Maren Ziegler embarcó como jefe científico en Papeete, hace 5 semanas. Aprovechamos nuestra llegada a Wallis para hacer con ella el balance de nuestro recorrido en las islas de Aitutaki, Niue y Samoa hasta el archipiélago de Wallis y Futuna.
En esas 5 semanas de navegación entre Tahití y
Wallis, ¿cuál es el balance de los sitios que han estudiado?
La misión fue muy
programada. Estábamos en un trayecto en el cual debíamos encontrar las mismas
especies y seguir los mismos protocolos cada día, al igual que en el conjunto
de la expedición. A veces ha sido muy difícil de trabajar. Las condiciones
climáticas no eran siempre favorables en las cercanías de las islas. Hemos
empezado en Moorea, en localidades bastante conocidas, ricas en corales. Al
llegar a Aitutaki en el archipiélago de las islas Cook, nos hemos enfrentado a
una gran decepción: descubrimos que la
mayor parte del arrecife está muerto y nos ha costado encontrar sitios de
muestreos. Niue era también algo desconocido, pero ha sido una bella sorpresa:
a pesar del tsunami que devastó la isla en 2009, hemos encontrado bastante
diversidad, una buena cobertura coralina y zonas afectadas que se están
recuperando. El encuentro con serpientes de mar también quedará en nuestra
memoria como un momento impresionante.
Nuestra última
estación científica en la Samoa nos ha afectado totalmente; Hemos explorado 83 km de costas y ha sido
difícil dar con sitios de buena cobertura coralina. Las especies que estamos
estudiando han desaparecido. Es una zona muy aislada, no muy estudiada, y los
isleños no tienen los recursos para acceder a esos sitios y vigilar la
situación a lo largo de las costas. Yo no me había preparado para tal
situación.
¿Hay forma de que los isleños puedan cambiar esta
situación?
Depende de los
casos. En el caso de la Samoa, hemos observado que el coral parece regresar en
ciertos lugares. Preparamos un informe que mandaremos a las autoridades
locales. Eso podría incentivarles a proteger esas zonas frágiles, controlando
la pesca y el impacto humano.
Hemos observado
que la calidad del agua en la laguna no es buena y que el impacto humano es
importante. Localmente se pueden emprender muchas iniciativas, pero a una
escala más amplia, esas islas están desprotegidas frente al aumento de los
ciclones; Solo les queda hacerse oír a nivel internacional.
¿Cuáles fueron los desafíos de su cargo de jefe
científico a bordo?
Hubiera podido
ser un desafío, pero cada quien ha trabajado dentro del conjunto y en la misma
dirección. El inicio fue delicado porque los científicos ignoraban lo que les
esperaba, no tenían una gran preparación, pero hemos logrado adaptarnos y
resultó placentero trabajar con el equipo científico a bordo.
Usted trabaja en este momento en Arabia Saudita,
¿cuáles son las diferencias de la situación del coral en el Mar Rojo y en el
Pacífico?
El Mar Rojo ha
sido considerado como una zona resistente a los cambios climáticos. Pero el año
pasado, la temperatura de superficie aumentó fuertemente, a veces a más de 34
grados, y hemos observado un significativo fenómeno de blanqueamiento en la
parte sur del Mar Rojo. Los arrecifes han sido totalmente impactados aun muy
lejos de las costas y de la influencia del hombre.
¿Cuál será su próxima etapa a bordo de Tara?
Adoraría
volver a bordo. Espero que haya lugar
para mí en unas etapas por venir de esta expedición. Siento curiosidad por
todas las islas del Pacífico. El año próximo, Tara estará en Papúa-Nueva
Guinea y en Indonesia, unos lugares que vaticino fantásticos.
Entrevista por Pierre
de Parscau