Al terminar su misión en el rio de Penerf, Tara traza ruta de regreso a Lorient. Una navegación en la cual Brigitte y Thérèse, los motores de babor y estribor, unas hermosuras de 1,2 toneladas y casi 30 años de servicio a la propulsión de las 140 toneladas de nuestra ballena, aquejan unos dolores; Algo normal después de 4 meses de inmovilización.
Brigitte baja de
ritmo, con sospecha de problemas en el suministro de diesel. Daniel Cron, segundo oficial,
baja a la sala de máquinas, justo cuando Thérèse tose a su vez.
Brigitte resiste hasta
Lorient gracias a una purga regular del filtro de gasoil, para eliminar las
burbujas de aire responsables de sus sobresaltos. En cuanto a Thérèse, más
temor que daño: la fuga proviene de la bomba de enfriamiento. Una vez apagado
del motor, se repara la bomba a tiempo para la llegada a Lorient.
Tara puede
entonces entrar con calma en el canal de Lorient, impulsado por sus dos
motores, gracias a la perseverancia de los dos mecánicos: Loic y Daniel han
pasado la mayor parte del viaje cabeza abajo en la sala de máquinas.
Tara debe ahora
alistarse para sus misiones futuras: en Groenlandia este verano, en el Pacífico
y el sureste asiático el próximo año. ¿El secreto? El trabajo incesante de la
tripulación para cuidar del barco, un
mantenimiento casi diario.
Después de las misiones largas, Tara regresa a
Lorient para una revisión completa. Este invierno, a secas en el astillero, se ha
comprobado la integridad de los tanques de combustible, las válvulas, el eje de
la hélice. También hemos revisado ambos motores, las juntas de culatas, los pistones.
Un chequeo obligado para restaurar el brillo de la goleta. Con la edad, redoblan las atenciones, se mima cada elemento.
Este viaje ha
sido una oportunidad para probar las reparaciones realizadas y afinar detalles.
Tara debe estar listo dentro de un mes.
Maéva Bardy