Dry Lab. Julien Girardot / Tara Expéditions |
Ingeniero en el Laboratorio de Oceanologia de Villefranche-sur-Mer, Marc
Picheral coordina la instalación de una parte de los dispositivos científicos a
bordo de Tara, en particular lo relacionado con el “dry lab”, el laboratorio seco.
Ingeniera en la Estación Biológica de Roscoff, Céline Dimier coordina la
parte dedicada al “wet lab”, el laboratorio húmedo.
Preguntas acerca del material que será
embarcado en el velero para la misión "Tara Oceans Polar Circle".
Además de lo que ya estaba a bordo para Tara Oceans, ¿que habrá de nuevo?
Marc Picheral: En cuanto a lo que estará
cubierta afuera, hemos adaptado la roseta, el aparato que se sumerge para recoger las muestras y
ciertas mediciones oceanográficas. Hemos añadido un sensor que nos indica la
luminosidad subacuática, un elemento importante para la fotosíntesis. Y otro sensor
que nos permite contar, en un volumen mayor a los sistemas ópticos, los pequeños
objetos en suspensión en el agua, como el plancton o ciertas partículas.
Céline Dimier: En mi caso, es decir el
laboratorio húmedo afuera, el material es básicamente el mismo: principalmente las
bombas de diferente tamaño y tipo (bomba de aire, agua, peristáltica…) y las
unidades de filtración de todo tipo (25 mm, 47 mm, 142 mm, trípodes, rampa de
filtrado…). Con Steff Kandels-Lewis, ingeniero de logística, debemos calcular,
acorde al plan de muestreo, la cantidad de tubos, frascos, filtros y cajas
necesarios para 6 meses de misión. Y luego, calcular el volumen del almacenaje de
estas muestras de acuerdo con su temperatura de conservación: RT, temperatura
ambiente; 4° C, refrigerador; -20º C, congelador; -196° C, nitrógeno líquido. Este conjunto sirve
para muestrear las bacterias, los virus, protistas, sea para su análisis
genómico o la microscopía.
¿Otros instrumentos se añadirán a esta lista?
Marc Picheral: Vamos arrastrar, de Murmansk a
St-Pierre-et-Miquelon, un “continuous plancton recorder”, un registrador
continuo de plancton. Es un dispositivo utilizado desde hace décadas,
principalmente en el Atlántico Norte, remolcado por barcos mercantes, que
recoge el plancton sobre rollos de seda, de forma continua. Eso será nuevo en
Tara.
Teníamos un sensor óptico que nos permitía caracterizar
la luminosidad solar puntualmente en estación; Sera sustituido por el COPS, un
sensor algo similar pero que hace perfiles bajando hasta 100 -150 metros en el
agua de la estación. Esto nos permitirá caracterizar la iluminación al bajar y
al subir.
En el interior de la goleta, ¿algunos cambios en el laboratorio seco?
Marc Picheral: Sí, vamos agregar 24h/24h varios
sensores de luminosidad conectados a los dispositivos del laboratorio seco y la bodega
delantera. Hemos previsto dos sensores de CDOM en continuo, uno de los cuales puede dosificar
con más precisión el CDOM tomado de las botellas de la roseta y así tomar muestras
en profundidad.
Tendremos nuevos sensores colocados en la
bodega de proa, pero controlados desde el laboratorio seco. El Alfa, un sensor
óptico, y el FlowCytoBot, un sensor de imágenes para la identificación de
microorganismos. Y también otro sensor, el SeaFet, un sensor de pH, útil porque
sabemos que el phH varía con el cambio climático.
Para proteger el equipo contra el frío, ¿como hacen?
Céline Dimier: Hay que adaptar el barco a las
condiciones polares. Se trata de acondicionar el laboratorio con calefacción, proteger las
tuberías para evitar que el agua se congele.
Cerciorarnos de que los envases sean resistentes al frío, lo que no
siempre es el caso según el plástico utilizado. El aparato de agua ultra pura
será equipado con un cartucho que funciona con agua muy fría, 5° C. Y asegurarnos de que los productos químicos utilizados
soporten unas temperaturas bajas y que no vayan a polimerizar.
Marc Picheral: Algunos sensores aguantan muy
bien el frío, otros no toleran la congelación. Por lo tanto, los calentaremos
con lonas, mantas calefactoras, sistemas de agua caliente para su calefacción
fuera del agua. Esta es la primera cosa.
Para todo lo que está bajo cubierta, adentro,
el problema no es el frío, pero la condensación. En el Ártico, podemos
encontrar agua de superficie a -2º C y luego los dispositivos pasan a ambientes
a 20° C. Se produce una condensación y
de pronto, los instrumentos de óptica no logran generar imágenes. Por eso colocaremos
todo eso en la parte delantera, mientras hubiéramos preferido ubicarlo en otras
partes del barco. Esa es una de las
problemáticas que enfrentamos.
Entrevista realizada por Anne Recoules