11/11/2013

Tara llega a Quebec


Llegando a Quebec. V.Hilaire/Tara Expéditions
Este domingo a las 10:30, Tara atracó en la dársena Louise, en el puerto comercial de Quebec. Nos quedaremos hasta el sábado. Luego vendrá una escala en Saint Pierre et Miquelon antes de la  transatlántica hacia Lorient, donde prevemos llegar el 07 de diciembre.
 
La navegación entre Tadoussac y Quebec nos ha tomado unas veinte horas, en condiciones muy buenas.

Al amanecer, en cada ribera del Saint Laurent, divisamos cada vez mas casas, carreteras, silos de grano, campos, caminos...Y un vuelo de cigüeñas en reunión antes de una migración masiva hacia el Sur, tal  vez alertadas por la nieve que viene cayendo. La niebla nos envuelve. Quebec esta delante de nosotros, al extremo de la isla de Orleans, pero invisible, opacada por una espesa cortina gris.

Es a un par de millas apenas de nuestro punto de aterrizaje que empezamos a discernir los contornos de la ciudad: un clásico centro de negocios con torres, las primeras grúas portuarias, unas chimeneas industriales soltando un espeso humo blanco.

La flota de la Guardia Costera canadiense, incluyendo el famoso Amundsen, está amarrada al muelle que conduce a la dársena Louise. Esta flota goza de un merecido descanso después de una temporada con mucho hielo y múltiples intervenciones de asistencia a la navegación en el Paso del Noroeste.

Hay una fuerte corriente. Martin y la tripulación están atentos a salirse a tiempo del cauce del río y no perderse la entrada de la dársena. Luego de un primer intento fallido, Martin sube un poco rio arriba para apuntar mejor a la puerta de entrada de unos sesenta metros de ancho. Atracar tampoco resulta fácil. El pontón asignado es estrecho y bajo, debemos cuidar de no “entrarle” fuerte. Fançois Aurat, desde el anexo, guía la trayectoria de Tara. Nuestras 150 toneladas y nuestra exposición al viento son difíciles de controlar sin propulsión de proa, así que el neumático presta apoyo a la maniobra, frenando o empujando. Poco a poco, en reversa, Martin y François acoplan suavemente Tara a su pontón. Claudie Marec, ingeniera oceanógrafa veterana de Tara y un puñado de curiosos están aquí para recibirnos. Un espontaneo aplauso saluda la exitosa y delicada maniobra. Complacido, Martin luce una sonrisa que habla más que palabras.

Vincent Hilaire