© François Aurat / Fondation Tara Expéditions |
A principios de la semana, Tara se aleja del
archipiélago de las Gambier. Los días alrededor de esas pequeñas islas
montañosas han permitido a la tripulación, tanto implementar los protocolos de
muestreo, como de disfrutar de la
belleza de Polinesia y de la gentileza de sus habitantes.
Se han estudiado 3 sitios en el
archipiélago, con una rutina de sumersiones para recolectar muestras de corales,
de peces y de plancton. Para colocarse lo más cerca posible de los puntos de
recolección, la goleta ha recorrido la gran laguna en todas direcciones. En la pequeña
bahía de Taravai, la segunda isla en importancia del archipiélago, hemos
anclado frente a Akamaru, hogar de un
solo pueblito compuesto de una decena de familias reunidas alrededor de una
iglesia. Tara terminó su recorrido atracado en el pueblo de Rikitea, el más
importante de las Gambier. Esta ruta sinuosa entre las diferentes islas del
archipiélago, trazada por imperativos científicos, nos ha permitido una vista
de conjunto de las Gambier.
El archipiélago, a 1700 km de Tahití, lejos del resto de
Polinesia, servido por un solo vuelo semanal, queda fuera del alcance del grueso de los turistas. Pocos
pueden admirar los increíbles contrastes de esas islas, donde las playas de arena blanca y de cocoteros
se transforman, a flanco de montaña, en
bosques de resinosos, sembrados de pequeñas
iglesias esparcidas en paisajes excepcionales.
Una vez terminados los muestreos, la
tripulación compartió dos días con los habitantes de Rikitea: unos 120 niños descubrieron el velero, escuchando
con atención a los científicos y marineros. Tara había anclado en 2011 en esas
mismas aguas, lo que fue motivo de una devolución pública de los resultados de
las misiones precedentes; En particular,
el descubrimiento de dos nuevas especies de corales. Una se llama ahora Echinophyllia
tarae, en referencia a la goleta.
Basta con caminar en la calle para apreciar
la hospitalidad y la sencillez de los intercambios con los polinesios: hablar
de la vida a bordo, compartir las preocupaciones insulares, visitar una granja
de perlicultura, disfrutar del regalo de unas frutas frescas. Cinco científicos
desembarcan y toman aquí su vuelo de
regreso; Los 11 tripulantes restantes alcanzarán Tahití en algunos días.
Yann Chavance