Después de Malpelo y sus muy discretos tiburones-ballenas, Tara sigue su ruta en el Pacífico, dejando este lunes el puerto de Buenaventura rumbo a la isla de Pascua y sus enigmáticos colosos.
El paréntesis Malpelo terminó en un poco de frustración: no hemos visto tiburón-ballena alguno. Esta ausencia constituye, sin embargo, un resultado en sí mismo que permite conocer mejor los hábitos de esos grandes escuálidos alrededor de la isla colombiana.
Sandra Bessudo, directora de la Fundación
Malpelo, regresará en noviembre para marcar los animales que nos evadieron esta
semana. Pero estos días en Malpelo nos dejan el magnífico recuerdo de unas
sumersiones en medio de tiburones-martillos.
De regreso a Buenaventura por cuatro días, desembarcaban el equipo colombiano y los buzos,
mientras embarcaban para el tramo siguiente hasta la Isla de Pascua: Guillaume
Bourdin, ingeniero de cubierta; Fabien Lombard del Laboratorio Oceanológico de
Villefrance sur-mer; Y el biólogo chileno James Herlan, de la Universidad Católica
del Norte.
Esta escala fue también una oportunidad para recibir a bordo 240
escolares de Buenaventura y demás visitantes, entre ellos, el ministro
colombiano de Medioambiente.