Iceberg como catedral. V.Hilaire/Tara Expéditions |
Eclipse Sound: un
nombre que le queda perfectamente a esta zona, ya que su belleza eclipsa gran
parte de los lugares sin embargo hermosos que hemos visto antes. Desde Arctic
Bay, seguimos beneficiándonos de un anticiclón estable, bien instalado. Hay sol
cada día pero el precio a pagar por el son unas temperaturas bastante frías. El
termómetro ha caído en picada en los últimos días a -7°C, sin hablar del factor
viento, "el efecto sentido".
Debido a estos
parámetros meteorológicos, la noche que sigue nuestra salida de Arctic Bay, nos
toca cruzar dos tapones de hielo. Un fuerte viento del noroeste empuja en este “inlet”
un hielo joven bastante denso, unos grandes "pancakes" que se vienen juntando.
Nos encontramos de hecho en medio de un pancake gigante, aunque veamos las
aguas libres a unos cien metros a la izquierda.
Marcha hacia
adelante y hacia atrás: debemos solicitar "Brigitte" y "Thérèse”,
los dos motores y sus 700 caballos, para extraernos de esta trampa blanca vuelta
invisible en la noche muy oscura. El viento arrecia y nos adentramos contra
nuestra voluntad en este pack hacia la costa. La prensa blanca parce querer apretarnos.
Pero Tara se luce nuevamente, tranquilizando la mayoría de la tripulación que el
jaleo de los motores ha despertado: "Sonaba como un avión en la pista a
punto de despegar”.
Al día siguiente,
en el Lancaster Sound, después de una noche al ancla, antes de entrar en el Navy
Board Inlet, vemos numerosos icebergs varados, de formas muy trabajadas. Este
tramo me recuerda la navegación de Tara en los canales de Patagonia, con los
glaciares que caen en el mar, las mezclas de azules, marrón, blanco y negro;
Pero aquí no está el verde de la vegetación. La tundra ártica se extiende más allá
de la vista.
En camino, admiramos
un increíble iceberg tabular, con una proa evocadora del Titánic, azul,
congelado, destacando sobre le telón de un cielo anaranjado y antracita por
momentos, una visión de cinemascopio digna
de las cámaras de James Cameron.
Este domingo por
la mañana, Pond Inlet está frente a nuestra proa. El tiempo es todavía brillante
y frío. El Mar de Baffin dista de unas cuantas millas apenas. Una vez lo hayamos cruzado, en frente, esta Groenlandia.
Para mi será nuevamente una primera vez.
Vincent Hilaire