Después de haber bordeado las costas de Japón durante dos meses, la goleta deja Chatan al sonido de las guitarras y los aplausos. Un primer mes dedicado a la educación y sensibilización, y otro dedicado a la ciencia. Sesenta días para recibir unos 4,500 visitantes, y 30 días durante los cuales 16 personas han compartido trabajos científicos y vida a bordo.
Nuestra
última mañana en la isla de Okinawa es típica de las escalas de Tara: densa y
rítmica. A las 7:30 un primer grupo de tripulantes tiene cita con el servicio
de migración para tramitar la salida del territorio. Un sello que oficializa el
fin de una experiencia difícil de resumir. Mientras tanto, otros cierran sus
maletas después de haber hurgado las entrañas de “la ballena” buscando algún
objeto tragado por el animal: un cepillo de dientes olvidado, una camiseta
secando en la bóveda de popa.
A las 9:00,
Yuko Kitano, investigadora de la universidad de Miyazaki guía una última visita
del barco con unos muy jóvenes escolares. Yuko se ha convertido en la mascota
de Tara al filo de las últimas semanas. 30 años, delgada, grandes ojos
expresivos, ella ha desplegado una energía desmedida a lo largo de esta misión.
Apenas terminando de bucear, ya escribía en su cuaderno algunas palabras en
francés, que memorizaba y repetía luego perfectamente. Y el famoso “C’est bon!”, que clausura cada cena preparada por nuestra hada
cocinera, Marion Lauters.
A las 11:00
Sarah Romac, ingeniera, Natacha Roux, doctorante, y Maggy Nugues, ecóloga, inician la ronda de despedidas y de abrazos.
Cumpliendo con su 4ta. misión a bordo de Tara Pacific, Sarah se felicita por
este leg que le ha permitido aprender aún más sobre temas que ella no suele
estudiar en la Estación Biológica de Roscoff. Para Maggy Nugues, del CRIOBE,
este segundo embarque “ha sido sumamente rico del punto de vista científico.
Tomé conciencia de todo lo que hemos hecho en algunas semanas a penas, al ver
las fotografías subacuáticas del artista en residencia a bordo, Nicolas Floc’h.
Durante 3 semanas y media, hemos vivido lejos de las preocupaciones diarias,
hemos estado cercanos a la naturaleza, en contacto con los elementos. Esto
induce la meditación. Todos nos sentimos tristes de partir”.
A las 14:00
hora oficial de la salida, Sylvain Agostini recibe la bandera de Japón firmada
por todos los tripulantes. El coordinador científico de esta misión habrá sido
un elemento central en la organización y el éxito de este leg, sin medir sus
horas de trabajo. Antes de desembarcar, él suelta una última frase: “Científicamente
interesante y humanamente excepcional”.
Todo el
equipo de la Fundación Tara Expéditions, en tierra como en el mar, agradece
calurosamente a todos los equipos agnès b., los equipos de las universidades,
la NHK, nuestro agente marítimo Yusuke Yoneyama y muchos otros más, por su
estupendo trabajo, su apoyo y una acogida que ha permitido que Tara viviera 2
meses excepcionales en Japón al encuentro del público, de los científicos y de
los media. Una nueva aventura per se y para cada quien, que repetiremos en mayo
2018.
Noëlie Pansiot