Velella, Tara Expeditions |
Casi cada año, al
mismo periodo, colonias de Velella derivan con las corrientes y los vientos, y
en ocasiones terminan varadas en la orilla. Es en la primavera y hasta el solsticio
de verano que esas "lanchas de San
Juan" son las más numerosas. Según la prensa regional, este año las Velella
velella acuden a la cita: extensas manchas de velella han colorido las playas
francesas durante el fin de semana de la Ascensión. En Córcega, algunas
personas han llamado al Centro Operativo Regional de Seguimiento y Salvamento
Marítimo para reportar enormes manchas flotantes con brillo de hidrocarburos. En
Cannes, unos turistas desistieron de nadar por temor a que esas extrañas
criaturas fueran peligrosas.
Prima cercana de medusas,
corales y gorgonias, la velella pertenece a la familia de los cnidarios, es
decir de los invertebrados urticantes. Velella velella tiene cortos tentáculos
venenosos, sin peligro para los seres
humanos, pero eficaces para capturar pequeños organismos planctónicos que
constituyen su dieta. De unos 3-4 cm, presentan una forma original: su punta emergida
visible consiste en un disco cartilaginoso y una cresta triangular vertical que
le sirve de vela. Este inusual animal podría sin duda lucirse en la famosa
película Avatar de James Cameron.
Jean-Louis Jamet,
jefe científico de la etapa Toulon-Niza, da algunos detalles a la tripulación: "La
Velella puede ser considerada como un super organismo. Se compone de varios
organismos llamados zooides, de diferentes funciones: el gastrozoide está
dedicado a la nutrición, los gonozoïdes a la reproducción". Situados en la
parte sumergida del animal, estos pólipos especializados cooperan y actúan
juntos. El gastrozoïde cazador envía el resultado de la digestión por pequeños
canales a los individuos reproductores, los gonozoïdes. "Existen también zooides
dedicados a la protección del animal".
Fabien Lombard, profesor
de biología marina en el Laboratorio oceanográfico de Villefranche-sur-mer y especialista
de medusas, detalla aspectos de las lanchas de San Juan: “Si las observan de
cerca, verán que la mitad de la colonia posee una vela a la derecha, y la otra a
la izquierda. Esta estrategia permite que parte de ellas no encallen en la
costa empujadas por los vientos. Su vela
inclinada a 45° actúa como un velero. Ellas deben absolutamente permanecer en el
mar para sobrevivir".
Otra
característica notable: "Este organismo posee un ciclo de vida doble".
Las Velella recogidas por la red manta de Tara son asexuadas. Los gonozoïdes
realizan una especie de propagación vegetativa, de esquejes, y producen
pequeñas medusas de sólo un milímetro. La facultad de reproducción sexual es de
estas mini medusas de vida muy breve. Vedaderos pequeños clones, ellas están equipadas con gametos masculinos y femeninos
necesarios para la propagación de la especie. Una vez liberados, los gametos se
juntan en el mar para la fusión y dan lugar a larvas microscópicas, y luego a una
nueva colonia flotante. Incapaces de moverse por sí solas, las lanchas de San
Juan, pertenecen al plancton: navegan pasivamente con las corrientes y los
vientos.
Así que cuando se
vayan formando unas colonias de cientos de metros en la estela de la goleta, la
tripulación recordará el comienzo de Tara Mediterráneo. Gracias a Jean-Louis
Jamet y su presentación, ya no verá las
Velella como unos extraños organismos flotantes con pinta de medusas, sino como super organismos que
albergan una combinación interdependiente de varios zooides que tienden al mismo
objetivo: la supervivencia.
Noëlie Pansiot