Saliendo de la isla de Disko. V.Hilaire/Tara Expéditions |
La salida del
fiordo de Uummannaq es algo deportiva, con un viento en contra de hasta 50
nudos en ráfagas. El mar, teñido de múltiples azules y verdes, husmea. En ambas
riberas del fiordo, las montañas cubiertas de nieve parecen guardianes de un paraíso
enojado.
Al mando, Loïc
Vallette es particularmente concentrado en este tramo del paso; Entre viento e icebergs,
una avería de motor nos puede mandar en una situación complicada. Para empeorar
las cosas, esta zona no está muy detallada en los mapas marítimos: la vigilancia
es máxima. Una concentración que pronto se justifica ya que, de repente, una
sonda avisa de la elevación del fondo que pasa de cien metros a diez.
De inmediato Loïc
retoma el control sobre el piloto automático y solicita el segundo motor de timón
para cambiar de rumbo. A unos cincuenta metros, un iceberg esta encalado allí,
confirmando la alerta de la sonda. Una pequeña alza de estrés mientras el resto
de la tripulación desayuna sin preocupación en el comedor.
Desde esta salida
musculosa del fiordo de Uummannaq, hemos pasado dos noches seguidas fondeados en
fiordos extraordinarios, para no navegar de noche en campos de icebergs.
Después
de disfrutar de la belleza de Fortune Bay, nos espera Ilulissat, la tercera
ciudad en importancia de Groenlandia. 4.621 personas han sido censadas allí, el
año pasado. Ilulissat es un destino turístico por excelencia, debido al famoso
glaciar Sermeq Kujalleq que cae directamente en el mar. A un ritmo de 20 a 35
metros por día, el genera anualmente 20 mil millones de toneladas de hielo, o sea
la cantidad de agua dulce que se consume anualmente en Francia. Este fiordo es clasificado
Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 2004
Vincent Hilaire