22/12/2011

Tara en Panamá


Costa de Panamá. Yann Chavance/Tara Expéditions

Tara llegó a Panamá Ciudad. Cruzará el canal el 28 de diciembre.

Este jueves 22 de diciembre 2011, al entrar en el Golfo de Panamá, se dio por cumplido el leg 48 de Tara Oceans. La tripulación vuelve a pisar tierra, los primeros científicos se preparan para pasar el relevo al equipo del próximo leg. Una escala sinónima de merecido descanso con una celebración navideña bajo el sol, algunos días de reposo antes de cambiar de océano.

La costa se nos aparece al amanecer, sembrada de numerosos cargueros, portacontenedores y demás que hacen cola a la entrada del canal. A eso de las 8 am, Tara llega a su área de anclaje, cerca de la península "Isla Flamenco", a pocos kilómetros de la ciudad de Panamá. A lo lejos, altos edificios del centro ciudad. Las horas pasan. Cuando el sol alcanza el cenit, llega el esperado bote de los oficiales a cargo de la entrada y del registro de Tara, para un cruce del canal previsto este 28 de diciembre.

Luego de una larga reunión técnica de arqueo e inspección de los equipos a bordo, cargado con una pila de documentos y los pasaportes de la tripulación, Loic se aleja en zodiac para tramitar la entrada aduanal y migratoria. Pasan las horas bajo un sol abrazador en medio de las visitas de fragatas y pelícanos. Después de un mes sin hablar con sus familiares, cada quien aprovecha para usar los teléfonos.

Al regreso del zodíac de Loïc, todo está en orden: tenemos la autorización de desembarcar. Se organizan en seguida los traslados de quienes quieren estirar las piernas. Unos elijen el taxi, otros prefieren un medio más castizo de transporte, un viejo autobús pintado de colores vivos. Los que se quedan a bordo la noche Navidad se van de compras de algunos modestos regalos.

Entre bocinazos y gases de escape, en los pasillos abarrotados de un enorme complejo comercial, el contraste entre la calma de las últimas semanas y el bullicio de la ciudad es algo violento. Pero no hay razón para quejarse: este leg se termina sin problemas. Para celebrarlo, nada mejor que una cena en un restaurante degustando una especialidad local, sellando las amistades que se han formado a lo largo de esta etapa. Mañana, desembarcará la mitad de la tripulación con una punzada en el corazón de los que salen de esta aventura humana y científica. En unos cuantos días, nuevos tripulantes descubrirán la vida a bordo, sus obligaciones y placeres. Se da la vuelta a una página de la bitácora, y Tara se está preparando ya para escribir la siguiente.

Yann Chavance