Diplastrea speciosa y Acropora pruinosa, corales de la bahía de Tokio © Tomohiko Higuchi |
Las
costas japonesas ofrecen nuevas perspectivas para los científicos de Tara. Los
corales de superficie más septentrionales del planeta están aquí en Japón.
Ubicados muy al Norte en relación a los arrecifes del Pacífico, los corales de Japón
llaman particularmente la atención de los científicos.
La posición
geográfica del archipiélago es peculiar, al estirarse a lo largo de 33000 km de
la latitud de Quebec a la de Cuba. Las
variaciones climáticas impactan sobre la temperatura del agua y los
ecosistemas. Frente a Tokio, donde el clima es templado, las laminarias, esas algas
macro en forma de cintas anchas y largas, pueblan la mayor parte del paisaje subacuático.
Más al sur, frente a Okinawa, los arrecifes coralinos encuentran condiciones óptimas
a su desarrollo. Sería tentador concluir
que el coral es un animal que solo prospera en aguas calientes, pero no es del
todo cierto.
Poca
gente lo sabe, pero la bahía de Tokio hospeda lo que los científicos llaman
unas comunidades coralinas marginales. Sylvain Agostini, el coordinador científico
del leg Japón de Tara Pacific explica: “El arrecife coralino es una estructura geomorfológica,
un relieve, al igual que una montaña. Está compuesto por corales y algas
calcáreas que conforman un ecosistema. Pero la presencia de corales no se
limita siempre al arrecife. A veces, uno encuentra corales en zonas llamadas
marginales, como la bahía de Tokio donde el agua es más fría. Los corales
logran, entonces, vivir en ambientes más hostiles, más fríos. Pero son menos numerosos y no logran
desarrollarse tan rápidamente como para formar un verdadero arrecife coralino,
un relieve”.
Un
arrecife coralino precisa de dos condiciones básicas: una temperatura mínima
18°C y unos parámetros
químicos necesarios a la formación del esqueleto calizo. El desarrollo
del esqueleto del coral depende de una taza de saturación de aragonito (o
aragonita), una de las formas cristalinas del carbonato de calcio (CaCO3).
¿Cómo
los corales marginales de la bahía de Tokio han podido recorrer tan grandes
distancias hacia latitudes altas? El responsable de este desplazamiento se
llama el Kuroshio, una corriente marina que acarrea aguas calientes del sur
hacia el norte. Menos conocido que el Gulf Stream, el Kuroshio opera
discretamente a lo largo de la costa pacífica japonesa. Trae aguas calientes
desde las Filipinas y del Mar de China hasta el centro del Pacífico. A manera
de una cinta rodante subacuática, el Kuroshio conecta zonas tropicales con
zonas septentrionales.
En 15 días,
Tara emprenderá su segundo leg científico. Por el momento, la goleta sigue con
su misión de información y sensibilización: esperamos unos 1,500 visitantes a
bordo en el transcurso de las escalas por venir. Mientras, Samuel Audrain, el capitán,
afina los detalles logísticos de la misión. Nicolas Bin, segundo oficial,
selecciona los mapas de navegación para trazar la ruta de una estación de muestreo a otra. Toda la tripulación se
alista para esta segunda etapa de Tara Pacific.
Noëlie
Pansiot