Tara en Lorient. ©Tara Expéditions
De regreso en Lorient después de su participación en el festival de cine isleño en Groix, la tripulación se afana en darle una cara nueva a la goleta cansada por dos años y medio de expedición. Y nos estamos preparando para las escalas porvenir: Roscoff y Londres en septiembre, Le Havre y París en octubre.
La fecha de zarpe se acerca. La lista de tareas y objetivos de la semana se limpia lo más rápidamente posible para cumplir con lo que viene. No hay tiempo muerto. La tripulación está creciendo; Francois Aurat, marinero y fotógrafo, Damien Boistuaud, mecánico, Vincent Le Pennec, otro veterano de Tara Oceans.
El material necesario para desarmar los mástiles está listo. Los palos reposaran en vigas de madera durante nuestro viaje a París por el rio Sena. Desarbolaremos Tara en Le Havre, una oportunidad para trabajar el aparejo y controlar todo en detalle. Estamos preparando los repuestos y programando lo que habrá de hacer una vez los palos acostados en el muelle.
En el transcurso de esos meses de trabajo a bordo, todos los proyectos se han llevado como previsto. Dos años y medio de Tara Oceans nos habían dado una clara visión de las mejoras por realizar: producción y distribución de energía a bordo, redundancia de fuentes de energía, control de los parámetros de los motores, pilotos automáticos, etc. Todo esto solo se podía hacer parados en puerto.
Convalidaremos las modificaciones mar afuera rumbo a Roscoff, donde nos quedaremos los 13 y 14 de septiembre y rumbo a Londres donde llegaremos el 17.
Loïc Valette, capitán de Tara