15/09/2014

"Equinoccios"


Tara Med, Lola Reboud, Equinoxes
Desde la escala en Bizerta, Túnez, Tara se ha feminizado, 7 mujeres y solo 5 hombres embarcados. Algunos incluso lo llaman humorísticamente "el barco de color rosa." Esta navegación de Argel a Marsella  también les da amplio espacio a los artistas. Lola Reboud es uno de ellos. Fotógrafa, ella recorre la goleta a horas fijas con sus cámaras para realizar su proyecto llamado "Equinoccios".

“Estoy en residencia a bordo de Tara entre Bizerta y Marsella durante el mes de septiembre, el período de los equinoccios. Antes de salir, escribí un proyecto del mismo nombre dedicado al color azul del mar Mediterráneo. Si ante todo saco fotos, también estoy levantando un mapa marino y montando un video.

Este color azul, lo estoy trabajando en las variaciones del prisma climático y cromático. Saco fotos  en la mañana, a medio día y al atardecer. Tengo la intención de dar forma a un mapa en base a los elementos recogidos por los científicos; Es decir, los datos digitales, porque hoy en día es así que se hace cartografía. Luego, deberé encontrar la modelización gráfica la más adecuada, en 2D o 3D. Se añade a eso una película, tomas del mar en sus variaciones cromáticas asociadas al retrato de   Maríe Barbieux, científica embarcada cuya tesis será sobre el color del océano.

Respeto un ritual: hago fotos en la mañana, a medio día y al ocaso del sol. Por la mañana, el color del azul del amanecer tiende hacia el rojo y los amarillos viran hacia un azul bastante contrastado. Al  mediodía, cuando el sol alcanza el cenit, todo se vuelve azul cielo. Al atardecer, la luz tiende al rojo y vuelve al azul oscuro. Ello se conjuga con las variaciones estacionales y del clima. Mis fotos presentan todo el prisma cromático.

Finalmente esta superficie azul nunca es la misma y me doy cuenta de que mi ojo se está afinando de modo increíble. Hay matices que yo no podía apreciar cuando embarqué en Tara. Al principio, solo veía una masa; Ahora visualizo cada vez más detalles a los cuales presto atención en cada preparación de toma fotográfica. Este mar aparece de hecho como una cobija de supervivencia muy delgada. Los intercambios con los científicos y los marineros, el muestreo de plancton y la recolección de plástico diarios que ellos llevan a cabo, nos llevan a darnos cuenta de la densidad de vida y de contaminación que esta masa de agua contiene, algo que uno no percibe de entrada.

¿Cuál es tu relación con la ciencia?
Soy como un niño! No sé nada de eso y estoy aprendiendo todos los días. Este es el cuarto proyecto que armo con científicos; He trabajado con vulcanólogos, geógrafos y ahora con oceanógrafos. Es algo que me encanta, un intercambio de conocimientos entre dos mundos que se encuentran poco pero que se inscriben ambos en la búsqueda.

A bordo, he descubierto que existe una sonda que mide el color del océano, el HTSRB. Ella posee un sensor ultrasensible y me ayudó a profundizar mi primera intuición. El color del mar también depende de la cantidad de fitoplancton y otras partículas en el agua. Así que este color azul depende  de elementos que uno no sospecha, que son apenas perceptibles. Descubro, aprendo todos los días, y ese es el punto de estar navegando. De estar recluida en mi estudio, dejaría de lado  estos intercambios con científicos y marineros. Lo que me interesa, no es tanto el color azul por su aspecto formal, sino el desafío del cambio climático que hay detrás y que no vemos.

Entrevista realizada por Noëlie PANSIOT

Más información: la web de Lola Reboud  www.lolareboud.com