Inicio de transatlantica. N.delaBrosse/Tara Expéditions |
El pasado jueves, nos ha costado sudor
llegar a San Pedro y Miquelón debido a la tormenta. Y a la hora de salir de San
Pedro, los problemas continúan. Una pieza de equipaje que contiene un
anemómetro para el barco se ha extraviado en el laberinto de los aeropuertos. Habíamos
previsto zarpar el domingo. Pero el equipaje delincuente llega a bordo solo
por la noche, obligando los marineros a trepar los 27 metros del mástil para
instalar el instrumento en plena noche y una tormenta de nieve.
Es un retraso mal venido. Debemos llegar a
Lorient en 13 días, y tenemos 2200 millas por recorrer. Nadie a bordo ve esta travesía
como algo anodino.
Jérôme, embarcado en San Pedro, tiene
orígenes bretones: “mis bisabuelos venían a Terranova en una época en la cual
pescar del otro lado del océano era una verdadera aventura".
Si el aspecto aventurero se desvanece al
compa del progreso técnico, una transatlántica sigue siendo una aventura significativa
para quienes la hacen por primera vez. "Es una navegación legendaria, es estupendo
vivir eso desde el interior" subraya Marc. Dino comparte el entusiasmo: "Una
transat sigue siendo un reto. Hace años que hablo con marineros y ahora podré
compartir en conocimiento de causa”.
Para los marineros a bordo, no es una
primera vez. Es la cuarta para Baptiste: "Siempre es la primera transat
que impacta mas. Todos los amantes de vela sueñan con hacerlo una vez en sus
vidas". Daniel coincide: "Es muy simbólico para un marinero, es como
pasar los tres cabos o el Ecuador". Martin ya ha cruzado siete veces: “Es
aún más importante para nosotros europeos. Durante siglos, el hombre no sabía lo
que había detrás del océano. Una transat, es todavía pasar de un continente a
otro”. Nadège recalca el reto técnico: “Es raro hacer la travesía tan al Norte,
una región de tormentas en un calendario bastante tardío en la temporada. Pocos
barcos lo hacen". Un desafío que todos se sienten dispuestos a enfrentar
“Uno siente que el objetivo está cerca” resume Nico. "Es una bonita manera
de terminar la expedición”. Nuestro
próximo amarre será en Lorient, que hemos dejado hace siete meses.
Yann Chavance