18/08/2017

Sidney


8 días y 1,215 millas de navegación intensa desde Whangarei, Nueva Zelanda, para llegar a Sidney, Australia, este 18 de agosto.
“Hemos encontrado un poco de todo en este tramo agitado. En esta estación, se siguen las depresiones una tras otra, entre la costa este de Australia y Nueva Zelanda. Es como en el Atlántico norte.” Se requirió toda la experiencia de Simon Rigal y de los marineros para negociar unos vientos de oeste de 15 a 50 nudos. Y cada uno de los 10 a bordo se entregó al máximo de sus capacidades.
Pero, al amanecer, Sídney y sus torres surgen del horizonte sobre un mar por fin calmado. Entrar en la bahía de Sídney es un momento codiciado. Bordeamos una primera punta dominada por un faro blanco, y nos aparece la famosa ópera en unas de las más bellas bahías del mundo. 
Después del Harbour Bridge, un giro a la izquierda, para amarrarnos al muelle del Australian National Maritime Museum, en Darling Harbour. Una vez cumplidos los tramites de aduanas, los marineros se dedican a lavar la cubierta y el aparejo. Es un Tara “en costra de sal” que nos ha llevado hasta aquí.

Mañana, presentación de Tara Pacific a la prensa. Una semana de visitas de escolares y del público general hasta el 24 de agosto, fecha de zarpe rumbo a Heron Island, al sur de la Gran Barrera de coral.
Seguiremos luego hacia el este, hacia las islas Chesterfield y Nueva Caledonia, con 15 almas a bordo, un equipo científico de nuevo completado.

Vincent Hilaire.