24/09/2013

El expreso para Bellot


Hacia el Estrecho de Bellot.©V.Hilaire/Tara Expéditions
A ocho nudos de velocidad con motores, estamos dejando el Golfo de Amundsen, rumbo al  Estrecho de Bellot, punto clave del Paso del Noroeste. No descuidamos por ello las tareas científicas. El casco de Tara está lleno de sensores que continuamente registran una variedad de datos físico-químicos, climáticos, oceanográficos y biológicos.

Con esta velocidad y de no toparnos con cubos de hielo, deberíamos llegar al Estrecho antes de la noche del viernes. Desde nuestra salida de "Tuk", entramos en una carrera contra el tiempo: llegar antes de que se cierre este paso marítimo natural. Es nuestra única oportunidad para llegar al Lancaster Sound, el Mar de Baffin, y por lo tanto, Groenlandia.

Aprovechando el hecho de no detenerse para estaciones de muestreo, cada quien da mantenimiento a sus herramientas, repara y se prepara. Las ventanas de oportunidad  para muestrear serán pocas si queremos cumplir con el objetivo de recolectar muestras de esta parte oeste del Océano Ártico, para integrarlas al inventario mundial de las especies planctónicas emprendido con Tara Oceans.

Los últimos mapas de hielo confirman la gran cantidad de floes, unas placas de hielo flotante más numerosas este año que el año pasado. Es un hielo joven de unos quince centímetros de espesor, que parece cubrir hasta  9/10 de la superficie del agua en ciertas aéreas. Otro factor agravante, es la temperatura ya negativa en la zona del Estrecho de Bellot: el agua de mar congelándose a partir de menos 1,8 °C,  el hielo se mantiene y se hace más espeso.

Resulta difícil predecir lo que pasara dentro de cinco días: los quince a bordo creemos en nuestra suerte, pero es la naturaleza la que decide. Este suspenso se vive con serenidad, todos siendo conscientes de nuestras limitaciones para cambiar el curso de los eventos. Nadie puede actualmente decir cuál será nuestra próxima escala: ¿Arctic Bay, Tuktoyaktuk de nuevo, u otra? El Paso del Noroeste hace su ley y decidirá de nuestra ruta.

Esta noche, hemos salido del Golfo de Amundsen cuyas costas no hemos podido divisar en absoluto. Después de un generoso sol el día de nuestro zarpe, estamos navegando a menudo en una espesa niebla a veces salpicada de nieve. Por el momento, el mar es todavía fácil mientras estamos a la puerta del Golfo de la Coronación. Esta noche, tal vez tengamos la suerte de poder admirar algo del Paso del Noroeste, cuando pasemos a cuatro millas de su costa sur.

Vincent Hilaire