Svetlana, profesora de ingles en Pevek. V.Hilaire/TaraExpéditions |
Desde nuestra llegada al aeropuerto de Pevek hasta
nuestra salida por el Mar de Siberia Oriental a bordo de Tara, Svetlana ha sido
nuestro guía.
De la obtención de
rublos a la visita del museo dedicado a la historia de la ciudad, esta dinámica
mujer de 67 años que “tiene la Chukotka y Pevek en su corazón" ha sido una
más que atenta anfitriona para nosotros. Contestando todas las preguntas de
nuestro grupo, traduciendo nuestros descubrimientos y visitas en este pueblo de
3,500 almas, Svetlana nos ha ofrecido una inmersión bañada con pasión y humanismo.
Svetlana ¿dónde nació?
Nací en Volgogrado,
antigua Stalingrado. La primera vez que vine a Pevek fue en 1973. Era un lugar
feliz, lleno de vida. Había entonces una población mucho más sustancial, de unas
20.000 personas. Yo tenía 27 años, ya era profesora de Inglés. Mi lugar de
trabajo estaba a catorce kilómetros de Pevek. Siempre he hecho este trabajo que
me encanta desde hace cuarenta años.
¿Por qué Pevek, usted que nació y creció en una gran ciudad?
No me gustan las
grandes ciudades y no me gustan mucho los árboles; En Chukotka, no hay árboles.
Me enamoré de este lugar. Siempre estoy feliz de hacer este trabajo, de trabajar
con niños. Quiero que los niños de aquí puedan competir con los niños de la
ciudad. Deben tener una buena formación y aquí no es obvio. Antes, el inglés venía
después de todas las demás materias en Pevek, eso ha cambiado.
Unos treinta de mis
estudiantes son ahora profesores de inglés fuera de la Chukotka. En la década
de 1990, para conseguir un trabajo fuera de Pevek, mis alumnos necesitaban absolutamente saber el idioma. Hoy en día,
gracias a este aprendizaje, unos
trabajan y viven en Bélgica,
Suiza, o en los Estados Unidos, en empresas extranjeras.
¿Usted siempre se ha quedado en Pevek?
¡Da! Hace cinco
años, tuve que ir a Volgograd a cuidar de mi madre quien estaba enferma. Pero
la Chukotka me hacia falta, la naturaleza
y el viento de aquí, el Yuzak*. Hoy en día, se que sólo en Pevek soy realmente
yo misma, aquí me realizo. Mi hijo de cuarenta y un años vive también aquí. He
estado casada tres veces y mi marido murió en esta ciudad. Mi lugar no está en
otra parte.
Usted observa la evolución diaria de Pevek que pierde
cada día un poco más de gente. ¿Cree que la edad de oro pueda volver? Este
puerto estratégico, el más septentrional de Rusia, cerca del Estrecho de
Bering, ¿tendrá una segunda oportunidad ?
Sí, sigo siendo
optimista. Es cierto que no tenemos carreteras y línea de ferrocarril que
conecte con el resto de Rusia, pero Pevek tiene un aeropuerto y un extraordinario
acceso al Océano Ártico, con un tráfico marítimo llamado a crecer debido al derretimiento
del hielo. Pevek puede convertirse en un puerto de escala y la minería podría
reactivarse. Sólo se requieren nuevas investigaciones geológicas, tenemos
nuestras posibilidades.
Hay indicios que
no engañan, el Gobierno está estudiando las posibilidades, y hay empresas extranjeras dispuestas a invertir.
China está muy cerca: pasar por el Estrecho de Bering es un ahorro de tiempo y de
combustible significativo para los barcos comerciales. En su apogeo, Pevek recibía
120 barcos por año.
Seguramente, salir
de la situación actual tomará tiempo, pero es posible. En los años 80, unos intelectuales muy brillantes vivían aquí, la
vida puede volver.
Entrevista
realizada por Vincent Hilaire.
* Yuzak : viento
del sureste, muy violento .