Diana Ruiz Pino, oceanógrafa. Anna Deniaud/Tara Expéditions |
¿Cómo se ha desarrollado esta primera estación
larga en el hielo?
El día ha sido
intenso. Durante las estaciones largas, debo recoger agua de mar para el
análisis de once parámetros diferentes: el carbono orgánico disuelto, el CO2, el mercurio, los nutrientes, los pigmentos,
etc. Cada muestra requiere de unas precauciones específicas para no ser
contaminada. Por ejemplo, la materia orgánica puede ser contaminada por nuestra
presencia, el contacto con nuestra piel; Por ello llevamos guantes, usamos
pinzas. En cuanto al gas, el enemigo es el aire. Otra complejidad de mi trabajo
viene de la utilización de ácido. Uno tiene que ser muy cuidadoso y preciso.
Con los movimientos del barco, no es cosa sencilla. Esta estación larga me ha
costado largas horas de vigilancia, ya que el más mínimo error condena la
muestra.
En base a los perfiles y las muestras, ¿qué tipo
de primera información recibes sobre la zona de muestreo?
Observamos las
características del Ártico. En primer lugar, la inversión del perfil de
temperatura: a diferencia de los demás océanos, las aguas superficiales son más
frías que las aguas profundas. La superficie estaba de -1.7°C, mientras estaba
de -1.4°C en profundidad. Esto se debe al enfriamiento de las aguas de superficie
por el hielo y por la temperatura del aire.
En segundo lugar,
la salinidad es menor en superficie y aumenta significativamente en las
profundidades, debido al derretimiento del hielo marino. De 32 en superficie,
la salinidad pasa a 34 en menos de cinco metros. Esta zona, llamada haloclina, frena
en verano los intercambios de masas de agua entre la capa de superficie
iluminada y el reservorio profundo. Al inverso, en invierno, cuando se forma la
banquisa, la sal es expulsada del agua de mar para formar el hielo. Este
fenómeno conlleva la mezcla vertical de masas de agua, favoreciendo la subida
de nutrientes a la superficie. Durante el invierno, por falta de luz para la
fotosíntesis, los nutrientes se consumen muy poco. En verano, cuando el hielo
se derrite, el fitoplancton encuentra un mar rico y con mucha luz, ambas condiciones esenciales de su
crecimiento: es el bloom oceánico.
Esta explosión de
vida, la estamos observando aquí en el mar de Kara. Las muestras son muy densas
y coloridas, una verdadera sopa de fitoplancton. Era nuestro objetivo, el
muestrear en una zona llamada “ice-edge”, el borde del hielo. Es un área altamente
productiva que combina banquisa, hielo derretido
y agua de mar. Se puede identificar la zona a simple vista humana: un mar liso
como vidrio, un hielo joven y picado cubriendo el 50% de la superficie. Es por
ello que la pesca ha sido tan fructífera.
Más allá de la investigación sobre el plancton en
continuación de Tara Oceans, ¿cuáles son los parámetros específicos estudiados en esta
expedición en el Ártico?
Al proyecto biológico
de Tara Oceans sobre la taxonomía, la morfología y la genética del plancton, se
agregan unos objetivos específicos del Ártico: los efectos del hielo y de su derretimiento
acelerado sobre el plancton, y la suerte del dióxido de carbono (CO2) generado
por la actividad humana. El Ártico es conocido como un importante sumidero de
CO2 atmosférico. Queremos saber si este mecanismo de bombeo aumenta o disminuye
desde la industrialización, y por qué. Para esto, recolecto muestras con miras
a determinar los isótopos del oxígeno y del carbono. Estos datos nos permitirán
determinar su origen.
Existen dos hipótesis principales sobre la procedencia
del carbono. Primero, el hielo marino se derrite a causa del calentamiento
global y deja entrar el CO2 de la atmósfera. Segundo, otra fuente
importante de carbono viene del derretimiento de los glaciares continentales. Estos
cuerpos de agua dulce acarrean con ellos, por los ríos, el carbono del permafrost.
Los descubrimientos recientes revelan un incremento del carbono en el océano
Ártico. Para completar la investigación sobre el CO2, contamos con dos
dispositivos a bordo: el CO2Pro y el Seafet. Ellos, respectivamente, miden
continuamente la cantidad de CO2 y el pH del mar. El pH es un indicador de la
acidificación de las aguas frías, un mecanismo químico causado por la
penetración de CO2 industrial en el mar. Estoy trabajando en este programa con dos
laboratorios, el de Vigo, España, y el
de Villefranche-sur-mer.
El hielo sigue presente en el Cabo Tchelyouskin,
bloqueando actualmente el paso de Tara. ¿Podemos alegrarnos de esta situación,
significa una desaceleración del derretimiento?
Si el hielo sigue
siendo compacto en el Estrecho de Vilkinsky, esto no significa que el derretimiento
sea menor en el conjunto del Ártico. Se dan variabilidades locales, regionales
y naturales que no deben ser pasadas por alto. Si la atmósfera provoca el
derretimiento del hielo, a causa del viento y del aumento de las temperaturas,
el océano también juega un papel: el podría mantener y acelerar el proceso de
derretimiento.
El mecanismo de esta gran máquina térmica, es decir el mismo
océano, y su influencia sobre el derretimiento, aguarda todavía numerosos
interrogantes. Confío en que las mediciones hechas por Tara enriquecerán
nuestras bases de datos y confirmarán -o infirmarán- los modelos de predicción
del GIEC.
El GIEC anuncia la completa desaparición del hielo marino de verano,
en la próxima década. En 2012, hemos presenciado un derretimiento record. ¿Pero,
cuáles serán las condiciones del hielo al final del verano de 2013?
Entrevista
realizada por Anna Deniaud Garcia
GIEC: Grupo Internacional
de Expertos para el Clima.