Sibylle en Tahiti. L.Colchide/Tara Expeditions
Sibylle d’Orgeval acaba de pasar más de tres meses a bordo de Tara en calidad de corresponsal de prensa. Su quehacer cotidiano: relatar en palabras e imágenes la vida de la goleta, el trabajo científico a bordo y los encuentros humanos en cada escala.
No es la primera aventura de esta mujer de 35 años. Decididamente enfocada en los seres humanos, su mirada color azul océano ha escaneado muchos paisajes de rincones del planeta. Hace unos diez años, ella realizó su primer documental en una gira mundial en bicicleta. Luego ha codirigido el proyecto de Yann Arthus Bertrand "6 billones de otros" recolectando por 5 años los testimonios de hombres y mujeres en los cinco continentes.
Fascinada por el mar, se unió a la tripulación de Tara en Guayaquil, Ecuador, para vivir una nueva aventura humana. "Esta es una experiencia muy rica", dice alegremente. "En el contexto particular del barco, la noción del tiempo y los ritmos difieren totalmente de la vida en tierra. Uno aprende a conocerse a sí mismo al experimentar la vida en comunidad en un espacio reducido".
La tripulación siempre renovada de Tara también ofrece la oportunidad de explorar las interacciones entre las personas a bordo, donde se cruzan las trayectorias a veces tortuosas de científicos y marineros. Soñadora, explica: “No me canso de recoger esas historias y observar cómo la gente elige o no su vida. Con el tiempo te das cuenta de que todo es posible”.
En las Islas Gambier, las Marquesas y Tahití, Sibylle aprovecha las sucesivas escalas en tierra para captar algo de la cultura local y abrir la expedición a los lugares visitados: "Uno de los objetivos de Tara es también el de crear puentes con la población local. En las escalas, el barco permanece abierto, organizamos visitas a bordo y proyecciones de películas. Somos nómadas aportando información de un punto a otro".
Provocando intercambios, el encuentro con la población es variado e inspirador. "La gente siempre siente curiosidad por conocer viajeros, especialmente unos científicos embarcados. Algunas investigaciones tienen un impacto directo en la vida diaria de la población cuyos miembros viven en estrecho contacto con su entorno. El estudio del plancton se vincula directamente con las poblaciones de peces y la pesca, el estudio de los corales habla de la salud de los arrecifes que impacta en el cultivo de perlas, etc.".
De los legs vividos, Sibylle recuerda con intensidad la navegación entre Ecuador y las Islas Gambier: "Hemos tenido unas cuantas horas hermosas de navegación con vela, empujados por los alisios por treinta días sin ver tierra. Recuerdo especialmente un chapuzón en el medio del océano, en un desierto oceánico de aguas transparentes casi de color violeta. Nadamos junto al barco consientes de ser diminutos puntos perdidos en la inmensidad del océano... ¡Un momento realmente mágico!"
Sibylle desembarcó ayer por la tarde cargada de la energía azulada del Pacífico, el corazón pellizcado mientras se dirigía hacia el aeropuerto internacional de Tahití. Toda la tripulación de Tara le desea un feliz retorno a tierra.
Lise Colchide