Jean-Louis Etienne a bordo de Tara, Sn San Diego. Yann Chavance / Tara Expeditions
El explorador francés vuelve con emoción a subirse a bordo de su antiguo "Antartica", llamado Tara en la actualidad. Es la oportunidad de compartir con la tripulación algunos recuerdos que envuelven este barco desde su construcción en 1989. Tara ha recorrido una larga ruta.
Hoy, Tara sigue con su misión educativa al recibir unos cincuenta estudiantes de la San Diego French American School. La tripulación atiende los jóvenes por pequeños grupos, para una visita explicativa del barco, de cubierta a cabinas pasando por el wet lab, el laboratorio húmedo en cubierta y la sala de máquinas.
Estos alumnos, estudiosos y curiosos de todo, han seguido en clase durante meses el recorrido de Tara y se alegran de poder visitarlo de verdad. De repente, entre dos grupos, aparece un rostro familiar: Jean-Louis Etienne, residente en San Diego, quien quiere saludar a la tripulación antes de la salida al mar. Este barco, es el que lo concibió con la ayuda del ingeniero Michel Franco y de los arquitectos Luc Bouvet y Olivier Petit, cuando se llamaba Antartica.
Diseñado para resistir los hielos del Ártico, el barco ha navegado todos los mares del planeta con Jean-Louis Etienne a bordo. Comprado en 1996 por el famoso navegante de Nueva Zelanda, Sir Peter Blake, quien le cambia el nombre por "Seamaster", y luego en 2003 por Etienne Bourgois para lanzar la expedición Tara Ártic, este barco ha vivido numerosos cambios a lo largo de sus expediciones.
Para Jean-Louis Etienne, sin embargo, sigue siendo el mismo barco que lo llevó por todo el mundo.
"No tengo la impresión de haberlo dejado. Mi cuerpo no lo ha dejado. Yo podría recorrerlo en todas direcciones sin abrir los ojos", murmura el explorador francés, conmovido por este rencuentro. Pisando un territorio familiar, el señala aquí y allá una cabina transformada en laboratorio, un panel de madera quitado, un nuevo aparato de control. Rodeado de toda la tripulación, el evoca sus aventuras en esta misma cubierta, los problemas técnicos experimentados por el barco, los tiempos pasados, buenos y malos. Dondequiera que mire, regresan los recuerdos, en presencia de un público feliz de estar frente a una memoria viva de estos lugares. La nostalgia se asoma a veces, pero se siente el hombre feliz de ver a su antiguo barco en tan buenas manos: "Cuando yo quería venderlo, algunos querían usarlo para cruceros de placer. Así, está en su lugar. Me siento orgulloso de ver lo que hace como Tara".
Loïc, el capitán, aprovecha la oportunidad para pedirle detalles sobre Clipperton, nuestro próximo destino. Frente a un gran mapa de la isla, Jean-Louis Etienne, quien ha dirigido allá una expedición de cuatro meses en 2005, explica donde aterrizar, donde anclar. Detalles que valen oro para la tripulación. Clipperton es de hecho el próximo destino de Tara, a medio camino entre San Diego y Panamá. ¡Salida para la isla tan querida por Jean-Louis Etienne programada para este jueves!
Yann Chavance