14/10/2015

Nantes



Noche brumosa y oscura en el puerto de Lorient. Son las 5:00 de la mañana y ya comienza el  movimiento a bordo. El ruido de los motores invade la goleta mientras cada marino toma su lugar: hay que reanimar la máquina algo dormida luego de tres semanas en obras. La ruta será corta: 90 millas separan Lorient de Nantes, próxima y última escala de Tara antes de subir el Sena hacia París.
 
Una vez izados trinquete y mayor, avanzamos a buena velocidad, 8 nudos en lugar de los 6 acostumbrados. Bordeando la isla de Groix, el cielo y el mar lucen el mismo tono gris claro, que poco a poco se tiñe de rosa.  Y es con la luz de un sol rojo que Tara se cuela entre Belle-Ile y Quiberon.
Al filo de la mañana, la efervescencia de la partida decae;  Las nubes se dispersan en una dulce luz. Una calma relativa se instala a bordo, acentuada por el silencio de uno de los motores detenido.
“Tan pronto como sopla un poco de viento, avanzamos bastante bien. Para hacerlo ecológico, apagamos un motor y utilizamos el yankee”, explica Martin Hertau. Entre las 10:00 y 11:00 dejamos Houat y Hoedic a nuestro babor.

Desfilan Pouliguen y La Baule mientras disfrutamos un desayuno vigorizante a cargo de Sylvie Duboué, presidente de los Amigos de Tara; Sin tropiezo hacia Nantes, seguimos con un cielo de un hermoso azul.

Los diez días en Nantes marcan una etapa doblemente simbólica: la presencia de Tara en la apertura de la GreenWeek de la ciudad, y nuestra última escala antes de la COP21.
“Visitamos Nantes invitados por Nantes Métropole para la Greenweek, dentro del marco de Citas por el Clima. Para Tara, participar en un evento como este y apoyar una ciudad que desea bajar de 50% sus emisiones de gas antes del 2030, es totalmente coherente”;  Un preludio a las negociaciones parisinas sobe el clima a finales del mes que viene.

Poco antes de las 16:00 horas, Tara pasa bajo el impresionante puente de Saint-Nazaire, señal de que la goleta deja definitivamente el océano por la Loire. Luego de cuatro horas de navegación en el río, llegaremos a “la Venecia del Oeste” antes de la noche.