Camino a Arctic Bay. M.Hertau/Tara Expéditions
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Una vez terminada ayer la estación científica en el
Lancaster Sound, Tara reanuda su viaje hacia Arctic Bay, una aldea Inuit canadiense.
En camino, haremos otro muestreo. Un anticiclón bien establecido en esta área
nos permite beneficiar de un clima muy agradable para principios de octubre,
pero las noches son frías. Se requiere vigilancia para evitar ser atrapados por
el hielo en los fiordos que vamos a cruzar durante los próximos días.
Pese a un sol
generoso, la estación de muestreo en el suntuoso LancasterSound empieza mal. Primero, algunas bombas se han congelado
durante la noche. Las biólogas Céline Dimier-Hugueney y Julie Poulain Hugueney,
a cargo de la filtración del agua de mar, las deben descongelar antes con agua caliente.
Luego, la serie
negra continúa durante el ascenso del Régent Regent, una de las redes de
captura del plancton. Debido al rodeo, un marinero se resbala y no puede
detener la red en su subida. En un estallido sordo y pesado, el cable del Régent
se rompe. Se pierde la red y el scanmar que iba con ella. El scanmar es el aparato
que permite conocer la profundidad a la
cual se encuentra un dispositivo oceanográfico sumergido.
En popa, las
caras hablan volúmenes del malestar resentido. Pero como siempre a bordo, imperan
rápidamente acción y sentido positivo. Es allí donde uno reconoce los buenos
equipos humanos. En un episodio desagradable en el cual solo hay pérdidas
materiales, el marinero involucrado recibe el apoyo moral del conjunto.
Hoy, al despertar,
eso queda casi borrado tras una noche agitada por un frente de viento. El espectáculo nos acapara de entrada, con un iceberg
tabular macizo, como tallado al hacha. Los quince tripulantes están en cubierta
y los marineros se afanan para maniobrar en seguridad cerca de este gigante de agua dulce.
Después del
Lancaster Sound, la bahía de Admiralty Inlet nos seduce por su paisaje de
montañas nevadas que terminan en forma de mesas. Desfilan a ambos lados de la timonería
de Tara como en una película.
Esta noche llegaremos
a Arctic Bay cuyo nombre original en Inuktitut era “el bolsillo”. El nombre de Arctic Bay surge en 1872, cuando un ballenero
epónimo atraca allí, muchísimo tiempo después de que llegaran los primeros
Inuits desde Asia. En aquellos tiempos, ellos habían cruzado el Estrecho de
Bering caminando.
Vincent Hilaire