Viento ártico .A.Deniaud / Tara Expéditions |
Un viento helado infla las velas, con rachas de 30
nudos. Se recogieron cuidadosamente las últimas muestras de la estación larga de
Santa Anna. Tara puede reanudar su viaje hacia el norte de Novaya Zemlya. En
cuatro días, llegaremos a la posición 77° 11 Norte y 73° 37 Este, zona prevista
de la cuarta estación científica de este tramo Múrmansk –Dudinka.
Al dejar el desfiladero
submarino de Santa Anna, pensamos en el barco ruso que le ha dado su nombre.
Después de salir de San Petersburgo el 28 de julio 1912, el Santa Anna sigue la
ruta marítima del Norte. Al mando de Brusilov y Albanov, la tripulación explora
las costas de Siberia en busca de nuevas regiones de caza de ballenas, osos
polares, focas, morsas... En octubre 1912, frente a la península de Yamal, el
barco queda atrapado en el hielo. Deriva
más de dos años en dirección del Polo Norte sin ver tierra alguna, rebasando la
longitud del archipiélago de Franz Joseph. En abril de 1914, la comida escaseándose,
Albanov y trece voluntarios dejan el tres-mástiles. De este recorrido en trineos
y kayaks hasta Cabo Flora, al sur del archipiélago de Franz Josef, en unas condiciones extremas de frío y hambre "en
la tierra de la muerte blanca”*, sólo Albanov y Konrad se salvan.
En medio de un
mar libre de hielo, Tara navega con todas las velas izadas. Muy pocos bloques
de hielo al horizonte. Sin embargo una pared blanca de hielo aún bloquea el acceso a Dudinka, a unos cientos de millas
de distancia. "Las condiciones del hielo están cambiando y en una semana,
el área debe ser accesible" confía Samuel Audrain.
Prevemos llegar a la
desembocadura del río Yenisei el 22 de julio. Hasta entonces, la misión continúa.
Se organiza una “ronda ciencia” en la cual el marinero de turno controla el
barco mientras su binomio chequea el laboratorio seco, para cerciorarse de que
la medición continua de salinidad, temperaturas, etc., se lleva a cabo sin
problema. En total, hay que controlar unos veinte elementos, desde fuentes de poder, hasta temperatura de
los congeladores y funcionamiento del software. En caso de avería o duda, despiertan Marc Picheral, el ingeniero oceanográfico. Eso
es también parte de la expedición.
Anna Deniaud Garcia
* En la Tierra de la Muerte Blanca. Ediciones
Guérin Chamonix. Bitácora de Valerian Albanov.