Hacia el Estrecho de Bellot.©V.Hilaire/Tara Expéditions
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Con esta velocidad
y de no toparnos con cubos de hielo, deberíamos llegar al Estrecho antes de la
noche del viernes. Desde nuestra salida de "Tuk", entramos en una
carrera contra el tiempo: llegar antes de que se cierre este paso marítimo natural.
Es nuestra única oportunidad para llegar al Lancaster Sound, el Mar de Baffin, y por lo
tanto, Groenlandia.
Aprovechando el hecho
de no detenerse para estaciones de muestreo, cada quien da mantenimiento a sus
herramientas, repara y se prepara. Las ventanas de oportunidad para muestrear serán pocas si queremos cumplir
con el objetivo de recolectar muestras de esta parte oeste del Océano Ártico, para
integrarlas al inventario mundial de las especies planctónicas emprendido con Tara
Oceans.
Los últimos mapas
de hielo confirman la gran cantidad de floes, unas placas de hielo flotante más
numerosas este año que el año pasado. Es un hielo joven de unos quince centímetros
de espesor, que parece cubrir hasta 9/10
de la superficie del agua en ciertas aéreas. Otro factor agravante, es la
temperatura ya negativa en la zona del Estrecho de Bellot: el agua de mar congelándose
a partir de menos 1,8 °C, el hielo se mantiene
y se hace más espeso.
Resulta difícil predecir
lo que pasara dentro de cinco días: los quince a bordo creemos en nuestra
suerte, pero es la naturaleza la que decide. Este suspenso se vive con
serenidad, todos siendo conscientes de nuestras limitaciones para cambiar el
curso de los eventos. Nadie puede actualmente decir cuál será nuestra próxima escala:
¿Arctic Bay, Tuktoyaktuk de nuevo, u otra? El Paso del Noroeste hace su ley y decidirá
de nuestra ruta.
Esta noche, hemos
salido del Golfo de Amundsen cuyas costas no hemos podido divisar en absoluto.
Después de un generoso sol el día de nuestro zarpe, estamos navegando a menudo en
una espesa niebla a veces salpicada de nieve. Por el momento, el mar es todavía
fácil mientras estamos a la puerta del Golfo de la Coronación. Esta noche, tal
vez tengamos la suerte de poder admirar algo del Paso del Noroeste, cuando
pasemos a cuatro millas de su costa sur.
Vincent Hilaire