Hace 4 días que hemos dejado Islandia. La espesa niebla
que nos envolvía se disipó, mientras hacemos ruta al Norte, hacia el fiordo más
grande del mundo: Scoresby
Sund. Paisajes impactantes de belleza, montañas de rocas negras moteadas de
blanco, perfectos reflejos en el agua...
Más temprano, a
la hora del almuerzo, Tara
hizo una parada frente a los acantilados de basalto de Cabo Brewster, a solicitud de los dos ecólogos de la misión. Largos lentes atornillados en las cámaras, Brigitte Sabard y Olivier Gilg,
investigadores del GREA, han « disparado » con frenesí, retratando una
de las más grandes colonias de aves de la costa Este. Estas imágenes serán luego
editadas para poder censar, uno a uno, los araos de Brünnich y las gaviotas
tridáctilas.
Parece que las largas jornadas de trabajo no asustan a estos investigadores. Lo demuestran recorriendo la isla pelada
de Dunholm durante 13 horas seguidas en busca de aves
acuáticas. Bolsa llena de provisiones en un hombro y vara de línea al otro,
quieren capturar una docena de eiders
comunes, una especie de pato marino, para sus mediciones y muestras. Escondidas en su nido, las hembras son perfectamente camufladas. Sólo un
ojo entrenado puede distinguir las
aves cuyo plumaje se funde con el entorno rocoso. Una vez descubierta, el ave se debe capturar rápidamente con la línea, una tarea complicada.
"Es un nuevo episodio en
nuestro programa científico. En 2004,
nos hemos limitado a recolectar el vello para estudiar las
poluciones. Estamos repitiendo la operación, lo que nos permitirá determinar los niveles de
contaminantes como el mercurio. Pero además, por primera vez, estamos
tomando muestras de sangre en una docena
de aves. Estas muestras nos permitirán medir las
tasas de mercurio y también de hidrocarburos, unas poluciones
que crecen con el desarrollo del tráfico marítimo en la región. Estos
contaminantes son de origen antrópico: la polución es llevada por los vientos y las
corrientes marinas desde nuestras regiones. Aquí, hay poca o ninguna
fuente de contaminación. Muestreando
a nivel local, podemos medir la circulación de los
contaminantes en el planeta", explica
Oliver.
16:00 horas: Algunos miembros se reúnen en el comedor, otros se regalan una
siesta reparadora antes del próximo turno nocturno. Nos alejamos de las costas a
más de 7 nudos para meternos a resguardo. El capitán estudia los mapas: “Nos dirigimos al norte y es una jugada de póker. Se pronostica una racha
de viento en la noche del 29 al 30 de julio, lo que nos deja unas 35 horas para subir y recorrer 200 millas".
Noëlie
Pansiot