28/06/2016

Escala en Miami


Maéva Bardy_Fondation Tara Expéditions
Después de cruzar el Atlántico, conjugando muestreo de plancton y estrategia de navegación, Tara ha llegado a Miami para una escala en Epic Marina del 28 de junio al 5 de julio. En el marco de los French-American Climate talkS (FACTS) y en colaboración con la Embajada de Francia en los EE.UU, una primera reunión científica franco-estadounidense para el Océano( FACT-O) esta pautada para el 01 de julio en el Miami Dade College.
Maéva Bardy

14/06/2016

Progresión en el Atlántico



Tara Pacific, Navegacion Atlantico©Maeva Bardy-Tara Expeditions
Viernes 3 de junio: 33°35′ N – 37°31′, un punto en medio del océano Atlántico. Nuestro desplazamiento sobre el fondo, la ruta que indica la progresión real sobre el mapa en relación al fondo marino, apunta al  195° (Sur-Suroeste); Avanzamos a 6 nudos con mesana, trinquete y mayor. Pero con solo 16 nudos de viento las velas no alcanzan solas a mover las 140 toneladas de Tara. Necesitamos la ayuda de uno de los motores si queremos llegar a tiempo a Miami donde nos esperan el 28 de junio. Nos quedan todavía 2,270 millas de una ruta que se afina cada día más, para encontrar el mejor equilibrio  entre los diferentes imperativos de la expedición. Nuestro mayor limitante es el combustible; No el agua o la alimentación: el desalinizador surte hasta 270 litros por hora y cargamos 2 toneladas de alimentos.

Salimos de Lorient con tanques medio llenos, con 20,000 litros de diesel, lo suficiente para navegar 25 días con los dos motores en régimen de crucero. Esto corresponde en teoría a un consumo máximo de 800 litros por día sin ayuda del viento. “Eso puede parecer enorme, pero es muy poco en comparación con los barcos oceanográficos clásicos. La ventaja de Tara, es su bajo costo de explotación y un reducido impacto medioambiental”, subraya Samuel Audrain, el capitán. Este estimado toma en cuenta la producción de electricidad que debe cargar las baterías usadas por los instrumentos de navegación y el material científico: refrigeradores y congelador para conservar las muestras, instrumentos de medición que funcionan 24h/24h. Por ejemplo, el muestreo de partículas atmosféricas implica una bomba que consume 25 amperes/h sobre los 240 amperes/h suministrados por las baterías. Una autonomía limitada a cerca de 2 horas cuando el barco navega con velas, una autonomía que será aumentada con la implementación de más fuentes de energías renovables.

Idealmente, los alisios podrían empujarnos hasta las costas americanas, pero eso implicaría bajar más al Sur y alargar nuestra rua con el riesgo de no dar con vientos suficientemente potentes. En esta estación, los vientos no son muy favorables. Debemos entonces encontrar un balance que nos permita respetar el calendario de una expedición de 2 años y medio. La elección del rumbo se establece en función de los pronósticos del tiempo, recibidos diariamente por satélite. Esos datos informan sobre la evolución de los sistemas anticiclónicos y las depresiones, y por consiguiente sobre la fuerza y la orientación del viento. Una herramienta indispensable al capitán para optimizar el uso del viento en relación a la distancia. Esperemos que Eolo sople un poco más fuerte.

Maeva Bardy, corresponsal a bordo.

07/06/2016

Julie Lhérault, mujer, marinero y jefe de cubierta




Primer embarque en Tara para Julie Lhérault, marinero y jefe de cubierta. Un sueño que ella concretiza a sus 27 años. Algunos días antes de la salida de la expedición Tara Pacific, Julie embarca en calidad de jefe de cubierta; El ambiente es el de un hormiguero para terminar a tiempo. Julie se afana para sellar las ventanillas, da mantenimiento a algunas piezas de la cubierta, baja en bóveda para almacenar obra muerta, sube al mástil para controlar cuerdas y poleas. “Uno debe poner los ojos en todas partes, averiguar que todo está ordenado y claro en caso de una maniobra rápida”. El trabajo es a veces físico pero la jefa de cubierta mantiene su sonrisa y una sobrecarga de energía.

A muy temprana edad, Julie recibe de su padre la pasión por la vela. A los 13 años, decide hacer de eso su oficio. Abandona los estudios a los 18 años para ser ayudante voluntaria en los Glénans donde obtiene su diploma de Instructora de Navegación en alta mar. A los 21 años, trabaja en un chárter entre los Rugientes Cuarenta  y los Cincuenta Aulladores, una de las regiones más peligrosas para la navegación. Pese al frío, los sabañones en los dedos, el mar bravo, la neblina, los icebergs, ella guarda en memoria unos 5 años inolvidables: “uno estaba como en un capullo”.

El invierno pasado cuando Julie vuelve a esta región, el agua esta a 5ºC y llueve. Mientras este medioambiente es particularmente amenazado, llevar turistas para descubrir este rincón del mundo ya no le da satisfacción: “yo no podía quedarme allí plantada, solamente mirando”.

Julie se encuentra con Tara en 2010 en Ushuaia. Comparte la Nochebuena a bordo de la goleta con los miembros de la tripulación que se quedaron. Domina un ambiente caluroso, donde las lámparas frontales le hacen de guirnaldas luminosas. Ella se siente en seguida como miembro de una familia, lo que no es siempre el caso en el medio de la vela donde, como mujer, “una debe a menudo afanarse dos veces más y no tiene derecho a equivocarse”. A partir de este momento, se empeñará en ser parte de  la tripulación. Una vez diplomada de Capitán 200 y de Yacht Master, ella intenta una primera vez, postula una segunda vez. Finalmente tiene éxito.

Hoy a bordo de Tara, Julie siente haber conjugado sus valores, sus pasiones y su sensibilidad medioambiental. Será la jefa de cubierta hasta la salida del canal de Panamá.