27/09/2013

Punto crítico


Entrada del estrecho de Bellot. ©B.Régnier/Tara Expéditions
Este viernes a las 6:00 am, hora local, hemos entrado en el Estrecho de Bellot. Las condiciones climáticas son muy favorables. Este brazo de mar, de unos 35 km, une el estrecho de Franklin al Canal del Prince-Régent. El está actualmente libre de hielo, sin trabas. Pero eso no será el caso de nuestra navegación de mañana sábado.
 
En poco más de cuatro horas, lo hemos cruzado sin dificultad alguna, saludados por dos osos solitarios y precavidos. Estuvimos esperando este momento desde hace casi una semana, así que a las cinco de la mañana, la tripulación completa está de pie, atenta.

Los cantiles de la entrada del Estrecho están cubiertos de nieve. Lars Stemmann, pronto a maravillarse, comenta: " Es el mismo lugar donde pasó Amundsen en 1903, estamos a la punta septentrional del continente americano". Desde las primeras millas, nos penetra la magia del lugar, alumbrado por un sol tímido pero con esta peculiar luminosidad exclusiva de los polos. Loïc Vallette también saborea el momento, sin descuidar la corriente, aunque descrita como favorable a esta hora por las instrucciones náuticas.

El viento apenas irisa el agua. Para celebrar este momento de gracia y pureza, los marineros izan las velas. Con sus alas blancas desplegadas, el ave Tara se da poses de velero de tradición y se inclina levemente, con la ayuda de los motores, creando algo de viento aparente.

Desde el anexo, admiramos el excepcional cuadro. Francis Latreille, fotógrafo, y Martin Hertau, segundo capitán, capturan la escena. "Uno no cruza el Estrecho de Bellot cada dia”: pescador de belleza, le conmueve particularmente el hecho de estar aquí, en estas condiciones. ¡Vaya suerte!

Al salir de Bellot, después de una rápida merienda, Lars, los científicos y Loic convienen en lanzar una estación corta antes de adentrarnos mas allá en el canal del Prince-Régent, poblado de hielo más al norte. Se sumergen la roseta a cien metros y dos redes.

En la actualidad, hacemos una ruta al noreste en el canal del Prince Régent, hasta llegar al costado oeste de la península Brodeur. Según los últimos mapas de hielo recibidos, habría un corredor de aguas libres a lo largo de la península, para luego alcanzar el Lancaster Sound. Las condiciones meteorológicas se mantienen estables, el paso se ve factible. Pero Tara no es un rompehielos. Queda la incógnita de lograr cruzar más adelante un hielo que parece cubrir unos 9/10o de la superficie del agua.
Este es el segundo momento de la verdad para la expedición. Loïc ha vuelto a lanzar los motores, con un optimismo realista, la suerte está echada...

Vincent Hilaire