Salida de Papeete, Haut Commissariat Polynésie française
Esta mañana marca el final de nuestra escala en el puerto de Papeete. Tara está a punto de dejar el muelle con un nuevo equipo de científicos embarcado. A modo de despedida, unos amigos nos ofrecen los tradicionales collares de concha, emblemáticos de las despedidas polinesias. La sirena anuncia el zarpe rumbo a nuevos horizontes. Con un tirón en el corazón, se sueltan las amaras. La vigía nos autoriza el paso por el canal. Se izan las velas y dejamos atrás las islas de la Sociedad, Polinesia Francesa.
Dos meses de vagabundería científica en los archipiélagos de las Gambier y las Marquesas nos ha permitido comprender mejor la vida de las islas y de los isleños de estos rincones del mundo, aislados en el corazón de la inmensidad del océano Pacífico. Una vida mirando el mar y sus recursos, donde los problemas ambientales cobran otro matiz en unos lugares de ecologías frágiles: una vida ruda en el paraíso.
De la producción de perlas al trabajo del coprah*, el mundo polinesio en plena evolución busca su futuro entre los restos del pasado. Poco a poco, regresando mas allá de la evangelización, este mundo rencuentra las raíces de un pasado oculto pero no perdido. Un justo tributo para estos hombres que supieron cuidar de lo que acoger significa. En la tierra de los guerreros tatuados y de los marae*, donde la historia se engancha al presente, el futuro es incierto para este frágil mundo de unas regiones marítimas del ultra-mar que aguardan el 80% de la biodiversidad francesa.
A bordo, cuatro marineros y 7 científicos dirigidos por Xavier Durrieu de Madron ya están afanándose para la próxima misión de muestreo. El recorrido hasta Hawái nos permitirá cruzar la línea del Ecuador y tomar muestras en la zona ecuatorial e intertropical para estudiar sus corrientes y contra-corrientes, y las poblaciones planctónicas asociadas.
Esta zona es propensa a corrientes convergentes que afectan los grandes sistemas climáticos a la escala de los océanos y del planeta, e impactan fenómenos climato-oceánicos como el Niño y la Niña, los cuales a su vez tienen una influencia considerable sobre las condiciones climato- económicas de los países colindantes del Pacífico ecuatorial.
Tara tendrá oportunidad de cruzar esta zona de convergencia para estudiar la biodiversidad y exponer los misterios planctónicos del océano. Al equipo científico le espera un trabajo de investigación apasionante. A los marineros, les espera un reto igualmente intenso: las zonas entre el ecuador y los 5° N se consideran lugares de formación de depresiones tropicales y ciclones, no tan obvios en los mapas meteo. A partir de los 10° N, volveremos a tocar alisios regulares de sector Este-Noreste para llegar a Hawái.
Por ahora, a todas velas, espuma en la proa, Tara se dirige hacia la primera estación de muestreo de esta nueva misión.
Hervé Bourmaud, capitán de Tara
* Coprah: pulpa seca de coco para producir aceite.
* Marae: lugar sagrado Tahitiano