Primera estación, Bianca y Gabriele. Y. Chavance/Tara Expeditions
A lo largo del día, cubierta y laboratorios son el escenario de una especial efervescencia. Motores apagados, el barco inmóvil en el océano, un extraño ballet intriga las aves de mar que dan vueltas alrededor de Tara. La primera estación del nuevo equipo científico ha comenzado.
Después de la cancelación de la primera estación, algunos mostraban impaciencia. A modo de introducción, en múltiples paradas cortas durante los días pasados, se ha sumergido la roseta. Al paso de las mediciones, los científicos han empezado a tipificar las diferentes capas del océano en nuestra ruta. Para Denis y demás, estos datos son más que valiosos: "Con estas mediciones podemos definir las profundidades más idóneas de los próximos muestreos, en particular la zona de oxígeno mínimo" Esta gruesa capa donde el oxígeno es escaso es la que les motiva a interesarse en esta parte del Pacífico Norte. Debajo del casco de Tara esta mañana, mas allá de de un centenar de metros de profundidad, se extiende un área casi sin oxígeno. "Siempre es interesante estudiar estas áreas tan especiales. Esperamos encontrar cosas que no se ven en otros lugares, y ¿por qué no?, unas nuevas especies adaptadas a estas condiciones extremas".
No es extraño entonces que a las ocho de la mañana todo el mundo ya este en cubierta, listo para un largo día de trabajo. Después de la primera inmersión de la roseta, que registra en continuo una multitud de datos desde la superficie hasta los mil metros de profundidad, llegan los primeros resultados: la capa buscada esta aquí mismo, debajo de nosotros. Descifrando los valiosos gráficos, Denis explica: "¡Aquí, la sonda anuncia una taza de cero oxígeno! Ni siquiera tazas bajas. Más bien un medio anóxico, es decir casi sin oxígeno. No solamente esta capa es muy gruesa sino que también es muy alta, llega hasta los 100 metros bajo la superficie".
El trabajo no se limita a caracterizar esta capa tan peculiar; El objetivo es también de estudiar los organismos que viven en ella. Todo el día desfilaran los aparatos de medición, uno tras otro: redes filtrantes, bombas, botellas conectadas a la roseta. Las muestras se vienen acumulando en cubierta trasera. Numerosas manos se dedican luego a ordenar, clasificar, almacenar, empacar las delicadas muestras. En el proceso, cada quien va tomando su lugar, aprende nuevos gestos que se tronaran naturales, todo ello bajo un sol abrasador. Al anochecer, hasta los veteranos del ejercicio confiesan su agotamiento."!Fue un gran día! resume Noan, un regular de Tara. En una primera estación, hay que lanzar todo el mecanismo, revisar que todo el mundo hace las cosas bien, volver a encontrar reflejos automáticos. Además, pronto se deberá repetir en la estación larga que viene. ¡Va a ser un verdadero reto!"
Afortunadamente, el capitán ha planeado esta noche una pequeña sorpresa para el equipo que se lo merece, una celebración digna de una primera estación cabalmente realizada.
Yann Chavance