30/01/2012

Taranautas en remojo


Hasta 16 nudos. V.Hilaire/Tara Expéditions

Apenas unas horas después de salir de la tranquilidad del río Savannah, los quince a bordo tocan de lleno el meollo del asunto: una primera noche de navegación con vientos del sureste arreciando hasta 55 nudos en ráfagas el día de hoy. Esta noche el viento ha disminuido, tenemos toda la tela abajo. Nos dirigimos a motor hacia la zona de nuestro primer muestreo de madrugada.

Pero fue un calentamiento algo rudo para el nuevo equipo de científicos; Algunos han sufrido. Es la ley del genero, uno se debe acostumbrar hasta “marinizarse”: se necesitan unos días para adquirir resistencia y pie marino. La diferencia es patente comparando con la condición de los cinco marineros embarcados desde hace tres meses. Virar, tomar rizos, las maniobras se siguieron todo este viernes pasado y cada vez los gestos eran fluidos y precisos, a pesar de las robustas condiciones.

La maniobra más impresionante en medio de la tormenta fue virar con una ráfaga de casi 60 nudos. Eso tomó toda la energía del segundo capitán Alain Giese, del oficial de cubierta Vincent Le Pennec y del jefe mecánico Daniel Cron, asistidos por Catherine Chabaud, para vencer el caudal del viento. Las olas eran de unos tres metros en estas aguas cálidas. Todo el día nos hemos sentido llevados sobre un tapiz rodante. 11, 14 y hasta 16 nudos, Tara se deslizaba con viento a favor, empujado por un viento y una corriente de misma dirección.

Con agua de mar a 20°, el ambiente es muy suave en estos momentos. Después de las maniobras, lavados por las lluvias torrenciales, el contraste es asombroso cuando uno entra en el comedor a mediodía. El calor es opresivo, perfumado por peces guisados al horno.

Esta noche, los vientos del sudeste amainaron. Progresamos a motor en un mar todavía formado. Ya pasó el bautismo. Mañana, si el estado del tiempo lo permite, haremos varias estaciones cortas con inmersión de la roseta. Una cosa es cierta: por las velocidades y las temperaturas observadas hoy, ya estamos en el río gigante del Gulf Stream.

Vicent Hilaire