A lo largo de estos dos años de expedición en el Pacifico, se efectuarán cientos de sumersiones desde la goleta. La logística y la seguridad están a cargo de David Monmarché, apodado Monch.
“Yo me encargo del mantenimiento del
material, suministro a los buzos todo lo que necesitan en equipamiento antes de
las sumersiones. Después de cada una, vuelvo a cargar los tanques y preparo
las sumersiones por venir. Mientras ellos están sumergidos, desde el inflable,
monitoreo el recorrido de los buzos y cuido de los tiempos máximos. En paralelo,
buceo también para muestrear plancton para la estación biológica de Roscoff, y
como todos los marineros, participo activamente en las maniobras y tareas de la
vida a bordo.
Los miembros de la tripulación bucean como
parte de su trabajo; Ellos tienen experiencia
y son autónomos, se requiere menos dirección. Es diferente cuando organizamos
sumersiones recreativas para los artistas en residencia, o los corresponsales embarcados.
En esta expedición se turnan dos grupos de
buzos: uno en la mañana, para el coral, el otro por la tarde, para el plancton.
Las sumersiones son limitadas a 2 por día por persona, y cuando se dan
sumersiones profundas y de potencial riesgo, armamos la cámara de recompresión
en cubierta para poder enfrentar un problema. Una vez los científicos están en
el agua, asumo directa responsabilidad de las consignas que les doy, la
elección del lugar, y el monitoreo de las condiciones exteriores como las
corrientes y el oleaje.”
Entrevista por Yann Chavance