07/09/2013

Encuentro con Svetlana, profesora de Inglés en Pevek, Chukotka



Svetlana, profesora de ingles en Pevek. V.Hilaire/TaraExpéditions

Desde nuestra llegada al aeropuerto de Pevek hasta nuestra salida por el Mar de Siberia Oriental a bordo de Tara, Svetlana ha sido nuestro guía.
 
De la obtención de rublos a la visita del museo dedicado a la historia de la ciudad, esta dinámica mujer de 67 años que “tiene la Chukotka y Pevek en su corazón" ha sido una más que atenta anfitriona para nosotros. Contestando todas las preguntas de nuestro grupo, traduciendo nuestros descubrimientos y visitas en este pueblo de 3,500 almas, Svetlana nos ha ofrecido una inmersión bañada con pasión y humanismo.

Svetlana ¿dónde nació?
Nací en Volgogrado, antigua Stalingrado. La primera vez que vine a Pevek fue en 1973. Era un lugar feliz, lleno de vida. Había entonces una población mucho más sustancial, de unas 20.000 personas. Yo tenía 27 años, ya era profesora de Inglés. Mi lugar de trabajo estaba a catorce kilómetros de Pevek. Siempre he hecho este trabajo que me encanta desde hace cuarenta años.

¿Por qué Pevek, usted que nació y creció en una gran ciudad?
No me gustan las grandes ciudades y no me gustan mucho los árboles; En Chukotka, no hay árboles. Me enamoré de este lugar. Siempre estoy feliz de hacer este trabajo, de trabajar con niños. Quiero que los niños de aquí puedan competir con los niños de la ciudad. Deben tener una buena formación y aquí no es obvio. Antes, el inglés venía después de todas las demás materias en Pevek, eso ha cambiado.

Unos treinta de mis estudiantes son ahora profesores de inglés fuera de la Chukotka. En la década de 1990, para conseguir un trabajo fuera de Pevek, mis alumnos necesitaban  absolutamente saber el idioma. Hoy en día, gracias a este aprendizaje, unos  trabajan y viven  en Bélgica, Suiza, o en los Estados Unidos, en empresas extranjeras.

¿Usted siempre se ha quedado en Pevek?
¡Da! Hace cinco años, tuve que ir a Volgograd a cuidar de mi madre quien estaba enferma. Pero la Chukotka  me hacia falta, la naturaleza y el viento de aquí, el Yuzak*. Hoy en día, se que sólo en Pevek soy realmente yo misma, aquí me realizo. Mi hijo de cuarenta y un años vive también aquí. He estado casada tres veces y mi marido murió en esta ciudad. Mi lugar no está en otra parte.

Usted observa la evolución diaria de Pevek que pierde cada día un poco más de gente. ¿Cree que la edad de oro pueda volver? Este puerto estratégico, el más septentrional de Rusia, cerca del Estrecho de Bering, ¿tendrá una segunda oportunidad ?

Sí, sigo siendo optimista. Es cierto que no tenemos carreteras y línea de ferrocarril que conecte con el resto de Rusia, pero Pevek tiene un aeropuerto y un extraordinario acceso al Océano Ártico, con un tráfico marítimo llamado a crecer debido al derretimiento del hielo. Pevek puede convertirse en un puerto de escala y la minería podría reactivarse. Sólo se requieren nuevas investigaciones geológicas, tenemos nuestras posibilidades. 
Hay indicios que no engañan, el Gobierno está estudiando las posibilidades, y hay empresas extranjeras dispuestas a invertir. China está muy cerca: pasar por el Estrecho de Bering es un ahorro de tiempo y de combustible significativo para los barcos comerciales. En su apogeo, Pevek recibía 120 barcos por año.
Seguramente, salir de la situación actual tomará tiempo, pero es posible. En los años 80, unos  intelectuales muy brillantes vivían aquí, la vida puede volver.

Entrevista realizada por Vincent Hilaire.

* Yuzak : viento del sureste, muy violento .