11/09/2017

Los contrastes de la Gran Barrera de Coral


Los lugares de muestreo (“spots”) que hemos estudiado en la Gran Barrera de Coral arrojan un primer balance contrastado. Heron Island es un paraíso terrestre y subacuático de biodiversidad. Pero a 300 km de distancia, Paul Reef y UN Reefs se encuentran en una condición muy diferente.

“Estamos muy satisfechos. Tara es totalmente operacional. Cada vez, hemos podido observar lo que veníamos a estudiar. Aunque sea poca cosa a veces, cuando el arrecife se ha vuelto pobre. Es la meta de Tara Pacific, poder comparar las situaciones”, nos confía Christian Voolstra, jefe científico hasta  Nouméa.

A parte de algunas plagas sobre los pólipos, el arrecife de Heron Island goza de buena salud. No se ve rastro de blanqueamiento pasado o reciente.
Un día de navegación más tarde, las aguas turquesas de Paul Reef aguardan un sorpresivo contraste.
“No hay vida debajo de la superficie. La mayor parte de las colonias está muerta. Por ende, no hay peces. Vemos aquí el resultado de un largo proceso”.

En UN Reefs, la situación es otra.  A 6 metros de profundidad en aguas de una transparencia excepcional, con fuertes corrientes, descubrimos una situación intermedia. Colonias en buena condición colindan con campos de corales muertos. Campos que no son la consecuencia de un blanqueamiento reciente, sino de un proceso antiguo.
“Estamos ahora al sur del arrecife más grande del mundo. Las destrucciones no son del mismo tamaño que en el norte.”
Al dejar este último spot, Tara se enrumba a  Mackay, en la costa australiana, para cumplir con los trámites de salida administrativa del país. Nos espera, luego, una navegación al este, hacia las islas Cherstefield y Nueva Caledonia.

Vincent Hilaire