18/01/2011

Tara de nuevo en aguas libres

Dentro de unos días, habrán pasado casi tres años desde que usé el mismo encabezado, cuando habíamos terminando la deriva del Océano Ártico. Fue la misión anterior, “Tara Artic ".

Por supuesto, ayer, nuestra salida del claro de agua libre en medio del hielo, no tiene nada que ver con el final de la deriva. En este entonces, habíamos luchado durante casi 24 horas para extraernos de los hielos; Aquí, se resolvió en apenas dos horas.

Pero esta incursión en el hielo del mar de Weddell, el domingo, fue suficiente para recordarnos la belleza y el poder del pack. Una tierra de nadie, donde uno debe estar atento al más mínimo movimiento del viento.

En esta bahía por más de 64 ° Sur, el equipo de científicos fue capaz de lograr una estación excepcional, una estación de hielo. Trece inmersiones de instrumentos han tenido éxito, a pesar de un slalom casi permanente entre los hielos. Se auscultaron dos profundidades diferentes para esta estación la más al Sur de toda la expedición Tara Oceans. Y las muestras habrán permitido caracterizar esta vida abundante, desde bacterias hasta larvas de peces.

Para nuestro jefe de misión Marc Picheral, ninguna ambigüedad: "lo que estamos haciendo aquí en un velero de 36 metros, en esta latitud, es único." Desde la primera vez que se subieron las redes, Marc estaba especialmente satisfecho; Los colectores  desbordaban de diatomeas; Fitoplancton, cuya presencia en cantidad confirmaba que bien estábamos en una biomasa fría  y polar.

Aún más, estábamos en el corazón de una despensa gigante; A nuestro alrededor las aves evolucionaron en cantidad (Petreles del Cabo, unos snow petreles, fulmares antárticos, petreles gigantes), así como pingüinos de Adelie, y, mención especial, tres ballenas jorobadas hermosas. Considerando las cantidades de krill y el tamaño de las gambas rojas en nuestras redes, se entiende mejor las razones de su prolongada presencia en estas aguas.

Hemos empezado la estación a eso de las 7 de la mañana, terminamos a las 17.30, antes de negociar un paso entre los cubos para dejar esta bahía de agua libre casi asediada por el tempano. El pronóstico del tiempo anunciando vientos de suroeste de alrededor de 30 nudos en nuestra área, debíamos apresurarnos en caso de que el hielo nos encerrase.

Seguimos el rumbo contrario al de nuestra llegada,  levemente más al oeste. En esta lengua de hielo que parecía densa e impenetrable en los binoculares, poco a poco se abrían aperturas y pasos. Al igual que en el Ártico, yo estaba en la proa de Tara, conectado por VHF a nuestro capitán, Hervé Bourmaud, al timón. Serpenteábamos en un laberinto de icebergs que se despejo paulatinamente en unas veinte millas.

Esta mañana, lunes, tenemos entre 20 y 25 nudos de viento, nos dirigimos hacia el oeste por el  babor del pack, pero en aguas abiertas. Nos alivia habernos extraído de las fauces del hielo en el momento oportuno.

Esperaremos en este rumbo el paso de la depresión que genera este viento, y eventualmente  se procederá con nuevas inmersiones esta tarde ya que el viento amaina. Luego, subiremos al noroeste para una estación en la plataforma continental, cerca de la costa este de la Antártida.

¡Van diez días desde Ushuaia, y todavía no hemos visto el continente blanco!

Vincent Hilaire - 11-01-2011

© B.Regnier/Fonds Tara