esta red nos permite detectar la presencia de residuos de origen plástico. "
V.H.: ¿Cómo se comporta Tara, desde la salida, con sus 25.000 millas ya contadas?
Etienne Bourgois, "En un año y medio ya hemos recorrido en distancia el equivalente de la vuelta alrededor de la Tierra. Pero todavía tenemos 38.000 millas por recorrer antes de finalizar  la expedición. La escala en Ciudad del Cabo el verano pasado nos ha permitido mejorar el rendimiento de los dos motores, entre otras cosas. Se revisaron los ejes y engranajes. Hoy en día, a pesar de sus 23.000 horas de funcionamiento, los motores trabajan muy bien.
Por lo contrario padecemos frecuentemente problemas eléctricos, causados por el volumen de  energía que necesitamos para los instrumentos embarcados. El próximo gran mantenimiento se llevará a cabo en Auckland en septiembre, y tendremos que cambiar buena parte de la obra muerta de cubierta. También estamos buscando ahora un ancla de repuesto  después de haber perdido uno en la Antártida.
La escala en Valparaíso, será una oportunidad para rehacer las caídas de velas que están gastadas, y volver a instalar un aire acondicionado más eficiente en el laboratorio seco que sube rápidamente en temperatura con todos los instrumentos presentes.
Es importante estar aquí junto con Eric para hacer esta evaluación a bordo y organizar lo que sigue. En este viaje en los canales se hará poca ciencia, es principalmente un seminario a bordo”.
V.H.: ¿Y en cuanto a presupuesto, donde están parados para lo que viene?
Etienne Bourgois: "Por ahora, nos hace falta aproximadamente un 25% del presupuesto total para completar la expedición. Es poco y mucho a la vez. Buscar financiación nos toma un tiempo considerable. Además, la expedición no termina cuando Tara estará de regreso en el muelle de Lorient. En 2013, vendrá el momento de la presentación de los resultados iniciales. También me pregunto acerca de algunas asociaciones, como con el PNUMA, que no veo muy eficaz. "
V.H.: Después de año y medio de expedición, mientras el vínculo entre ciencia, humanidad y hasta filosofía se vuelve a hilvanar merced a esta aventura, ¿cuál es su mensaje de hoy, y se dan a entender por la clase política por ejemplo?
Eric Karsenti: "Debemos progresar en nuestra manera de hablar de la ciencia al mundo político. No somos buenos en esta materia. Sin embargo, los datos están ahí. A finales del siglo XIX, éramos cerca de dos billones de seres humanos en la Tierra. Pronto, seremos siete billones. Abordar el impacto del hombre sobre el medio ambiente es una necesidad. La ciencia no puede salvar al mundo, ella transmite el conocimiento. No se trata de practicar un alarmismo que culpe, sino dar a todos un estado de situación, y pasar de lo individual a lo colectivo. Proporcionar  llaves para decisiones y, más allá, alertar sobre las consecuencias ambientales de nuestro modelo económico actual. "
Etienne Bourgois, "Todos necesitamos de un gobierno mundial en materia de medio ambiente con poderes reales. Lo que todos queremos es vivir mejor y no vivir peor. La solución, en mi opinión, pasa primero por una mejor distribución de la riqueza. A menudo se dice hoy que todo es demasiado complejo, pero es que uno no se da el tiempo para comprender; Sin embargo, hay soluciones.
Necesitamos que nuestro modelo económico enfoque primero al hombre, no el dinero. Con esta expedición y el descubrimiento de la biodiversidad marina, me di cuenta de que venimos de ella. Si queremos vivir y no sobrevivir, ella puede ser lo que nos salvará. Somos solo un eslabón de un todo, incluso con nuestra condición de depredador. No podemos seguir adelante sin inscribirnos en este conjunto. El plancton está relacionado con nuestra vida y nos toca en término de salud, de nutrición, de energía. El esta aún en el origen del aire que respiramos; Por lo que nuestra existencia depende de este micro-mundo.
Espero que Rio 2012, la futura Conferencia de la Tierra sobre el desarrollo sostenible marque un paso decisivo. Una cita para todos nosotros que no debe perderse. "
Entrevistas realizadas por Vincent Hilaire.

04/02/2011

Salida de Puerto Williams

© V.Hilaire/Tara Expéditions

04 febrero 211
Como previsto este jueves, Tara dejó su puesto en Puerto Williams (Chile) a eso de las 3 de la mañana. Era todavía muy de noche cuando el piloto llegó a bordo para salir de la cala. De regreso de la Antártida, habíamos llegado a este pequeño puerto chileno hace casi una semana.
Después de haber subido a bordo el neumático, el silencio de la noche fue roto por el arranque de  los motores. Esta mañana, al principio, un solo motor acepto arrancar. Todo ha vuelto a la normalidad varias horas después. Lentamente se levantó el ancla y Tara volvió al mar.
Agua tranquila, como un lago. Rápidamente, rumbo hacia Ushuaia (Argentina) y la parte occidental del Beagle. Tara progresaba en la noche, y se alejaban las luces amarillas de sodio del muelle militar de Puerto Williams. La mayor parte de la tripulación dormía, salvo el capitán Hervé Bourmaud y los tres marineros en cubierta para la maniobra. Esta partida en medio de gran calma y la progresión en la oscuridad sazonaron este momento con algo castizamente marino; La vida de las personas que no viven al mismo ritmo que la Tierra.
Pasamos Ushuaia a las 8, navegando en una zona que no habíamos recorrido desde nuestra llegada a la Patagonia. Un paisaje aún más suntuoso que la entrada del Beagle. Crestas nevadas, picos, glaciares dominando al canal, bosques de hayas de un sostenido verde que contrasta con el agua. El aire es ahora más frío, y los williwaws aúllan a unos  25 nudos entre chaparrones.
Esta noche, anclaremos frente al glaciar Seno Pia, antes de madrugar rumbo a otro glaciar, el Garibaldi. Este itinerario por el noreste de los canales se eligió en previsión  de una tormenta  esperada  en dos o tres días. Es por eso que hemos dejado la isla Gordon en nuestro Sur.
Después de navegar por estos canales, Tara estará en el Océano Pacífico durante unas horas, bordeando la península de Cockburn, que Isabelle Autissier, con quien nos juntamos varias veces en Puerto Williams, nos describe como  a veces tan  difícil de pasar que el Hornos. Salvo imprevisto, entraremos de nuevo en el Estrecho de Magallanes para llegar al Golfo de Pena.
Vincent Hilaire

02/02/2011

Rotaciones en Puerto Williams


© Françis Latreille / Fonds Tara
2 febrero 2011
Desde hace tres días, se están cruzando los miembros del equipo que dejan Tara, y los que llegan.
Antes de ayer, desembarcaron Roland Heilig y Thomas Lefort, dos biólogos franceses de la campaña en la Antártida.
Ayer, apareció Hélène Santener, veterana de Tara y nuestra nueva cocinera, junto al fotógrafo Francis Latreille y el médico de las expediciones Tara, Thierry Mansir. Bernard d'Alessandri, secretario general del Yacht Club de Mónaco, es también otro elemento de este lote.
Esta mañana, nuevo movimiento de una nueva serie: la salida de Mike Lunn, oficial de cubierta embarcado en  Río, y también la de François Noël, jefe mecánico también embarcado en Brasil. El abandonaba así su compadre Alain Giese, segundo capitán y amigo de 30 años. Por último, a este tándem se junto un científico, Edouard Leymarie, del Laboratorio de Villefranche. El inflable rebosaba de bolsas más grandes unas que otras.
Amélie Betus y su hijo Naël Bourmaud a su vez dejaban Tara unos minutos más tarde. Amélie fue quien se hizo cargo de las comidas de la tripulación desde la escala de Buenos Aires. Y con sus ocho años apenas, Naël ha descubierto la Antártida, después del Ártico.
Al final de la mañana, se nos unieron los dos codirectores de la expedición Tara Océans, Eric Karsenti y Etienne Bourgois, el también propietario de Tara. Otro científico especialista en imágenes, Christian Sardet, y un periodista de la Agencia France Presse, Patrick Filleux, se agregaron igualmente. Por lo tanto, estaremos unos quince a bordo durante un par de semanas hasta nuestra próxima escala en Puerto Montt, siempre en Chile. Enrumbaremos después hacia Valparaíso.
En el menú, la travesía de los canales de Patagonia. Esta mañana, el tiempo es muy tranquilo, el mar apenas ondulado, el sol suave y cálido. Las previsiones sugieren la persistencia de estas benévolas condiciones en los próximos días.
Saldremos mañana temprano de Puerto Williams. Por ahora, todavía no se ha reparado el  generador eléctrico que alimenta el cabrestante. La inmersión de la roseta será entonces imposible hasta nuevo aviso. Pero Eric Karsenti me decía que, considerando el número de estudios ya realizados en los canales de Patagonia, una estación, aunque en versión reducida, no dejara de tener interés, complementando de todos modos el banco de muestras de Tara Océans.
¡Ya arrancan nuevas aventuras!