30/09/2016

Primera escala en Polinesia


© François Aurat / Fondation Tara Expéditions

A principios de la semana, Tara se aleja del archipiélago de las Gambier. Los días alrededor de esas pequeñas islas montañosas han permitido a la tripulación, tanto implementar los protocolos de muestreo, como de  disfrutar de la belleza de Polinesia y de la gentileza de sus habitantes.

Se han estudiado 3 sitios en el archipiélago, con una rutina de sumersiones para recolectar muestras de corales, de peces y de plancton. Para colocarse lo más cerca posible de los puntos de recolección, la goleta ha recorrido la gran laguna en todas direcciones. En la pequeña bahía de Taravai, la segunda isla en importancia del archipiélago, hemos anclado frente a Akamaru,  hogar de un solo pueblito compuesto de una decena de familias reunidas alrededor de una iglesia. Tara terminó su recorrido atracado en el pueblo de Rikitea, el más importante de las Gambier. Esta ruta sinuosa entre las diferentes islas del archipiélago, trazada por imperativos científicos, nos ha permitido una vista de conjunto de las Gambier.

El archipiélago, a 1700 km de Tahití, lejos del resto de Polinesia, servido por un solo vuelo semanal,  queda  fuera del alcance del grueso de los turistas. Pocos pueden admirar los increíbles contrastes de esas  islas, donde las playas de arena blanca y de cocoteros se transforman, a flanco de montaña, en bosques de resinosos, sembrados de pequeñas iglesias esparcidas en paisajes excepcionales.

Una vez terminados los muestreos, la tripulación compartió dos días con los habitantes de Rikitea: unos 120 niños descubrieron el velero, escuchando con atención a los científicos y marineros. Tara había anclado en 2011 en esas mismas aguas, lo que fue motivo de una devolución pública de los resultados de las misiones precedentes;  En particular, el descubrimiento de dos nuevas especies de corales. Una se llama ahora Echinophyllia tarae, en referencia a la goleta.

Basta con caminar en la calle para apreciar la hospitalidad y la sencillez de los intercambios con los polinesios: hablar de la vida a bordo, compartir las preocupaciones insulares, visitar una granja de perlicultura, disfrutar del regalo de unas frutas frescas. Cinco científicos desembarcan y  toman aquí su vuelo de regreso; Los 11 tripulantes restantes alcanzarán Tahití en algunos días.

Yann Chavance