21/09/2011

Hawái, última escala en Polinesia


Honolulu, llegada de Tara.A.Amiel/Kahikai/Tara Oceans

El halo de luz sobre telón de noche estrellada indica la cercanía de la ciudad de Honolulu. Con velas reducidas desde que rompió una, Tara se desliza suavemente sobre el agua. Llegamos a Hawái luego de más de tres meses de viaje por la Polinesia. Nuestra ruta cruzó la de los primeros grandes navegantes, no los primeros exploradores europeos, sino mas bien los austronesios quienes, a bordo de canoas sin compas ni brújula y mucho menos GPS o VHF, han poblado la región poco a poco, hace más de 2000 años.

Estos marineros tenían un estupendo conocimiento del mar, guiándose con el sol, descifrando el oleaje y los vientos dominantes, siguiendo los "caminos de estrellas", estos puntos de referencia transmitidos por los antepasados.

Ocupados durante largas horas escudriñando los mapas, no dejamos de sorprendernos por las distancias enormes y nos imaginamos con admiración las condiciones de navegación de nuestros predecesores, navegantes virtuosos en búsqueda de unas islas cada vez más distantes para habitar. Esta mañana estamos divisando Hawái, la punta septentrional del triángulo polinésico, una de las ultimas conquistas de estos pueblos del mar.

Escoltados por veleros que vinieron a saludarnos esta mañana, alcanzamos el barco piloto que nos llevara hacia nuestro puesto.

Tara atraca suevamente el muelle 9 en el centro de Honolulu, en medio de edificios cuyas fachadas de vidrio nos devuelven los mil reflejos de ese mundo nuevo por descubrir. Las líneas están establecidas y el agente marítimo a cargo de nuestra entrada en los EE.UU sube a bordo para hacer los últimos trámites de clearance. Debemos esperar la visita de aduanas y de los servicios sanitarios antes de desembarcar. Una hora más tarde, después de estas visitas y del control de visas, entramos oficialmente en los EE.UU y podemos pisar tierra firme.

Algunos amigos nos dan la bienvenida. Nos ofrecen los tradicionales collares polinesios de flores. Abrazos, sonrisas y risas nos permiten darnos cuenta de que estamos de regreso en el mundo de los hombres.

Para los científicos, es el final del viaje; Para la tripulación, es una nueva carrera contra el tiempo. Tenemos que organizar la vida en tierra, manejar el abastecimiento y resolver problemas técnicos.

Reuniones con diversos laboratorios y la Universidad de Hawái permitirán prepararnos para la próxima misión hacia San Diego y el estudio del continente de plástico. En unos días, el nuevo equipo científico será completo y Andrés, nuestro reportero embarcado, tomará mi lugar en la redacción de las bitácoras.

Hervé Bourmaud capitán de Tara