Una osa y sus crías en el Ártico. A.Deniaud/Tara Expéditions |
La goleta se aventura sola en el estrecho de
Vilkinsky. Siguiendo las indicaciones de los reguladores de la flota rusa de
rompehielos, Tara intenta acercarse al cabo Cheliuskin, punto estratégico del
Paso del Noreste. Los mapas del hielo alientan la iniciativa, pero rápidamente
Tara se encuentra en un laberinto de hielo.
El día había comenzado
con buenos auspicios. En un entorno de tono pastel, una osa y sus dos cachorros
se han asomado sobre un iceberg. Después de olfatear el aire con cautela, detectando
una presencia inusual, la madre deja finalmente sus crías jugar sobre el hielo
y amamanta una. Llenos de energía, los dos cachorros nos ofrecen otro hermoso espectáculo
propio del Ártico. Media hora más tarde, es la hora del baño. La madre indica el camino. Después
de un largo momento de vacilación, los dos cachorros se deslizan al agua y los
tres en fila se lanzan en el mar de Kara, dejándonos con unas de las más tiernas
imágenes de esta navegación.
Tara abandona el
mar de Kara por el mar de Laptev. Con motor, progresamos hacia el estrecho de Vilkitsky
que separa la región continental de Taimyr del archipiélago de las Tierras del
Norte. Según la última cartografía del hielo, las aguas parecen libres por varias
millas. El centro de la flota rusa de rompehielos nos incita a dar un paso por
delante de una posible próxima caravana de barcos. Pero pronto nuestro horizonte
se cierra, vamos derecho hacia la banquisa.
Entre deseo de progresar hacia el
este, incertidumbre, y felicidad de poder contemplar nuevamente la imponente
obra de la naturaleza, intentamos adentrarnos en un laberinto de hielo. A un
nudo de velocidad promedia, nos damos cuenta de que no podremos pasar. La única
opción es de dar la vuelta y volver a las aguas libres. El hielo se está
moviendo y el regreso también nos exige vigilancia y paciencia. Una vez más el
Ártico nos da una lección de humildad.
Derivando en
aguas abiertas, esperamos la ayuda de un rompehielos. A unos diecisiete nudos,
el Yamal salió ayer para liberar un carguero bloqueado cerca del cabo
Cheliuskin. La paciencia es la calidad de los exploradores polares.
Anna Deniaud
Garcia
Anna Deniaud
Garcia