16/03/2011

Vallette, capitán al mando de Tara.


© A.Deniaud/Tara Expéditions

Vallette es el nuevo nombre garabateado en la columna de firmas de la bitácora del puente de mando.  Es el apellido del nuevo capitán de Tara. Loïc tomó el mando en el legendario puerto de Valparaíso;  En su primera navegación llevará el velero hasta la Isla de Pascua. He aquí un poco  de la historia de este joven, a quien no le gusta ser visto como joven capitán. A la vista de su hoja de vida, se entiende por qué.
Nacido en Marsella en 1978, Loïc Vallette ha pasado su más tierna infancia en el mundo de la vela. Ya sea con su padre en el velero de la familia o en vela ligera con su socio del club de vela de Pointe Rouge, el joven aprende rápidamente a controlar las velas, conocer los vientos y las corrientes del Mediterráneo.
En el mapa de la vida, el sendero de Loïc parece ya trazado; Su negocio será la navegación. Sin dudarlo mucho después de un bachillerato científico, se enlista en la escuela “Hidro” de Marsella. "No me proyectaba trabajando en una oficina, yo quería ganarme rápidamente la vida, así que me lancé en una carrera de oficial de marina mercante."
Después de un primer viaje en la costa africana a bordo de un portacontenedores, Loïc vuelve a salir 2 meses el año siguiente para una pasantía hacia América del Sur. En medio de marineros filipinos y croatas, el joven de Marsella encuentra su cuate de escuela, Olivier Marien. "Es el tipo de aventura en la cual o te conviertes en súper cuate,  o te odias por toda la vida." Olivier y Loïc  se hicieron amigos. Es así que merced a Olivier, ex capitán de Tara, Loïc descubre la goleta científica.
Regresando a nuestro recuento histórico, el oficial alumno completa su tercer año de la escuela:   para él ya es hora de ir al grano. El plan de estudios requiere de dos años de navegación. Antes de embarcarse en mares del norte de Europa, en buques cableros, Loïc se da cuenta de que no ha elegido una vida fácil. "Cuando embarcas, tu sabes que por varias semanas o meses tendrás que renunciar a unos elementos esenciales de tu vida; La naturaleza, los amigos, las aficiones....”
En ese periodo el joven oficial a es infiel al mar: pasa sus vacaciones, todo su tiempo libre, a la montaña, escalando. En los Alpes en Francia, la Cordillera Blanca en Perú, o en Marruecos, Loïc se siente libre en suntuosos escenarios."Me gusta esta relación que se teje con un compañero de cordada, es un vinculo fuerte, como hermanos".
En 2003, con su diploma de oficial en mano, Loïc vuelve a embarcar en portacontenedores en calidad de segundo oficial. Las incesantes travesías del Atlántico, las escalas en puertos de comercio donde las máquinas han sustituido a los hombres, todo eso le pesa. En ese momento hasta piensa en explorar otro tipo de oficio: guía de montaña, por ejemplo. Pero la ciudad focense sabe cómo jugar con sus encantos para amarrar su hijo nativo. La compañía meridional de navegación le ofrece un trabajo como segundo mecánico en los transbordadores que circulan  entre Marsella, Córcega, Cerdeña. El trabajará allí durante cuatro años.
Las islas del Mediterráneo llegan a cansar el marinero quien aspira a algo más exótico, nuevos horizontes. Loïc pone la mira en Nueva Caledonia, un sueño de infancia. Se traslada a Nouméa, y  embarca en el Havannah, un pequeño barco que sirve a las islas de la Lealtad y Vanuatu. Buceo y pesca en las lagunas azul turquesa, la alegría de la vida de los Kanaks; No hay duda, el oriundo de Marsella ha encontrado su pequeño rincón del paraíso.
Mientras se la pasa suave en Nouméa,  Romain Troublé le contacta: quiere reunirse con él en París. Nouméa, París, el desfase es violento. Afortunadamente Loïc rápidamente se une a Tara y América del Sur. A bordo de la goleta científica el reanuda con su pasión por la vela. Y aunque su corazón a menudo lata por las montañas, “capitán Vallette” no duda ni por un momento que con Tara, el este por vivir muy bellas aventuras marítimas.
Anna Deniaud