06/12/2011

14 motivos para ir a Clipperton


El libro de Jean-Louis Etienne, su expedición a Clipperton, muy leído a bordo. Y. Chavance/Tara Expeditions


Cae la noticia: Tara estará en Clipperton mañana en la mañana, 7 de diciembre. Las reacciones se leen en las caras sonrientes. Desde que salimos, Clipperton es un tema recurrente en las discusiones: el libro de Jean-Louis Etienne sobre el tema pasa de mano en mano, la gente se sumerge en fotos y mapas. ¿Por qué tanta pasión por este minúsculo pedazo de tierra? Una pregunta, 14 respuestas diferentes. Para descubrir esta isla desierta, ¿qué sería mejor que escuchar las expectativas de aquellos que nunca la han pisado?

Bianca: Lejos de todo

"Es una isla en medio del océano, en medio de la nada. Poder llegar allí es algo increíble". Con sólo 9 km2, este pequeño atolón es la sola tierra emergida en el Pacífico Norte a cientos de millas alrededor. La isla más cercana esta a más de 480 millas y son casi 700 hasta México. No es de extrañar que algunos vean Clipperton como el atolón más aislado del mundo.

Denis: Una isla realmente desierta

"El placer viene de pensar que llegamos a un lugar donde nadie va, no importa incluso si hay cosas que ver". Lejos de las principales rutas marítimas es cierto que pocas personas pueden presumir de haber pisado la isla. Con excepción de escasas misiones científicas, o a veces un barco de pesca, la isla es ahora completamente desierta y poco visitada.

Celine: Un atolón perfecto

"Es excepcional ver a un atolón perfecto, redondo, con una laguna totalmente cerrada". Dentro de la multitud de islas del Pacífico, sólo hay once atolones cerrados. En Clipperton, la laguna es completamente rodeada por una delgada franja de tierra de unas pocas decenas de metros de ancho. Esta lengua de roca y arena se extiende por cuatro kilómetros de largo y por tres de ancho. En otras palabras, uno le da rápidamente la vuelta.

Gabriele: En plena naturaleza

"Estamos ansiosos por descubrir la flora y la fauna de la isla, sabemos que habrá pájaros, un gran número de animales". Aunque la diversidad sea bastante baja, por ejemplo no hay mamífero, la cantidad está ahí y puede ser impresionante. En el suelo, los cangrejos se cuentan por millones, compartiendo el espacio con las aves que anidan. Si bien se llegan a ver fragatas y piqueros morenos, el alcatraz enmascarado o piquero enmascarado, Sula dactylatra, es el amo de la isla, con más de 100 000 individuos presentes. Alrededor del arrecife de coral, esperamos ver también delfines y tiburones martillo, regulares del área.

Dorothy: Después de Jean-Louis Etienne

"Desde que se que él ha dejado sus cabañas de madera allí, tengo curiosidad por pasear en este pueblo abandonado, un ambiente de una pueblo fantasma". De diciembre 2004 a abril 2005 Clipperton ha recibido efectivamente unos cuarenta científicos que estudiaron este ecosistema muy peculiar, por invitación de Jean-Louis Etienne, el primer propietario de Tara entonces llamado Antartica. No era el mismo barco, pero hay una concordancia maliciosa.

Francisco: La memoria de Cousteau

"Antes de salir, me encontré un video donde se ve el comandante Cousteau y su equipo buceando en la laguna, en medio de subidas de azufre. Poder ir adonde él ha buceado, es algo mágico". Ese video tiene más de treinta años, pero la laguna ha cambiado poco. El equipo de Cousteau en aquel tiempo investigaba el misterio del "hoyo sin fondo", una zona de la laguna donde la profundidad parecía no tener límites. Estimada en 90 metros, los buzos siempre se enfrentaron a las condiciones extremas de la laguna cerrada, verdadero caldo de cultivo saturado de sulfuros. Incluso hoy en día, nadie sabe realmente hasta dónde llega este "pozo sin fondo".

Alain: En las sendas de la Historia

"Tantas cosas ocurrieron en este pequeño pedazo de tierra que los hombres han habitado por casualidad. Será emocionante ver las huellas que esta rica historia ha dejado". Desde su descubrimiento en el siglo 18, la isla mantiene un registro de todos los que la ocuparon. México en primer lugar, que construyó un faro. Los Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial, todavía se puede ver una pista de aterrizaje en la costa oeste y los restos de municiones en el noreste. Francia en los años sesenta durante las Misiones Bougainville.

Francis : Rastros menos gloriosos

"Tengo curiosidad por pasear en la playa, ver lo que el mar ha botado en esa roca perdida en medio del Pacífico". No se sentirá decepcionado. En Clipperton, las corrientes descargan en la playa toneladas de objetos flotantes. Los piqueros enmascarados anidan a menudo en medio de montones de botellas vacías. Si bien la expedición de Jean-Louis Etienne trató de hacer una limpieza hace unos años atrás, puede ser que quede mucho por hacer.

Daniel: Tara en misión

"Además de lo atractivo de Clipperton, para nosotros hay un asunto de bandera. ¡Es increíble!". Este "asunto de bandera" es en realidad una misión un poco especial de Tara. Para garantizar la soberanía de Francia sobre esta isla perdida, la Armada francesa debe enviar al menos una vez al año un barco para cambiar la bandera tricolor que ondea en Clipperton. Enterada de la breve escala de Tara en la isla, la Marina nos ha dado la tarea solemne de izar una nueva bandera francesa.

Luis: Un pensamiento para México

"Para mí, mexicano, en un barco francés, la visita a Clipperton es un poco especial, ya que los dos países han peleado por la posesión de esta isla. También estoy pensando en la historia olvidada de Clipperton". Esta historia es la de unos treinta hombres, mujeres y niños "olvidados" en la isla por el gobierno mexicano. En el transcurso de tres años, la mayoría será diezmada por el escorbuto o el hambre. También ocurre un asesinato, el del último hombre en la isla, después de haberse proclamado "Rey de Clipperton" e instaurado un reino de terror sobre las tres mujeres restantes. Ellas lo asesinaron el mismo día que un barco llegaba a rescatarles.

Loïc: Una escala única

"Para Tara, esta era una oportunidad única para detenerse. Estamos en medio de un viaje bastante largo, será bueno poner un pie en tierra". Después de casi dos semanas sin cruzar alma viva y ​​antes de trazar ruta por dos semanas más hacia Panamá sin tierra en el horizonte, ¡la oportunidad es demasiado tentadora!

Sarah: Descansar un poco

"Para mí, me ayudará sobre todo a encontrar un poco de silencio alejada de los motores y tal vez hacer algo de ejercicio. ¡Correr en la playa, qué lujo!". Con 15 personas amontonadas en los 36 metros de Tara, resulta difícil no pisarse unos a otros. Durante unas horas, cada quien podrá encontrar algo de espacio vital.

Noan: Todo un reto

"Es un poco un desafío. Sabemos que será difícil atracar. Si logramos poner los pies en tierra, eso también dará un poco de magia. ¡Clipperton se merece!". Loic, el capitán, parece bastante confiado, pero es verdad que todavía no podemos estar seguros de pisar la arena de la isla. En Clipperton no hay muelle, solo un pequeño paso por encima del arrecife, accesible sólo por zodiac. Nos queda por cruzar los dedos para que el clima y las mareas sean favorables.

Baptiste: ¿Realmente hay que tener un motivo?

"¿Por qué quiero ir a Clipperton? No sé. ¡Pero me da la gana!". El más joven de Tara no es el único, muchos confiesan no saber por qué Clipperton ejerce tal fascinación, tal atracción. Por todas las razones expuestas, y otras no dichas, Clipperton es uno de esos lugares míticos, casi legendarios, rodeado de un aura de misterio. Tal vez sea la sombra del pirata inglés John Clipperton flotando durante siglos sobre esta roca perdida en medio de la nada. De todos modos, Clipperton se merece todavía su nombre de bautizo, cuando se descubrió en el siglo 18: Isla de la Pasión.

Yann Chavance