01/04/2014

Tara se estira y calienta


Hacia Le Havre.M.Hertau/Tara Expéditions
Este domingo 30 de marzo, Tara zarpa por primera vez desde su regreso de la expedición Tara Oceans Polar Circle, el 7 de diciembre. Aparte de una corta navegación en el canal para probar los motores, Tara no había navegado durante 3 meses. Nos dirigimos hacia Le Havre, donde llegaremos a mediodía del miércoles.
 
Eolo nos regala un viento de sur-sureste de 20 nudos; Nos resulta perfecto, un regalo de bienvenida de vuelta al mar abierto. Hemos dejado el canal, empieza la maniobra de izar las velas, cinco personas en cubierta, el jefe mecánico Yohann al timón para mantener el barco cerca del viento y controlar los muchos veleros en regata alrededor.

Uno debe dirigir y tener una mirada circular, cada quien debe ubicarse: David, nuevo segundo oficial,  no conoce el barco todavía, y Mathieu, marinero, no ha navegado en Tara desde hace 3 años. Paul, en pasantía, descubre también la cubierta.

Cuarenta minutos son necesarios para que la mayor, mesana, yankee y trinquete, estén establecidos. Los motores se apagan, Tara se desliza bajo el sol dejando la isla de Croix en su estela. Los marineros se sienten felices, la navegación empieza bien.

Unas horas más tarde, en las proximidades de Punta Penmarc’h, se dan a conocer los pequeños ajustes inherentes a una parada prolongada y obras de mantenimiento. Todo el mundo se afana, busca, ajusta, y apunta en la lista de lo que habrá que revisar una vez de regreso en Lorient, a mediados de abril, antes del gran zarpe para la expedición Tara Mediterráneo.

Tara, llevado a 13,5 nudos por las corrientes de marea, dobla de noche el Raz de Sein, el Canal du Four y la constelación de faros y balizas que los caracterizan. En la mañana, Eolo nos abandona, pero llegan los delfines, y nos acompañan.Ya estamos de vuelta!

Martin Hertau, Capitán de Tara