"Queda prohibido herirse a bordo. Cada quien debe cuidarse y velar también por la seguridad de los demás. Cuando tienen dudas, es que no hay duda: si huelen algo raro, si oyen algo raro, avisen a un marinero".
Las
responsabilidades de un Segundo Oficial, el No. 2 a bordo, son muy numerosas.
La principal: la seguridad. Luego, todo lo relacionado al “funcionamiento” del
barco y su tripulación: la organización de los turnos, el vínculo entre el capitán,
los marineros, los científicos y demás tripulantes.
“Nicolas es
un segundo ideal. El tipo sabe navegar, tiene experiencia con vela, le gusta la
labor bien hecha, y es una persona sensible con quien resulta placentero hablar
de otra cosa que de trabajo. Nos reunimos a menudo para tocar música”, comenta
Samuel Audrain, el capitán.
Uno de los Mecánicos
en Jefe, Daniel Cron, añade: “él tiene un lado jazzy retro, hubiera podido
tocar piano en bares de Nueva Orleans”. Y para el otro “Chef” Mecánico, Loïc
Caudan, “Nico está siempre dispuesto a dar una mano, aunque se trate de una
tarea ingrata. Es fácil trabajar con él”.
Oriundo de Alsacia,
al este de Francia, él empieza a navegar con su padre a los 10 años de edad.
Después del liceo, él vacila entre estudios universitarios en deportes y el
Conservatorio de música. Pero escoge el mar:
1 año y medio como voluntario benévolo en la escuela de navegación de Les Glénans,
un Diploma de Estado de navegación a vela en Quiberon, otro diploma de Patrón
de navegación a vela en Cherburgo, múltiples navegaciones entre Francia y las
Antillas, Egipto, unas trasatlánticas, Córcega, Ushuaia en Argentina, Polinesia
francesa.
En sus 36
años, Nicolas Bin ama la vela y el alta mar: «Es uno de los últimos espacios de
libertad que quedan. Me nutro de viajes y encuentros. Me gustan las maniobras
bien realizadas, los buenos ajustes. Cuando navego con vela, Imagino siempre el
barco visto desde fuera, visualizo su estética”.
Noëlie Pansiot.