Durante décadas,
los corales han sido tema de división entre naturalistas: ¿ animales inmóviles,
plantas marinas, rocas vivas ? Hubo de esperar los primeros microscopios para
aclarar las dudas. Ellos revelaron microscópicos animales viviendo en inmensas colonias
compuestas de miles de unidades llamadas “pólipos”.
Con gran
simplicidad anatómica, estos pólipos se presentan en forma de una bolsa
perforada de una boca rodeada de una corona de tentáculos urticantes. Los
corales son los primos cercanos de las medusas, anémonas. Para alimentarse los
pólipos absorben directamente la materia orgánica disuelta en el agua y utilizan sus tentáculos para capturar
organismos planctónicos. Estos últimos, paralizados por las células urticantes,
son llevados a la cavidad oral del pólipo para ser digeridos, pero la mayor
parte de su energía proviene de una asociación; En el seno de sus células, los
pólipos hospedan algas unicelulares llamadas zooxantelas (Zooantheliae). Estas,
al igual que todas las plantas, usan la energía solar para producir nutrientes
gracias a la fotosíntesis, nutrientes que alimentarán el pólipo. Este tipo de
asociación se llama simbiosis. Esta simbiosis perfecta está presente en los
corales tropicales, cerca de la superficie, que forman las barreras coralinas.
Sin embargo, el mundo de los corales no se limita a esos organismos que,
produciendo un esqueleto calcáreo, forman las barreras y los atolones. El término coral
designa también Los gorgonáceos (Gorgonacea) del Mediterráneo, el coral blando
rojo, y las colonias de pólipos que constituyen los arrecifes de gran
profundidad, hasta varios miles de kilómetros bajo la superficie. El mundo de
los corales es entonces vasto y diversificado con cientos de especies en los
mares del globo.
En el Pacífico
Tara se enfocará en los escleractinios (escleractinia) o corales pétreos. No
solamente esos constructores de arrecifes llevan una vida y un modo de
reproducción fuera de lo común, sino que también representan un interés
ecológico mayúsculo: estos arrecifes cubren solamente 0,02% de la superficie de
los océanos, pero albergan ¼ de la biodiversidad marina.
Yann Chavance