Hace 8 días, los pequeños veleros de
la Universidad Nacional Taiwán Ocean (NTOU) le daban la bienvenida a Tara en el
puerto de Keelung. Habíamos recorrido las 330 millas entre Okinawa, Japón, y Taiwán,
con un viento de 30 nudos por 36 horas. Gracias a la impecable organización de
la NTOU y a los equipos benévolos de agnès b. Taiwán, la escala ha sido una
exitosa serie de conferencias científicas, visitas del público a bordo y una hermosa
exposición en Taipéi.
La llegada de Tara a Keeling es el
resultado de una fructuosa colaboración entre el equipo de Tara en tierra y el
presidente de la NTOU, Ching-Fong Chang: “Con Tara, nos unen las mismas
preocupaciones. El Océano está enfermo: calentamiento, contaminación, pesca
intensiva... Estamos aquí rodeados por el mar. Tenemos 120 islas y 100,660 km
de costas. El Océano es esencial para Taiwán, pero el gobierno no parece
sensible a la problemática. La visita de Tara en Keelung es un paso positivo
para la educación de la juventud y del público”.
Con la ayuda eficaz de un equipo de
traductores voluntarios, los visitantes subieron a bordo cada día de las 9:00 a
las 18:00h. Michel Flores, del Instituto de Ciencias Weizmann, animaba la interacción
con los visitantes: “¿Saben cuántas personas pueden vivir a bordo de Tara?; ¿Los
amores contrariados entre corales y zooxantelas?”. Entre cada visita, la tripulación
afina los detalles de la gran travesía que nos llevará de Taiwán a Fidji, el
mes que viene. De su lado, Marion Lauters, en su doble calidad de marinera y chef-cocinera,
reabastece las reservas de alimentos, recorriendo las tiendas bio y los supermercados.
Zarpamos el
domingo por la tarde. Con la sirena de niebla, Nicolas Bin manda un último
saludo a los voluntarios y al público agrupados en el muelle. Regresaremos aquí
dentro de un año. ¡Gracias a todos!¡Zàijiàn! (Hasta luego).
Noëlie
Pansiot