La escala de una semana en Rapa Nui, Chile, no ha sido fácil. El programa tuvo que ser modulado hora tras hora, según las condiciones climáticas. El único puerto de la isla no es lo suficientemente grande para acogernos: Tara no ha parado de cambiar de anclaje, dependiendo del viento y del oleaje.
A pesar
de estas condiciones que hacen difícil el embarque en Tara, los nuevos
tripulantes se han acomodado bien, antes de la salida el miércoles por la
noche. Con 16 personas a bordo, la
goleta deja atrás los Moai y sus misterios, rumbo al Oeste, hacia las islas de Pitcairn (Reino Unido), y
más precisamente, la pequeña isla desierta de Ducie.
Una
navegación de unos pocos días, iniciada bajo la furia de los vientos, para una
tripulación en gran medida renovada. Los primeros días no son suaves para novatos
y estómagos débiles: olas de más de seis metros y ráfagas de viento superiores
a 40 nudos, antes de que el tiempo se calme, y se establezca un sol brillante sobre
un mar de color azul profundo.
Yann Chavance