15/05/2017

Conferencia mundial de las Naciones Unidas sobre el Océano


La Conferencia mundial de las Naciones Unidas sobre el Océano, por celebrarse en junio en New York, será la primera en abordar las problemáticas marítimas en su dimensión global, al tamaño del planeta. Será también una oportunidad única de focalizarse, al más alto nivel, sobre los desafíos más urgentes de la ciencia marina actual. Sabemos, desde hace muchos años, que el cambio climático amenaza la biodiversidad oceánica, por los impactos nuevos y cumulativos del calentamiento, de la acidificación, y de la desoxigenación, efectos que se conjugan a la contaminación antrópica y a la pesca intensiva.
¿Estamos entonces invirtiendo lo suficiente en la investigación fundamental para entender  estas problemáticas y actuar?
La respuesta es negativa.

En materia de ciencias marinas,  enfrentamos un  “seguir como si nada estuviera ocurriendo”. Peor aún,  en múltiples frentes, estamos haciendo menos en la actualidad que hace una década. La Comisión oceanográfica intergubernamental de la Organización de las Naciones Unidas para la educación, la ciencia y la cultura (COI-UNESCO) se encuentra sub-financiada. Unos programas nacionales importantes en materia de ciencia del océano ya no son una prioridad en países claves como Australia, Francia, Italia y Estados Unidos, donde los recortes presupuestarios anunciados apuntan a las ciencias del clima y de la observación de la Tierra. 

Resulta ser una terrible paradoja: más amenazado está el Océano, menos apoyamos la generación de ciencia dedicada a la comprensión, la previsión y la prevención de los impactos futuros.

Entramos en unas etapas importantes para el Océano. Todo está sobre la mesa para lograr un acuerdo internacional sobre la gestión de la biodiversidad en el Alta Mar, incluyendo los recursos genéticos marinos. En todos aspectos, esos recursos son todavía bastante mal conocidos.  Sin embargo, surge una transformación profunda de las ciencias marinas, con el desarrollo de nuevas tecnologías: secuenciación de nueva generación, análisis de data masivos, bioinformática y tecnología de bio-imagen. Estas técnicas están transformando nuestra forma de estudiar el Océano, tal como la genética ha transformado la medicina y la prevención del cáncer.

En el transcurso de su 43 sesión en Nairobi, Kenia, la comisión del GIEC ha decidido elaborar un informe especial sobre el cambio climático, los océanos y la criosfera: un estudio que da al Océano una atención indispensable dentro de la esfera climática.

La primera Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Océano catalizará los avances logrados en el marco del Objetivo de Desarrollo sostenible (ODS 14), centrado en el Océano.
Debemos aprovechar esta oportunidad para incentivar a las ciencias marinas. El ODS 14 hace hincapié en la necesidad de profundizar los conocimientos científicos, reforzar las capacidades de investigación y transferir las técnicas marinas. En el marco de la Conferencia, el CIO-UNESCO. Impulsa una “Década internacional de las ciencias del Océano”. Eso podría ser el motor de una mayor cooperación y de un mayor financiamiento para los programas claves que tratan de los  desafíos más urgentes. 

En el contexto de “Llamado para la Acción”, la investigación fundamental debería convertirse en una prioridad en la definición de metas, no solamente en torno a los impactos del cambio climático, a los desechos y la contaminación marina, a la gestión de las reservas marinas.
Más allá del financiamiento y de la oferta de recursos, debemos rebasar los límites, creando programas internacionales transdisciplinarios que usen las mejores herramientas científicas disponibles.

La expedición Tara Pacific es un modelo por considerar y reproducir. Al estudiar el blanqueamiento de los arrecifes coralinos en relación a la diversidad planctónica, la Fundación Tara Expéditions,  Francia, desarrolla un programa internacional multidisciplinario que asocia más de 27 institutos científicos en varios países. Este es un programa científico único a la escala del Pacifico. Sin embargo, como lo hemos averiguado en el transcurso de la misión anterior, Tara Oceans, no es posible conseguir tal programa que corra de abajo hacia arriba sin aceptar riesgos y trabajar a menudo en contra de un enfoque científico estándar.Hay urgencia en construir motores de investigación transversales y colaborativos. 

Quienes deciden las políticas cargan con una pesada responsabilidad en materia de reforzamiento de las ciencias de los océanos, que son la base de las acciones por venir en materia de conservación y adaptación.La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Océano, del 5 al 9 de junio, será un llamado para actuar. Debemos capitalizar sobre esta conferencia, entre otras oportunidades, para asentar las bases de una investigación científica que impulse acciones en todos los objetivos del desarrollo sostenible.  

Romain Troublé y André Abreu, Fondation Tara Expéditions.