4ta artista
en residencia en Tara Pacific, Noémie
Sauve estará a bordo, del 9 de agosto al 22 de septiembre, entre Auckland y
Nouméa. Entre ciclón artístico y avalancha de ideas, entrevista con una artista
comprometida, autodidacta e innovadora.
¿Por qué postuló para una residencia en Tara?
Se inscribe
en la lógica de mi trabajo. Me inspiró el anuncio en COAL, conociendo y
apoyando los propósitos de Tara, aunque sea en una forma diferente, porque
suelo trabajar en tierra, en medio de la cría de animales, las semillas
campesinas... Es ahora una oportunidad para andar sobre el agua.
¿Cómo imagina su estadía a bordo?
Prefiero no
imaginar. Solamente proyecto que será placentero. Aunque no imagino, me estoy
preparando. Aprobé el nivel 1 de buceo; Fui a probar luces en el Aquarium de
Paris; Me documenté sobre fluorescencias.
Mucha gente me ha orientado, en particular en materia de documentación.
Embarco con una verdadera información sobre el agua, el mar. Anteriormente, yo había
trabajado sobre algunos temas vinculados a los océanos, en particular las zonas
muertas, pero nunca he embarcado en algo como Tara.
Su perfil de artista, ¿cómo se define?
Hasta la
gente que trabaja conmigo tiene dificultad para calificarme. Me defino por lo
que hago. Por lo que es de la forma, es una figuración estropeada, y en cuanto
a técnicas, son casi todas las técnicas.
En materia
de escultura, va de la soldadura a la fundición, pasando por la talla de madera
y de piedra, la cocción clásica de cerámica o en raku, de los moldes al
modelaje...Me gusta probar de todo, porque induce transversalidades en las técnicas.
Si uno trabaja con el vidrio, puede surgir una idea mecánica para trabajar con
el metal. Podemos decir que la técnica me inspira la forma, para luego pasearme por todas las técnicas. Después, vienen
el dibujo, la pintura, la escenificación, en particular con esculturas. Lo que
ordena un poco todo eso, es una observación de la materia viva y de lo que me
rodea. Y llegar a crear una iconografía en torno a una temática, la domesticación.
La domesticación puede llevar muy lejos;
Es la organización de un paisaje en base a un ritmo humano, una profunda deformación
de la autonomía de la materia viva.
¿Nos puede explicar algo de lo que entiende por
disconografía?
Trabajo en
la puesta en escena de mis obras plásticas en espacio público o en un escenario
dedicado. Al disconografiar una obra, la saco de mi taller y procuro implicarla
en un territorio, por ejemplo la calle, para ilustrar lo que sugiere esta pieza.
Es como una caja que uno abre de nuevo para proponer una acción diferente.
¿Cuál podría ser el aporte de su residencia en
Tara?
Es el sueño
de muchos artistas poder embarcar con científicos, en un campo que es el centro
de su preocupación, en este caso la ecología, y así encontrarme en el corazón
de un nuevo idioma; Es una oportunidad de conocer gente apasionada y lugares de
difíciles acceso. Es por eso que preparo mi taller intensamente y que he
desarrollado dos técnicas inéditas. Desde septiembre pasado, todo mi mundo gira
alrededor de Tara. Quiero digerir todo de este viaje y también devolver
productos cuando regrese en tierra. Quiero poder comunicar, a través de mis
piezas, lo que voy a vivir en este embarque, para acompañar el proyecto Tara.
Entrevista por Léa Mignot